Eleanor Rigby, un enigma en el planeta 'beatles'
Un registro sugiere que el personaje que McCartney dice que invent¨® fue real
Fue una de aquellas canciones que anunciaron al mundo que los Beatles eran algo m¨¢s que cronistas del amor juvenil. Publicada el 5 de agosto de 1966, Eleanor Rigby caus¨® impacto por su sonido y por su melancol¨ªa. Arropado por un sobrio arreglo de cuerda que escribi¨® el productor George Martin, Paul McCartney retrataba la est¨¦ril soledad de Eleanor Rigby, una solterona que parece vivir al servicio de un sacerdote, un tal padre McKenzie.
Durante m¨¢s de 40 a?os, McCartney ha mantenido que el nombre de Eleanor Rigby era producto de su imaginaci¨®n. Pero sab¨ªa m¨¢s de lo que contaba. Hace poco, The Sunbeam Trust, organizaci¨®n caritativa, le pidi¨® un objeto para una subasta; el ex beatle ofreci¨® una hoja extra¨ªda de un registro de 1911 del Ayuntamiento de Liverpool. All¨ª est¨¢ la firma de Eleanor Rigby, de 16 a?os, empleada en los fregaderos del City Hospital. El 27 de noviembre, el documento sale a la venta en una galer¨ªa londinense.
McCartney siempre asegur¨® que no sab¨ªa de ninguna Eleanor Rigby (de hecho, ayer mismo y a trav¨¦s de su agente, el ex beatle asegur¨® de nuevo que el personaje fue pura invenci¨®n suya). Viviendo en Londres, pens¨® en una historia dram¨¢tica tipo Annabel Lee, la creaci¨®n de Edgar Allan Poe. La primera protagonista se llamaba Daisy Hawkins, pero, insist¨ªa, se lleg¨® al nombre final a partir de la actriz Eleanor Bron (que particip¨® en Help!) y la licorer¨ªa Rigby de Bristol. En los a?os setenta, su g¨¦nesis fue otro motivo de disputa entre McCartney y John Lennon: el m¨²sico asesinado lleg¨® a declararse autor del "setenta por ciento de la letra". Los que estaban a su alrededor en 1966 recuerdan Eleanor Rigby esencialmente como obra de Paul, aunque cabe la posibilidad de que el irreverente Lennon intentara dejar su marca: especularon con sugerir una relaci¨®n clandestina entre Eleanor y el padre McKenzie.
Seg¨²n Paul, el cl¨¦rigo iba a llamarse padre McCartney pero a ¨²ltima hora se ech¨® atr¨¢s, temeroso de que su padre -protestante convertido al catolicismo por amor- lo malinterpretara. En ese momento, Paul abri¨® una gu¨ªa telef¨®nica y encontr¨® el apellido McKenzie. Sin embargo, en 1984, un presentador de espect¨¢culos de variedades llamado Tom McKenzie vendi¨® al diario The Sun la fantas¨ªa de que ¨¦l hab¨ªa sido inspirador de la canci¨®n.
Tom McKenzie, no obstante, dio un giro al misterio al fotografiarse al lado de la tumba de la aut¨¦ntica Eleanor Rigby, que vivi¨® entre 1895 y 1939. La l¨¢pida de la familia Rigby est¨¢ en el cementerio de la iglesia de San Pedro, en Woolton (Liverpool). Es decir, justo al lado del lugar donde se conocieron Paul y John en el verano de 1957 durante una fiesta parroquial. Es concebible que Paul y John pasearan aquel d¨ªa por el camposanto e, inconscientemente, se quedaran con el nombre de una de sus habitantes. M¨¢s exactamente, con dos: a pocos metros, se puede ver la sepultura de un padre McKenzie.
Finalmente, se trata de una an¨¦cdota. Lo que cuenta es la motivaci¨®n. El pasado domingo, McCartney respond¨ªa a una encuesta de The Guardian sobre la muerte como (infrecuente) tem¨¢tica del rock. Explicaba Paul: "Fui afortunado por tener un padre muy majo, un caballero de la clase trabajadora que siempre nos dec¨ªa que cedi¨¦ramos el asiento en el autob¨²s a las personas mayores. Eso me llev¨® a visitar casas de jubilados. Hab¨ªa un par de ancianas y yo sol¨ªa ir all¨ª, a preguntarles si necesitaban que les hiciera la compra. Cuando crec¨ªa, era consciente de esas damas ancianas y solitarias. De eso trata Eleanor Rigby, del hecho de que alguien muriera y nadie se enterara".
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