Homofobia

Hace un rato pensaba que V¨ªctor Vel¨¢squez, senador de Colombia Viva-Uni¨®n Cristiana, era, adem¨¢s de hom¨®fobo, un carca. Ahora casi le dar¨ªa un abrazo. Atribuyo al Vaticano, que, una vez m¨¢s, consigue hermanar a las personas, mi reconciliaci¨®n con el senador Vel¨¢squez. El senador, de fe protestante, ha planteado un debate parlamentario sobre la versi¨®n colombiana de Aqu¨ª no hay quien viva, porque le parece que la pareja homosexual de la serie resulta peligrosa para los ni?os. "He visto a ni?os de seis a?os que juegan a ser Mauri y Fer", ha dicho. Bueno, ha dicho m¨¢s que eso: "El libretista del programa utiliza un lenguaje descomedido, obsceno y desfachatado, carente de cualquier buena conducta; adem¨¢s, las actrices y los actores se exhiben sin limitaci¨®n ni recato, y en apolog¨ªa al homosexualismo conviven gays y lesbianas y hombres con mujeres en uni¨®n libre".

Las palabras del senador me parec¨ªan una exageraci¨®n disparatada. Pero entonces ha intervenido el Vaticano, una instituci¨®n experta en poner las cosas en su justa perspectiva. La UE, bajo la presidencia francesa, plantea ante la ONU la despenalizaci¨®n de la homosexualidad. El Vaticano se opone, porque, dice, "se crear¨ªan nuevas e implacables discriminaciones" (contra los hom¨®fobos, se supone) y los Estados que no reconocen el matrimonio homosexual ser¨ªan "objeto de presiones". En realidad, como queda expl¨ªcito en la propuesta europea, el ¨²nico objetivo consiste en que nadie sufra c¨¢rcel o pena. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, se muestra muy ufano: "Menos de 50 estados miembros de Naciones Unidas se han adherido a la propuesta y m¨¢s de 150 no se han adherido; la Santa Sede no est¨¢ sola". No, no est¨¢ sola. Est¨¢ en compa?¨ªa de pa¨ªses como Afganist¨¢n, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª, Sud¨¢n y Yemen, donde se ejecuta a los homosexuales.

La m¨¢xima jerarqu¨ªa cat¨®lica se ha descalificado a s¨ª misma. El pobre senador Vel¨¢squez puede estar equivocado, o no, pero, pese a sus floridas invectivas, s¨®lo pide que Aqu¨ª no hay... se emita en horario nocturno. Comprendan que, en comparaci¨®n, lo suyo sea casi honroso. Venga un abrazo, senador.