Solidaridad en tiempos de crisis
M¨¢s con menos. ?ste es el panorama para las ONG en estos tiempos de crisis en los que se multiplican las personas a atender y se reducen los recursos econ¨®micos para llevar a cabo sus actuaciones.
El aumento del desempleo que estamos experimentando, con el recrudecimiento previsto para 2009, va tener un fuerte impacto social, principalmente en los 8,5 millones de personas que viven en situaci¨®n de pobreza en nuestro pa¨ªs.
Por su parte, para todos aquellos que tanto en Espa?a como de forma especial en los pa¨ªses m¨¢s desfavorecidos sufren la pobreza extrema, las consecuencias de la crisis econ¨®mica se a?aden al devastador efecto que ha tenido en sus vidas la subida del precio de los alimentos acaecida en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n la FAO, s¨®lo a lo largo de 2007 el n¨²mero de personas que padecen hambre en el mundo aument¨® de 848 a 923 millones. Para ellas, despu¨¦s de la tempestad no ha llegado la calma.
Las ONG no dan abasto con las crisis. Los servicios de acogida y atenci¨®n primaria de C¨¢ritas Espa?ola han registrado un 40% m¨¢s de peticiones de ayuda econ¨®mica en los primeros seis meses de 2008 respecto al mismo periodo del a?o anterior. Eso mismo les ha ocurrido a la Cruz Roja y al amplio colectivo de ONG que prestan servicios de atenci¨®n social.
Pero el aluvi¨®n de nuevos necesitados no es el ¨²nico reto al que se enfrentan estas entidades que deben tambi¨¦n conseguir recursos adicionales para atender esta demanda creciente. Aqu¨ª es donde se est¨¢n encontrando con un problema acuciante, dado que la crisis est¨¢ aumentando las bajas de socios y dificulta la captaci¨®n de nuevos colaboradores econ¨®micos.
La campa?a de Navidad, ¨¦poca de recaudaci¨®n por excelencia para estas organizaciones, ser¨¢ el momento crucial en el que las ONG sabr¨¢n con toda certeza si podr¨¢n contar o no con los recursos econ¨®micos necesarios para abordar con suficiencia sus objetivos para el pr¨®ximo a?o.
Existe el riesgo ya palpable de una reducci¨®n de las aportaciones de sus socios y donantes particulares. Se enfrentan tambi¨¦n a un posible recorte de las subvenciones que les conceden las administraciones p¨²blicas y a una disminuci¨®n de las contribuciones de las empresas privadas. Por primera vez, despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas de un crecimiento sostenido, las organizaciones no gubernamentales pueden padecer una reducci¨®n significativa de sus presupuestos justo cuando m¨¢s recursos necesitan.
Es el momento de la solidaridad. De reconocer que las ONG, en ¨¦poca de crisis y permanentemente, tienen un rol y una capacidad diferencial para asistir a los que sufren la exclusi¨®n social y econ¨®mica. De apostar por ellas y sus causas como catalizadoras de cambios que transforman la sociedad. De darles todo nuestro apoyo en sus campa?as internacionales de movilizaci¨®n y presi¨®n pol¨ªtica para erradicar la pobreza en el mundo o para combatir el cambio clim¨¢tico, dos retos respecto de los cuales la crisis econ¨®mica est¨¢ frenando los ya d¨¦biles compromisos de los gobiernos.
En estos d¨ªas en los que nos planteamos c¨®mo debemos reformular el sistema econ¨®mico internacional, las propuestas de las organizaciones sin ¨¢nimo de lucro han de ser escuchadas.
Las ONG son la expresi¨®n de solidaridad de los ciudadanos. Son aquella parte de la sociedad civil que cree que es necesario y vale la pena participar activamente en la construcci¨®n de un mundo m¨¢s justo y sostenible, pero que tambi¨¦n cree que se deben atender las necesidades de las personas que est¨¢n en una situaci¨®n m¨¢s vulnerable. La solidaridad que no consiste en dar aquello que me sobra sino en compartir lo que somos y lo que tenemos, cada uno en funci¨®n de sus criterios y posibilidades. ?pocas como ¨¦stas son el mejor momento para demostrar la madurez de nuestra solidaridad. -
Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovaci¨®n Social de Esade.
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