Tint¨ªn en Kafirist¨¢n

A Ignacio Garc¨ªa May le hubiera gustado tener los medios y el empuje de Enrique Rambal para montar Miguel Strogoff o Viaje al centro de la Tierra con 40 actores y un pterosaurio articulado. Pero como estamos en vacas flacas, se ha puesto a hacer teatro de aventuras con cuatro int¨¦rpretes, tres alfombras y dos celos¨ªas. ?Hay que echarle imaginaci¨®n! La suya es de ni?o pobre: a todo le saca jugo y juega con todo. Con una cortina crea un alud en las monta?as del Kafirist¨¢n y con un banquito alfombrado, el puente colgante desde el que se despe?a Dani Dravot, el aventurero brit¨¢nico que se hizo pasar por dios.

Esta adaptaci¨®n de bolsillo, breve y centelleante, del relato de Kypling El hombre que quiso ser rey, parece un genio reci¨¦n salido de su l¨¢mpara: es la ant¨ªtesis de la c¨¦lebre superproducci¨®n de John Huston, de la que no desmerece en nada. A cuerpo limpio, Marcial ?lvarez, Jos¨¦ Luis Pati?o y los m¨²sicos Majad Javadi y Eduardo Aguirre de C¨¢rcer evocan paisajes ex¨®ticos, un ej¨¦rcito entren¨¢ndose o un reba?o de cabras pastando en la madrugada. Su trabajo es ejemplo de c¨®mo en teatro la sugerencia casi siempre funciona mejor que la ilustraci¨®n.