El PNV se queda solo en la C¨¢mara defendiendo la gesti¨®n del Guggenheim

La comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n por el desfalco y la ruinosa compra de divisas en el Museo Guggenheim realiz¨® ayer una primera toma de contacto sobre las conclusiones que cada grupo desea que consten en el dictamen. El periodo dedicado a recabar testimonios da as¨ª paso a la fase final del trabajo de la comisi¨®n, cuyo presidente, el socialista Antonio Rivera, debe ahora redactar una propuesta para que se debata en un pleno que ser¨¢, previsiblemente, a mediados de diciembre y monogr¨¢fico.

En la reuni¨®n de ayer se hizo notar la soledad del PNV a la hora de defender la gesti¨®n en el museo bilba¨ªno, que ha deparado un desfalco de medio mill¨®n de euros por parte de su ex director financiero, Roberto Cearsolo, y unas p¨¦rdidas de seis millones por la operaci¨®n de compra de divisas descubierta y cuestionada en su d¨ªa por el Tribunal Vasco de Cuentas P¨²blicas.

El PNV considera el museo un ¨¦xito tanto cultural como de gesti¨®n

Los otros dos socios del gobierno tripartito, EA y EB, se sumaron a la cr¨ªtica por la falta de controles, tanto internos como externos, algo que, a juicio de todos, salvo el PNV, posibilit¨® ambos sucesos. Aunque utilizaron un lenguaje menos contundente y sus intervenciones fueron menos detalladas que las de los dos principales grupos de la oposici¨®n, PSE y PP, los portavoces de EA y de EB apuntaron a esa insuficiencia, o inexistencia, de los mecanismos de control en el museo. Los grupos se limitaron ayer a exponer verbalmente sus interpretaciones de los hechos conocidos y de los testimonios escuchados a puerta cerrada y entregar¨¢n sus escritos el viernes. El presidente de la comisi¨®n, Antonio Rivera, se?al¨® el 2 de diciembre como la fecha en la que la comisi¨®n debatir¨¢ la propuesta de dictamen que presentar¨¢ a sus miembros, aunque no precis¨® si se podr¨¢ aprobar o no en esa misma reuni¨®n. El dictamen estar¨¢ abierto a la presentaci¨®n de votos particulares, si no se adopta por unanimidad.

La mayor parte de los grupos se inclinan por la exigencia de responsabilidades pol¨ªticas, que se situar¨ªan en la direcci¨®n general del museo, que recae sobre Juan Mar¨ªa Vidarte, y en los consejos de administraci¨®n de las sociedades Inmobiliaria y Tenedora del museo, integrados por representantes institucionales del Gobierno y de la Diputaci¨®n de Vizcaya.

El PNV rechaz¨® la exigencia de m¨¢s responsabilidades que las reconocidas ante la comisi¨®n y record¨® que el enjuiciamiento del desfalco est¨¢ en los tribunales. Sostiene que no hubo ni ¨¢nimo de especulaci¨®n en la operaci¨®n de divisas, como sostiene la oposici¨®n, ni falta de control en las sociedades. Lo primero result¨® una operaci¨®n desafortunada y para nada ilegal, que los portavoces peneuvistas en la comisi¨®n pidieron situar en el contexto en que se produjo, entre los a?os 2002 y 2005.

Ambos abogaron por valorar en el dictamen la trayectoria del museo en su conjunto y propondr¨¢n que sea positiva, por el servicio que el Guggenheim ha prestado a la sociedad vasca y porque constituye, a juicio del PNV, un ¨¦xito, tanto cultural como de gesti¨®n. La adopci¨®n a posteriori de las nuevas medidas que detall¨® Vidarte en su segunda comparecencia ante la comisi¨®n no probar¨ªa que las anteriormente existentes fueran incorrectas, defendieron.

El PP, por su parte, subray¨® la opacidad y la falta de transparencia y de control como una constante en la gesti¨®n del museo, materializadas en la decisi¨®n, avaladas por los consejos de las sociedades, de no realizar auditor¨ªas. En opini¨®n de sus portavoces, Carmelo Barrio y Ant¨®n Damborenea, los consejos de administraci¨®n, integrados por las instituciones, fueron inoperantes en el control de los fondos p¨²blicos. El PP quiere poner nombre y apellidos a las responsabilidades pol¨ªticas.

La portavoz del PSE se?al¨® al museo como un coto cerrado del Departamento de Cultura y de la Diputaci¨®n de Vizcaya, que depositaron una confianza total en Vidarte, del mismo modo que ¨¦ste puso la suya en Cearsolo. A esto atribuy¨® a todo lo ocurrido y reproch¨® la negativa de los gestores del museo a someterse a los controles del Tribunal de Cuentas, as¨ª como que las compras y contratos se hayan realizado sin publicidad ni concurrencia.

El PSE sostuvo que existi¨® responsabilidad y tambi¨¦n culpa, y propondr¨¢ que las sociedades participadas sean objeto de los mismos mecanismos de control y seguimiento financiero que las sociedades p¨²blicas.