Diplomacia de campanario

Josep Tarradellas, primer presidente de la Generalitat restaurada, acostumbraba a decir: "En pol¨ªtica se puede hacer todo excepto el rid¨ªculo". El sabio consejo no ha hecho fortuna, a juzgar por la postura adoptada por el Gobierno catal¨¢n a prop¨®sito de un reportaje publicado la pasada semana por el prestigioso semanario The Economist. El Ejecutivo aut¨®nomo ha pedido la "rectificaci¨®n" de algunos de los puntos de vista vertidos a lo largo de las 14 p¨¢ginas sobre la situaci¨®n de Espa?a, especialmente en el texto titulado How much is enough? (?Cu¨¢nto es suficiente?), en el que el autor del texto sostiene que la descentralizaci¨®n ha sido positiva, pero que quiz¨¢s ha ido demasiado lejos.

Al Gobierno tripartito le ha sentado mal que el semanario tildase a Jordi Pujol de "cacique" -recogiendo la opini¨®n de Antonio Mu?oz Molina- por su longevidad en el poder (23 a?os). El calificativo lo comparten por la misma raz¨®n el ex presidente popular gallego Manuel Fraga y el presidente socialista andaluz Manuel Chaves.

La sensibilidad gubernamental catalana tambi¨¦n ha resultado con destrozos irremediables por el enfoque sobre las lenguas. Es opinable que est¨¦ tan extendido ese "dogmatismo ling¨¹¨ªstico" a que se refiere The Economist, puesto que el catal¨¢n lo habla el 74% de la poblaci¨®n, lo entiende el 94,5% y al t¨¦rmino de la ense?anza secundaria, el conocimiento del castellano es igual en Catalu?a que en el resto de Espa?a. Lo que no es discutible es el espect¨¢culo grotesco que ha ofrecido la Generalitat, elevando a conflicto internacional lo que no deber¨ªa haber pasado de discreta carta al director.

Diplomacia de vuelo gallin¨¢ceo o de campanario, similar -con dos siglos de diferencia- a la de la reina Victoria, que decidi¨® borrar Bolivia de los mapas tras la expulsi¨®n del embajador brit¨¢nico de La Paz. El gui¨®n del sainete ha contado con la colaboraci¨®n del vicepresidente Josep Llu¨ªs Carod-Rovira, quien ha asegurado que reportajes como el de The Economist demuestran la necesidad de abrir m¨¢s "embajadas". ?l lo sabe bien, pues el representante de la Generalitat en Par¨ªs es su hermano Apel¡¤les Carod.