El virus no se olvida de Jos¨¦
El Gobierno regional, a la cola en prevenci¨®n, no renueva el plan contra el sida que finaliz¨® en 2007 - Uno de cada cuatro pacientes de Espa?a vive en la Comunidad
Miguel est¨¢ bien, aunque la boca sigue siendo una cavidad oscura y vac¨ªa. Jos¨¦, El Tete, sin embargo, est¨¢ muy mal. Tanto, que su madre, Mar¨ªa Jos¨¦, ya ha conseguido que el m¨¦dico, despu¨¦s de tres semanas de s¨²plicas, consienta en ponerle unos parches de morfina. Morir¨¢ en su bloque, en una cama de ¨¦sas con manivela donada por un particular, frente a un escudo de piedrecitas luminosas del Rayo Vallecano. Desde la casa de Mar¨ªa Jos¨¦ se ve el campanario de Villa de Vallecas. Tiene 62 a?os y se han muerto cuatro de sus nueve hijos. Tres fallecieron a causa del VIH, el cuarto -"mi Borja"-, tras una persecuci¨®n policial. El Tete sujeta la mano de su madre con fuerza, toda la que le queda est¨¢ concentrada en esa mano huesuda. Ni siquiera puede fumar solo.
Pero el sida, una enfermedad que afecta a 18.084 madrile?os y cuyo virus portan much¨ªsimos m¨¢s, ya no est¨¢ de moda. Ni siquiera en los planes del Gobierno regional, aunque ma?ana lunes sea el d¨ªa mundial de la enfermedad. El ¨²ltimo plan abarcaba de 2003 a 2007. Nunca se renov¨®. Hay nuevos desaf¨ªos ligados a la pandemia. "Los j¨®venes piensan ahora que esto es como tener diabetes, se baja la guardia", sentencia Feren, educador de la ONG Apoyo Positivo antes de dar un dato muy preocupante: "Los cuatro ¨²ltimos casos que nos han llegado son menores de 21 a?os".
"Me tomo las pastillas y ya est¨¢", es la imprudente respuesta que empieza a o¨ªrse en los institutos. El Gobierno regional destin¨® 1.000 euros anuales a cursillos de prevenci¨®n para j¨®venes. La cifra se encuentra en uno de los gruesos tomos de los Presupuestos de 2007.
Desde la parte trasera de la furgoneta, Aurora ve el pendiente en la oreja derecha de Jorge, trabajador social de Apoyo Positivo. Necesita inclinarse un poco para hablarle. Su voz es un hilillo que se pierde entre el murmullo de la calefacci¨®n. A Aurora, que va abrigada como una cebolla, le dio una fuerte cefalopat¨ªa. "Llevaba un parche en un ojo y no pod¨ªa ni hablar ni andar", recuerda con ese timbre apenas audible que surge de un esqueleto sin grasa. Casi trasl¨²cido. Aunque la cara, operada, est¨¢ muy bien. "Antes parec¨ªa un fantasma, me deprim¨ªa mucho", dice con su imparable sentido del humor, su risilla entrecortada pero constante. Aurora camina con un carrito de la compra lastrado por dos litros de leche. "Es que los andadores esos de viejo me dan verg¨¹enza", confiesa coqueta. Su vida es aburrida. No puede casi salir de casa. Por eso, es tan importante su relaci¨®n con la ONG. Con ellos y con otros enfermos come los jueves.
La labor de estas organizaciones es vital para los enfermos. Excepto la parte m¨¦dica, el grueso de asesoramiento, tanto legal como psicol¨®gico cae sobre sus hombros. Sin embargo, el dinero que dedica Madrid a financiarlas es s¨®lo un 5,1% del total que aportan todas las comunidades. La regi¨®n destin¨® 333.980 euros en 2006, mientras que Catalu?a, por ejemplo, aport¨® cuatro veces m¨¢s (1.495.550 euros). Uno de cada cuatro infectados en Espa?a vive en la Comunidad de Madrid.Guillermo se dej¨® los dientes hace dos meses por ah¨ª. Olvidados. Aurora tambi¨¦n los perdi¨® de vista, pero los recuper¨® "antes de que una se?ora de la limpieza se los llevara". Los dientes son importantes. Los paga la Comunidad. "Es que por aqu¨ª", dice Miguel y se?ala el agujero por el que habla, "te entran todas las infecciones". Adem¨¢s, no da muy buen aspecto. "Para encontrar trabajo no ayuda, la verdad", concede. Miguel busca una ocupaci¨®n como jardinero. Hace cursillos. Sus anal¨ªticas son buenas. Habla de defensas y de carga viral con la naturalidad de quien comparte durante muchos a?os su vida con el virus. Hace no mucho estaba ingresado, "muy chungo", en un hospital. Despu¨¦s las cosas mejoraron. Tom¨® mejor su medicaci¨®n, que ha pasado de ser una ristra de pastillas interminable a unos cuatro comprimidos.
