"Soy un 'ultra', no un criminal"
El fiscal pide ocho a?os de c¨¢rcel para Santos Mirasierra, el seguidor del Marsella detenido desde hace dos meses tras los disturbios en el estadio Calder¨®n
"S¨ª, soy un ultra, pero no un hooligan ni un criminal". Con esas palabras abandon¨® ayer Santos Mirasierra el Juzgado 20 de lo Penal de Madrid mientras sus familiares ve¨ªan c¨®mo el hincha marsell¨¦s, de 34 a?os, regresaba a la c¨¢rcel de Estremera. El hispano-franc¨¦s, detenido tras los disturbios previos al partido de la Champions que enfrent¨® el 1 de octubre al Atl¨¦tico y el Olympique de Marsella en el estadio Calder¨®n, espera ahora a que la juez Caridad Hern¨¢ndez decida sobre las acusaciones que le mantienen encarcelado desde hace dos meses. "Habr¨¢ sentencia en menos de 48 horas", confirm¨® Erlantz Ibarrondo, el abogado de Mirasierra, rodeado por una nube de periodistas espa?oles y franceses.
"No pegu¨¦ al polic¨ªa. S¨®lo le empuj¨¦ para proteger a una chica", dijo el hincha franc¨¦s
La fiscal¨ªa se ratific¨® en solicitar cuatro a?os de prisi¨®n para Mirasierra por un delito de des¨®rdenes p¨²blicos, otros cuatro por un delito de lesiones a la autoridad y una multa de 1.200 euros. "Los testimonios policiales son contradictorios. Hay que respetar la presunci¨®n de inocencia de Santos", afirm¨® Ibarrondo, que solicit¨® la absoluci¨®n del ultra "o mes y medio de prisi¨®n si la juez estimase el delito de lesiones", coment¨® reconociendo el empuj¨®n que Mirasierra propin¨® a un polic¨ªa.
"Era la primera vez que nos hac¨ªan quitarla", argument¨® Mirasierra cuando le preguntaron por la famosa pancarta con la imagen de una calavera -"de aspecto nazi", seg¨²n el fiscal- que, al negarse los radicales a retirarla, origin¨® el altercado. "Era la cuarta vez que esa pancarta entraba en un estadio espa?ol. Antes no hubo problemas", le apoy¨® en su testimonio el jefe de seguridad del Marsella.
Cuando la polic¨ªa apareci¨® para ayudar a los stewards (personal de organizaci¨®n de la UEFA) a retirarla, se desat¨® el caos. "Alguien me empuja por detr¨¢s y caigo al suelo. Me pegan patadas. Me quitan el casco. ?Me quedo a los pies de los caballos!", explic¨® un agente que hasta contemplar el v¨ªdeo no supo que Santos fue quien le empuj¨®. "Pero yo no le pegu¨¦. S¨®lo le empuj¨¦ para proteger a una chica rubia que estaba en el suelo", se excus¨® Mirasierra. El fiscal se afanaba en buscar a la muchacha en las im¨¢genes.
-?D¨®nde la ve usted?
-Aqu¨ª.
-?Eso... es una mujer?
Hubo risas en la sala. La chica se llama Christine Vallete. Fue uno de los 14 testigos que present¨® la defensa. "Por los porrazos recibidos me tuvieron que dar 11 puntos de sutura en la cabeza", asegur¨® Christine.
El mismo agente que recibi¨® el empuj¨®n asegur¨® que fue Mirasierra quien lanz¨® un asiento al jefe policial en la bocana de la grada provoc¨¢ndole una brecha. El v¨ªdeo, sin embargo, s¨®lo muestra la silla volando e impactando contra su compa?ero. "Adem¨¢s", a?adi¨® Ibarrondo, "es el mismo polic¨ªa que dec¨ªa que el asiento lanzado era rojo cuando es blanco. Una contradicci¨®n importante. No se puede acreditar la participaci¨®n de Santos en ese incidente", afirm¨® en su conclusi¨®n.
"?Santiii...!", le gritaron los familiares a Santos cuando, con los grilletes, abandon¨® la sala. "?Esto es una sede judicial, no un partido de f¨²tbol!", les reprendi¨® un ujier. "Antes no cre¨ªa en la justicia espa?ola, ?pero ahora lo hago menos que nunca!", protestaba Lucile, la hermana de Santos, tan indignada como sus familiares con la labor de la int¨¦rprete nombrada para el juicio: "?Lo traduc¨ªa todo mal!". Tan mal que Ibarrondo solicit¨® que Mirasierra, de ascendencia extreme?a, tradujese a los testigos interrogados. La juez rechaz¨® la idea.
"Si ten¨ªan que haber encerrado a alguien, tendr¨ªa que haber sido a ¨¦se", comentaba un periodista franc¨¦s se?alando a Christophe Bourguignon, el l¨ªder del grupo Commando Ultra 84 al que pertenece Santos y que ayer asisti¨® a la vista con otros siete ultras marselleses. "He dado mi vida, mi dinero, mis vacaciones por seguir al Olympique", concluy¨® Mirasierra. "?Y soy inocente!".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.