Objetivo, borrachera a dos euros
La pr¨¢ctica habitual del 'botell¨®n' se repite en el D¨ªa Mundial sin Alcohol - Los j¨®venes huyen de la polic¨ªa y regresan al lugar pasados unos minutos
Una mano al volante, la otra sujeta la copa de ron y lim¨®n. "Pero s¨®lo una, que conduzco". Alejandro, de 19 a?os, ha llevado a Gonzalo, tambi¨¦n de 19, y a Jordi, de 23, en su Ford Fiesta blanco en contradirecci¨®n por una callejuela hasta el empedrado de la plaza del Centro de Arte de Reina Sof¨ªa. Ya aparcados, con radiof¨®rmula electr¨®nica y las botellas de alcohol en la alfombrilla, se han montado el bar. Y no est¨¢n solos. Las voces de unos 200 j¨®venes retumban en las paredes de los edificios que cercan la plaza, entre ellos un hotel. Es la parada previa a Kapi, una discoteca cercana. "Aqu¨ª la poli no viene nunca", presume Paloma S¨¢nchez, de 17 a?os, que se sacude el fr¨ªo a saltitos, sin quitarle ojo a la copa. No sea que se derrame. A ellos eso de que ayer fuera el D¨ªa Mundial sin Alcohol le suena a chino.
Su mayor problema es el ir y venir con las botellas para burlar a la polic¨ªa
"Luego vas tan 'pedo' que no recoges la basura", dice un joven
"C¨®mo salir de casa con dos euros y hacerte la noche". Es el reto de todo buen botellonero, asegura una madrile?a en la zona de Moncloa. J¨®venes, en muchas ocasiones menores de edad, que compran alcohol entre varios para que les salga barata la borrachera. "Luego nos vamos a cualquier discoteca antes de la una porque as¨ª es gratis entrar y dentro no consumimos", explica Mar¨ªa Mart¨ªnez, que ayer celebraba su 18 cumplea?os y se hab¨ªa llevado botellas de alcohol de su casa para invitar a sus amigos. Beben en el Parque del Oeste, una de las zonas cl¨¢sicas de botell¨®n junto al Templo de Debod, Ciudad Universitaria, el Faro de Moncloa y las cercan¨ªas del Pintor Rosales, seg¨²n fuentes policiales. Aparte de los soportales del Ministerio de Cultura y muchas de las plazas del barrio de Malasa?a, seg¨²n comprob¨® este peri¨®dico.
El botell¨®n es una pr¨¢ctica habitual en la capital, a pesar de Ley de Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos, de 2002, que proh¨ªbe beber alcohol en la calle. Miles de chavales lo practica el fin de semana sin casi ninguna dificultad. El m¨¢ximo inconveniente es el ir y venir para burlar a la polic¨ªa (si viene). Siempre el mismo ritual. Llega el coche de los municipales, los chavales recogen las botellas; se va el coche de los municipales, los chavales vuelven con sus botellas.
En la Ciudad Universitaria, detr¨¢s de la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n, Hiram David, de 21 a?os, y estudiante de Trabajo Social, comparte medio mel¨®n lleno de mojito con cinco amigos. "Cuando venga el resto preguntar¨¢n d¨®nde est¨¢ el mojito y les dir¨¦: esh que no lo z¨¦", bromea. El grupo de universitarios diserta sobre las bondades y las maldades del botell¨®n. A favor: "Como mucho te gastas cinco euros", "ya no bebes en los bares". En contra: "Pasas fr¨ªo en invierno", "luego vas tan pedo que no recoges la basura", "salir corriendo cuando llega la polic¨ªa". Dicho y hecho. A la media hora de haberse instalado aparecen los municipales, que se centran en un grupo de seis j¨®venes de m¨¢s arriba. "?De qui¨¦n es el alcohol?", preguntan. "De unos amigos. Yo no he bebido nada. Hacedme la prueba de alcoholismo si quer¨¦is", les reta una chica. "Se dice de alcoholemia", le corrige el polic¨ªa. Despu¨¦s de una discusi¨®n por un porro que alguien ha tirado, les piden el DNI, les hacen vaciar la litrona y se van. "Nos enviar¨¢n una carta de concienciaci¨®n a casa, pero no nos han multado. Y se han enrollado bastante porque yo soy menor", rebufa una adolescente. El susto les ha dejado sin alcohol. Se acab¨® su botell¨®n. Su hueco, lo ocupan los sigientes en una nocturna y concurrida Ciudad Universitaria.
"A los j¨®venes no les importa que se les levante un acta por beber en la calle", lamenta la Polic¨ªa Municipal. Saben que no tendr¨¢n que pagar los 360 euros de multa porque les basta con ir a unas charlas el fin de semana. Y, a veces, ni eso. Con alegar un compromiso ineludible, se les compensa esa obligaci¨®n; no es tanto una cuesti¨®n de m¨¢s polic¨ªa, como de que la ley penalice la reincidencia", sostienen.
Hacia la medianoche, el punto de encuentro es el Templo de Debod. "Tenemos que ir donde no haya nadie", arenga una chica de melena rubia al grupo de amigas que, pertrechadas con bolsas de pl¨¢stico llenas de refrescos y alcohol, se dirige a la zona del monumento egipcio, donde es dif¨ªcil encontrar un lugar solitario.
En la calle de San Bernardo, el trasiego de bolsas es intenso, igual que en la plaza de Espa?a, pero aqu¨ª una dotaci¨®n policial impide el despliegue del botell¨®n. Algunos esperan a que los agentes se alejen para sentarse y echar un trago. En la plaza de la Cebada (barrio de Latina) ya s¨®lo quedan un par de grupos reducidos que apuran los ¨²ltimos tragos. "?Beber en la calle? No est¨¢ tan mal, porque hay locales que tienen el aire muy cargado", se justifica Chiara, italiana de 27 a?os, de visita en la capital.
Un problema que parece que no pasa en Malasa?a. La plaza de San Ildefonso est¨¢ abarrotada. Decenas de grupos de veintea?eros apuran las copas. Y como la gente viene con las consumiciones de casa, los vendedores ambulantes orientales no consiguen deshacerse de las latas de cerveza. Lo har¨¢n m¨¢s tarde. Es cerca de la una, en los soportales del Ministerio de Cultura se reunen a beber los de siempre, parece que hasta para la polic¨ªa forman parte del paisaje de la plaza. Pero el pre¨¢mbulo del botell¨®n va concluyendo y la noche comienza de verdad.
Informaci¨®n elaborada por Rebeca Carranco, Abel Grau y Francisco Javier Barroso.
Las claves
- Lugares de botell¨®n: Ciudad Universitaria, Moncloa, parque del Oeste, paseo del Pintor Rosales, Templo de Debod, Malasa?a, plaza del Centro de Arte Reina Sof¨ªa, soportales del Ministerio de Cultura y Latina.
- Ley. Proh¨ªbe beber en la calle desde 2002.
- Multa. Consumir alcohol en la calle es sancionado con 360 euros.
- Vigilancia policial. La Polic¨ªa Municipal puso 50.000 multas. S¨®lo fue tramitado el 10%.
- Los j¨®venes inician el consumo a los 16,8 a?os.
- El 53% de los madrile?os entre 15 y 64 a?os consume habitualmente.
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