Franz Ferdinand quiere madurar

Este mundo es un l¨ªo de cuidado; manda la desorientaci¨®n y la industria del disco est¨¢ que trina, cuando encuentra fuerzas. As¨ª que nada mejor que viejas recetas para conquistar nuevos est¨®magos. Cuatro a?os sin disco, noticias que se filtran sobre el nuevo, canciones in¨¦ditas que se enredan en la Red y una breve y selecta gira s¨®lo para muy fans prometi¨¦ndoles la guinda de ser los primeros en escuchar nuevo material. Viejo truco, pero efectivo. Se cumpliment¨® ayer por la noche en Barcelona, una de las pocas ciudades europeas escogidas para que Franz Ferdinand hagan votos por no ser grupo de s¨®lo dos discos.

Tonight Franz Ferdinand es el tercero del cuarteto escoc¨¦s, cuyas caras decoraban el tel¨®n que domin¨® el escenario del Espacio Movistar. Se publica en enero, pero en la Red ya se pueden escuchar dos piezas -Lucid dreams y Katherine kiss me-, ninguna de las cuales son¨® anoche, y est¨¢ disponible para descargas el single, Ulysses, tema bailable con teclados a?ejos que s¨ª fue interpretado. La banda compareci¨® para explicarse, confirmando que sus nuevas canciones tienen un tono menos anfetam¨ªnico que los habituales navajazos guitarreros que les convirtieron en flor ?de cu¨¢ntos d¨ªas? Esa duraci¨®n negocia el grupo ahora.

El cuarteto estren¨® en Barcelona varios temas de su pr¨®ximo disco

Abrieron con Bite hard, pieza nueva marcada por teclado que no pareci¨® garantizar¨ªa jubilaci¨®n alguna. Do you want to? reivindic¨® su pasado con el p¨²blico botando y otra nueva, Turn it on, aplac¨® ¨¢nimos indicando que en su intenci¨®n de no repetirse, el grupo ha optado por serenar el pulso r¨ªtmico intentando no perder por el camino su sonido ochentero.

Este esp¨ªritu brot¨® con The dark of matinee, una de las piezas triunfales de su primer disco. Cosquillitas en la barriga, guitarras raca-raca y un aire que, como la m¨²sica del grupo, evoca a todos sus referentes: de The Cure a Joy Division, de Gang Of Four a los Talking Heads pasando por Television, pongamos por caso. Y es que el futuro ya est¨¢ aqu¨ª, y para confirmarlo, Franz Ferdinand siguieron con Michael, otro ¨¦xito de su primer disco. Pero donde la banda estuvo m¨¢s fina y sutil fue al mezclar el final del tema por el que son recordados, Take me out, con el bailable, al menos de forma comedida y sin despeinarse, Ulysses. Otra de las nuevas piezas, What she came for dej¨® patente que para sacar conejos de la chistera no basta con estar cuatro a?os charlando con ellos. La pieza, con un sonido muy propio de la casa, pierde fuelle, apresto y turgencia al bajar la intensidad r¨ªtmica. S¨ª, es cierto que Alex Kapranos, vocalista del grupo, ha dicho que no quieren estar toda la vida "como un adolescente practicando sexo". Y se comprende, el acn¨¦ no es eterno, pero entre el "aqu¨ª te pillo y aqu¨ª te mato" y el sexo tirando a t¨¢ntrico, media un trecho. Encontrar el punto medio parece la empresa en la que el cuarteto escoc¨¦s est¨¢ metido. Como el mundo es tan raro, nadie se atreve con las predicciones.

Con el p¨²blico feliz como una tachuela en la autopista, Franz Ferdinand acabaron el show, apenas hora y cuarto, metiendo una buena dosis de anfetamina en forma de canci¨®n. ?xitos infalibles para despedir el concierto en el que el grupo dijo que se quieren hacer un poquito mayores. A ver si les dejan. A ver si saben.