El pretexto de la crisis

La Ley de Territorios Hist¨®ricos (LTH) fue el motivo o, m¨¢s precisamente, el pretexto de la grave crisis en la que se desangr¨® el PNV nada mas acceder al poder en las nuevas instituciones auton¨®micas. El lema de "Libertad, amnist¨ªa y Estatuto de Autonom¨ªa" hab¨ªa aglutinado a la mayor¨ªa de la sociedad vasca en los albores de la democracia, pero no resultaba suficiente para organizar la comunidad pol¨ªtica que nac¨ªa sin apenas referencias hist¨®ricas, m¨¢s all¨¢ del Gobierno de emergencia de Jos¨¦ Antonio de Aguirre en plena guerra civil o las diputaciones. El Estatuto, apunta el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UPV Javier Corcuera, "lo dejaba casi todo abierto", y el PNV no ten¨ªa perfilado un modelo preciso. En esa situaci¨®n, era inevitable que surgiesen roces entre la doctrina confederal e historicista del partido de Sabino Arana y el impulso del Gobierno de construir una estructura de nueva planta para una Euskadi a¨²n sin estrenar.

El debate de la LTH se cruz¨® con la pugna de Arzalluz y Garaikoetxea

El Parlamento aprob¨® la ley con los ¨²nicos votos del PNV y de UCD

El primer proyecto de LTH, presentado en mayo de 1981, se encontr¨® con la radical oposici¨®n del entonces diputado general de ?lava, el tambi¨¦n peneuvista Emilio Guevara, quien cuestion¨® su esp¨ªritu centralista -"No estoy dispuesto a que la Diputaci¨®n de ?lava se convierta en una delegaci¨®n de Hacienda", lleg¨® a afirmar-, e invoc¨® los consensos territoriales impl¨ªcitos en el pacto estatutario. Las posiciones foralistas estaban lejos de ser mayoritarias en el seno del PNV, y ten¨ªan su principal asiento en el centro derecha no nacionalista representado por la UCD y AP. El propio Jos¨¦ Mar¨ªa Makua, entonces diputado general de Vizcaya, respald¨® al principio el proyecto del Gobierno, aunque m¨¢s tarde fuese uno de sus principales adversarios. En el ¨ªnterin sucedi¨® que las diputaciones de Vizcaya y Guip¨²zcoa comenzaron a gestionar los recursos tributarios del recuperado Concierto Econ¨®mico y el debate sobre la LTH dentro del partido empez¨® a cruzarse con una sorda pugna por el liderazgo entre el lehendakari Garaikoetxea y la ejecutiva peneuvista (el EBB) presidida por Xabier Arzalluz.

Finalmente, tras infinitos tiras y aflojas, y con la mediaci¨®n de la direcci¨®n del partido, el 25 de noviembre de 1983 el Parlamento aprob¨® una LTH sensiblemente virada hacia el foralismo, con los ¨²nicos votos del PNV y los parlamentarios de UCD. La oposici¨®n de izquierdas se opuso por considerar que consagraba un modelo "desvertebrador", mientras que AP lo hizo por el motivo contrario. El compromiso dej¨® en el PNV heridas que iban a abrirse inmediatamente. El 31 de diciembre siguiente, Garaikoetxea sorprende al EBB renunciando a ser candidato a lehendakari en las elecciones de febrero por haberle exigido que se sometiese a la disciplina de partido. Finalmente acepta, tras la movilizaci¨®n en su favor de las bases peneuvistas y conseguir que se le levante la disciplina y que la aplicaci¨®n de la LTH se realice bajo la direcci¨®n del Gobierno.

Ese triunfo, ratificado en las elecciones, fue el factor acelerador de una crisis interna que tuvo sus jalones en la pugna por el control de las organizaciones territoriales, la disoluci¨®n de la organizaci¨®n peneuvista en Navarra por negarse a apoyar al candidato de UPN como hab¨ªa acordado el EBB y un nuevo choque con las diputaciones sobre la interpretaci¨®n de la LTH. El bloqueo en oto?o de la situaci¨®n, agravada por la falta de mayor¨ªa en el Parlamento, conduce a que Garaikoetxea presente su dimisi¨®n en diciembre de 1984 y sea sustituido por Jos¨¦ Antonio Ardanza, en medio de la conmoci¨®n de las bases nacionalistas. Quiz¨¢ en ese momento estaba ya anunciado el desgarro que se produjo a?o y medio m¨¢s tarde con el surgimiento de EA, del que todav¨ªa se resiente el PNV.

"No es cierto que la escisi¨®n viniera causada por la LTH. Lo que se estaba jugando en el partido era otra cosa, y si no hubiera estallado por la LTH lo habr¨ªa hecho por la ley del Deporte", afirma Emilio Guevara, con la perspectiva de los a?os y la inc¨®moda sensaci¨®n de haber sido utilizado como "ariete" en una batalla de poder. "Ahora pienso que Pedro Luis Uriarte

[consejero de Econom¨ªa y Hacienda con Garaikoetxea y su contrincante en la pelea sobre la ley] y yo ¨¦ramos los ¨²nicos que cre¨ªamos desinteresadamente en lo que defend¨ªamos", a?ade.

Mario Fern¨¢ndez, protagonista tambi¨¦n desde el Gobierno de aquellos encendidos debates de principios de los ochenta, avala esta interpretaci¨®n: "Efectivamente, ser¨ªa mucho simplificar afirmar que todo lo que sucedi¨® entonces se debi¨® a la LTH".