El joven agredido por unos porteros ten¨ªa el coraz¨®n reventado de las patadas
Un centenar de familiares y amigos acudieron ayer al entierro de ?lvaro Uss¨ªa
A ?lvaro Uss¨ªa una bota le revent¨® el coraz¨®n a golpes tras romperle varias costillas. Esa es, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, la conclusi¨®n capital de la autopsia realizada al cad¨¢ver del joven. A patadas. Precisos puntapi¨¦s repetidos en el pecho. Sin casi impulso. El informe preliminar que detalla los motivos del fallecimiento est¨¢ desde ayer en casa de la familia del adolescente muerto.
El chico, de 18 a?os, muri¨® en la madrugada del s¨¢bado despu¨¦s de que tres porteros le dieran una brutal paliza a las puertas de la discoteca de moda El Balc¨®n de Rosales, en Moncloa. En realidad, el autor s¨®lo fue uno de ellos. Mientras, los otros dos controlaban que nadie se inmiscuyera en la agresi¨®n, seg¨²n los testigos.
Los agresores, acusados de homicidio, pasaron a disposici¨®n judicial
Ni siquiera le dio tiempo a defenderse. Le tiraron al suelo haci¨¦ndole la zancadilla y, una vez all¨ª, uno de los porteros "se ceb¨® con ¨¦l", coincidieron todos los all¨ª presentes en sus declaraciones a la polic¨ªa. Primero le pate¨®. Luego le pis¨® en varias ocasiones en el pecho, saltando para tomar impulso. Incluso le clav¨® una rodilla en el cuerpo. Sin cesar: patadas y pu?etazos.
Mientras, a pocos metros de all¨ª, los dos acompa?antes de ?lvaro no pudieron hacer nada. Los otros dos porteros les cortaban el paso. Pero, adem¨¢s, estaban petrificados. Se sent¨ªan incapaces de actuar en su ayuda. "?Qu¨¦ puedes hacer? si te metes te puede pasar lo mismo a ti. Esta gente son armarios roperos y saben perfectamente c¨®mo pegar", explicaron, a mediod¨ªa de ayer, varios de los amigos del joven.
Fue una agresi¨®n absurda. Fruto de una discusi¨®n que comenz¨® con una an¨¦cdota insignificante. ?lvaro apuraba sus ¨²ltimos minutos en el interior de la discoteca junto a un amigo. Fuera les esperaba su primo. Entre risas y juegos, el joven empuj¨® a su acompa?ante, Rafa, que choc¨® de espaldas con una mujer. Result¨® que era la novia de uno de los porteros del local. No le perdonaron la broma. Unos segundos m¨¢s tarde era sacado a empujones de la discoteca. ?lvaro pidi¨® explicaciones: "Est¨¢is tontos o qu¨¦, que yo no he hecho nada", le espet¨® a uno de los gorilas. La reacci¨®n fue brutal: patadas, pisotones, pu?etazos. Se ensa?aron, seg¨²n resaltaron varios testigos. Le rompieron varias costillas y le partieron el pericardio, qued¨¢ndole afectado directamente el coraz¨®n.
Los m¨¦dicos del Samur que le atendieron no encontraron rastros de la agresi¨®n. No hab¨ªa moratones, ni sangre. Tampoco heridas. La explicaci¨®n, sin embargo, es simple: las lesiones importantes, las que le provocaron la muerte poco despu¨¦s de la paliza, eran internas. "Cuando se produce una agresi¨®n de este tipo y no existen se?ales evidentes, suele significar que hay lesiones importantes en los ¨®rganos internos. Y eso es mucho peor", explicaron fuentes de la investigaci¨®n. Los gorilas ni siquiera le tocaron la cara.
Los tres porteros trabajaban para la empresa de seguridad Fortesa, contratada por El Balc¨®n de Rosales hace poco m¨¢s de un a?o. Les tocaba habitualmente cumplir sus turnos en la discoteca. La discoteca en cuesti¨®n acumula hasta una decena de expedientes, la mayor parte de ellos por permitir la entrada o servir alcohol a menores.
Un amigo de la v¨ªctima, que prefiri¨® no identificarse, asegur¨® que les hab¨ªa visto en otras ocasiones. "Tenemos amigos que trabajan en la discoteca y les conocen. Pero nunca hab¨ªamos tenido ning¨²n problema con ellos", precis¨® el joven pocos minutos antes de abandonar el Instituto Anat¨®mico Forense camino del cementerio de la Sacramental de San Justo, San Mill¨¢n y Santa Cruz, donde a primera hora de la tarde fue enterrado ?lvaro.
Los agresores, detenidos durante la ma?ana del s¨¢bado, permanecieron ayer en la sede de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid. Tras ser interrogados pasaron a disposici¨®n judicial a ¨²ltima hora de la tarde. David S. G., Antonio S. S., ambos de 32 a?os, y David A. D., de 25, est¨¢n acusados de homicidio.
Familiares y amigos se congregaron desde primera hora de la ma?ana de ayer en el Instituto Anat¨®mico Forense. Quer¨ªan dar el ¨²ltimo adi¨®s a ?lvaro. Uno a uno, fueron entrando al lugar en el que se encontraba el cad¨¢ver. Su cara a la salida lo dec¨ªa todo. L¨¢grimas, abrazos y rabia contenida. Nadie era capaz de explicarse c¨®mo "un chico normal", pudo toparse as¨ª con la muerte.
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