Que los alumnos no lo sepan

No hace ser un lince para saber que alguien que estudia Odontolog¨ªa tiene muchas m¨¢s probabilidades de encontrar empleo que alguien que estudia Historia. Pero las universidades llevan tiempo hilando mucho m¨¢s fino. La Universitat de Val¨¨ncia estim¨® hace dos a?os que los odont¨®logos ten¨ªan trabajo en un 97,5% de los casos y que, de ellos, el 100% trabajaba de lo suyo; eran dentistas. El mismo estudio indicaba que el 35% de los licenciados en Historia no trabajaba; que el 55,7% de quienes s¨ª ten¨ªa empleo ocupaba un puesto que ni siquiera requer¨ªa estudios universitarios; y que poco m¨¢s de un tercio (un 38,7%) de quienes lograban abrirse paso en el mundo laboral ten¨ªa, adem¨¢s, la fortuna de trabajar en algo "bastante o muy relacionado" con la carrera de Historia.

La inserci¨®n laboral, tras la reforma, influir¨¢ en que una carrera se mantenga

La Universitat de Val¨¨ncia (al contrario, por ejemplo, que la Polit¨¦cnica de Valencia) tuvo el valor, llam¨¦moslo as¨ª, de hacer p¨²blico el estudio. Aunque no el suficiente como para que la informaci¨®n llegase f¨¢cilmente a quienes m¨¢s la necesitan: los chavales que van a elegir carrera y sus familias. La pesta?a Salidas profesionales de la p¨¢gina en la que se encuentra el estudio (http://www.fguv.org/opal/) exige una clave que s¨®lo tienen... quienes ya est¨¢n matriculados.

De esa forma, un alumno de Relaciones Laborales, Geograf¨ªa o Historia del Arte puede consultar el desolador futuro laboral que probablemente le aguarda. Y ver tambi¨¦n la suerte dispar que espera a los compa?eros de otras carreras. Pero no puede, en teor¨ªa, utilizar el dato como elemento de juicio para escoger carrera. Eso es en teor¨ªa: siempre queda la opci¨®n de pedirle la clave alguien que ya estudia o que trabaja en la Universitat.

En la Polit¨¦cnica de Valencia la cosa es todav¨ªa peor: los datos que existen son inaccesibles, en principio, para quien tiene que elegir carrera y tambi¨¦n para quien ya la est¨¢ estudiando. Es posible, siguiendo la ca¨ªda libre en materia de transparencia, que otras universidades p¨²blicas valencianas ni tan solo dispongan de datos fiables al respecto, o los tengan desde hace muy poco tiempo.

La inserci¨®n laboral de los titulados deber¨ªa ser un tema clave para el sistema universitario: no tiene mucho sentido que un alumno destine varios a?os de su vida, dinero, y recursos p¨²blicos para terminar trabajando, pongamos, de camarero. Y es cierto que parte de la informaci¨®n llega a los institutos a trav¨¦s de los orientadores. Pero la inserci¨®n laboral es tambi¨¦n un asunto sensible dentro de las universidades, muchos de cuyos servicios pueden funcionar siempre que respeten un complicado equilibrio. Un responsable del servicio de empleo de la Polit¨¦cnica admit¨ªa hace meses que si daba a la prensa el grado de inserci¨®n laboral de sus facultades y escuelas se arriesgaba a no volver a conseguirlos.

Lentamente, sin embargo, la transparencia va calando en las universidades. El informe La universidad en cifras 2008, encargado por los rectores espa?oles, re¨²ne datos comparativos que suponen un destape impensable hace s¨®lo 10 a?os. E impensable tambi¨¦n, asegura un gerente, para otros sistemas universitarios europeos.

La reforma universitaria asociada al proceso de Bolonia obligar¨¢ a dar pasos hacia adelante en la publicidad de la inserci¨®n laboral: las facultades deber¨¢n suministrar regularmente informaci¨®n sobre el nivel de empleo de sus titulados a la Aneca (Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n). Se supone que si los datos son desastrosos, la Aneca podr¨¢ condicionar la continuidad de la carrera a la introducci¨®n de reformas. Tambi¨¦n se prev¨¦ que parte de la financiaci¨®n universitaria se condicione al ¨¦xito laboral de los graduados. Para que eso sea posible, se?ala un responsable, ser¨¢ necesario crear un sistema de medici¨®n que haga posibles las comparaciones, y que ahora no existe.