El problema de Miguel, como el de Teresa, es que se enteraron tarde de que eran portadores. Teresa lo descubri¨® porque tuvo un c¨¢ncer. Un auxiliar se lo dijo. As¨ª, de sopet¨®n. Ella no pertenec¨ªa a ning¨²n grupo de riesgo y ten¨ªa un ni?o de un a?o. Ambos tienen el virus. Se lo contagi¨® su ex pareja. "El cabr¨®n no dijo nada", recuerda Teresa, con bastante rabia. Pero su caso no es excepcional.
Madrid no s¨®lo se encuentra a la cabeza en casos de sida acumulados desde el inicio de la epidemia sino que adem¨¢s presenta un "alarmante" retraso en el diagn¨®stico del VIH, seg¨²n denuncia la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA). Lo admite la propia Direcci¨®n General de Atenci¨®n Primaria en los materiales que ha elaborado con ocasi¨®n del D¨ªa Mundial del Sida: "Durante el periodo 2002-2007, importante retraso diagn¨®stico de infecciones por VIH, el 42,9% de los casos de sida". Se considera diagn¨®stico tard¨ªo cuando pasan menos de 12 meses entre el diagn¨®stico de la infecci¨®n por VIH y el de sida.
"La mayor¨ªa de los diagn¨®sticos son en fase sida y no en fase VIH", confirma desde la cocina de su sede en Villaverde Feren, de Apoyo Positivo. Eso es porque las pruebas no se hacen con la intensidad y la frecuencia debidas. En Madrid s¨®lo hay dos lugares donde se puede hacer el test an¨®nimo. Sin embargo, en Barcelona se ha puesto en marcha un programa piloto en el que 25 farmacias realizan la prueba r¨¢pida. En Madrid tambi¨¦n est¨¢n empezando a hacerlas algunas asociaciones como Tri¨¢ngulo o Cogam.
A pesar de que no existe un registro de infecci¨®n por VIH, un estudio piloto ha recopilado informaci¨®n epidemiol¨®gica de 565 nuevos diagn¨®sticos de VIH en la regi¨®n entre 2007 y lo que va de 2008. De ellos, casi el 80% son hombres, con una media de edad de 39 a?os y el mecanismo de transmisi¨®n m¨¢s frecuente fue la v¨ªa sexual (77,7%).
El caso de Teresa, de suceder ahora y haber tenido un diagn¨®stico precoz, nunca hubiera ocurrido. Los beb¨¦s que nacen de madres infectadas ya no son portadores del virus. Siempre y cuando se sepa antes de que nazcan, claro. Nacen por ces¨¢rea y una bater¨ªa de antivirales hacen desaparecer por completo el VIH de su sangre.
Pese a la acumulaci¨®n de evidencias, las administraciones son lentas. Caminan arrastrando los pies, como Aurora, que no ha querido pedir una silla de ruedas: "Porque se me va el brazo izquierdo y seguro que acabo empotrada en una farola". Tambi¨¦n tiene algunas dificultades motoras Miguel. Pero no son por su estado f¨ªsico. El problema, es que necesita unas gafas nuevas y "valen mucho". Jorge le escucha y apunta: "Gafas". Sugiere que se las pedir¨¢ a C¨¢ritas, pero advierte de que esta asociaci¨®n est¨¢ saturada por la crisis.
Una coyuntura que tambi¨¦n ha llegado hasta este piso de Apoyo Positivo. La mayor¨ªa de sus "clientes" cobra una pensi¨®n de m¨ªnimos no contributiva. Entre 350 y 500 euros. "Ahora nos empiezan a pedir paquetes de galletas", confirma Jorge. Los problemas mutan, pero el dinero permanece congelado.
Hombres, 39 a?os
- En la regi¨®n hay 18.084 enfermos de sida.
- El 42,9% de los casos de sida se diagnosticaron en esta fase de la enfermedad.
- El 80% de los nuevos pacientes son hombres, con una media de edad de 39 a?os y el mecanismo de transmisi¨®n m¨¢s frecuente es la v¨ªa sexual.
- El Gobierno regional gast¨® en 2007 1,2 millones de euros en prevenci¨®n, que tan s¨®lo supon¨ªa el 1,19% del presupuesto dedicado a combatir la enfermedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Presupuestos auton¨®micos
- Grupos apoyo
- Financiaci¨®n auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- VIH SIDA
- Estad¨ªsticas
- Madrid
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Enfermos
- ETS
- Pol¨ªtica sanitaria
- Enfermedades infecciosas
- Asistencia sanitaria
- Enfermedades
- Comunidad de Madrid
- Sanidad
- Medicina
- Finanzas p¨²blicas
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Finanzas
- Salud