Ere que Ere
Ahora que el g¨¦lido invierno deja a los ni?os sin escuela en el interior del pa¨ªs y pone cadenas a la imaginaci¨®n en Pedrafita y todos los puertos lim¨ªtrofes, ahora que Touri?o es prisionero del deshielo como un gobernador de Siberia y Obama de la prudencia, es el momento de volver con un residuo de iron¨ªa al teatro de operaciones: los buitres trazan c¨ªrculos alrededor del cad¨¢ver, los reanimadores se ofrecen a lo largo de las p¨¢ginas de contactos, el ¨²ltimo vendedor de bonos-basura llora a la puerta de un banco y el a?orado mecenas de la construcci¨®n vuelve del exilio en Cabo Verde y vende ropa deportiva en el mercado dominical de Padr¨®n sin que nadie le conozca.
No me gusta un pelo lo que veo: la imagen de Cascos saliendo de los juzgados tras mandar otro "buque" al naufragio por tel¨¦fono se me superpone a la del asesino de Ponte Caldelas (ahora va a ser que la tecnolog¨ªa israel¨ª no funciona, o que no le apretaron bien las tuercas, vaya). Tambi¨¦n la repentina felicidad de Rajoy por las encuestas se me l¨ªa en la cabeza con esas largas colas para comprar el d¨¦cimo de la Navidad, ¨¦ste a?o con esa tristeza hu¨¦rfana de los parados como si fuera Oliver Twist. El cotarro, que dice Solbes, no se mueve ni un cent¨ªmetro; el cotarro baila solo.
Dicen los bucaneros del capitalismo que la crisis es un buen momento para hacerse m¨¢s rico si cabe
Pero hay todav¨ªa m¨¢s en este invierno napole¨®nico. El ERE. S¨ª, esa epidemia que aparece como la gripe con una virulencia desusada en ¨¦pocas de depresi¨®n. Expedientes de regulaciones de empleo por doquier que afectan primero a los colectivos de riesgo (inmigrantes, j¨®venes, mujeres) y que en una segunda oleada llega a los inmunes (directivos con sueldos altos y edad avanzada, empleados rebeldes, embarazadas persistentes. No hace falta saber mucho de econom¨ªa para comprobar in situ que es de los correctivos preferidos por el brazo armado del capitalismo para limpiar el barco y arrojar a los indeseables por la borda.
Dicen los bucaneros del capitalismo, con Warren Buffet a la cabeza, que la crisis es un buen momento para las ideas, para hacerse m¨¢s rico si cabe, y ver como las malas cabezas de unos pocos han acabado con los ahorros de muchos millones de ciudadanos. No vamos a insistir en el paisaje conocido: ?quiebra hasta el primer banco island¨¦s que es como el colmo de los males! ?el banco del pa¨ªs que tiene mejor calidad de vida del mundo seg¨²n las estad¨ªsticas internacionales! Pero volviendo al Ere regresa esa sensaci¨®n persistente de injusticia. Somos parte de la cadena de montaje y no me refiero aqu¨ª s¨®lo a la castigada clase trabajadora de Citr?en, que tambi¨¦n, sino por una especie de par¨¢bola darwiniana. Mientras fuimos j¨®venes, porque se nos dilat¨® hasta casi los 35 la situaci¨®n de interinidad, la del mileurismo, luego vino el periodo hipotecario de la existencia, y cuando todo parec¨ªa estar tranquilo empezaron estas turbulencias que empiezan a afectar al empleo y que pone tan nerviosos a los bancos y a nuestros jefes.
Es el momento como ya digo de los "ejecutores", gentes sin especial talento en sus profesiones que son impagables a la hora de aplicar el reglamento; magos de la reducci¨®n de costes y la deslocalizaci¨®n, personajes que siempre guardan un oculto rencor por la especie en la americana; agentes del despido libre y de la falsa responsabilidad social . Ya he visto los primeros cad¨¢veres en la cuneta, personas que llevaban a?os en la lista negra a la espera de la galerna, desafectos a la insignia de su empresa, librepensadores... Luego empezar¨¢n a llegar los siguientes a las oficinas de Empleo: la corbata un poco m¨¢s ca¨ªda que de costumbre, el h¨¢bito perdido de los lunes al sol... D¨¦nse una vuelta por el Inem para ver el paisaje humano: no s¨®lo inmigrantes, no s¨®lo alba?iles, empieza el ERE, puede tocarle a usted, a su vecino, a¨²n no se ha probado ninguna vacuna en la historia del capitalismo contra el ERE.
Siento ser tan pesimista. Es casi el mismo tono con el que escrib¨ªa Bertolt Brecht en la Alemania de entreguerras, s¨®lo que ahora estamos mejor preparados que entonces: un avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea Espa?ola puede recogerle de sus porno-vacaciones en Tailandia.
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