Escenarios de un novel¨®n
Una ruta por Comillas, de El Capricho de Gaud¨ª al neog¨®tico del palacio de Sobrellano, siguiendo el ins¨®lito legado del primer marqu¨¦s de la localidad
Hay lugares donde la presencia de un hombre lo impregna todo. Antonio L¨®pez y L¨®pez, el primer marqu¨¦s de Comillas, parece proyectar en esta localidad c¨¢ntabra, donde naci¨® en 1817, la incre¨ªble pel¨ªcula de su vida, y cualquier rinc¨®n al que se asome tendr¨¢ relaci¨®n con ¨¦l. Este hijo de pescadera, hu¨¦rfano de padre, emigr¨® a Cuba a los 14 a?os como mozo de un buque mercante. Debi¨® de nacer con un don para los negocios, porque a?os despu¨¦s pose¨ªa una flota naviera y plantaciones de tabaco en Cuba y Filipinas, inversiones en el ferrocarril y la miner¨ªa, y fundaba el Banco Hispano Colonial, que ayud¨® al Gobierno de Alfonso XII a costear la guerra de Cuba.
Cuando volvi¨® al viejo puerto ballenero, tras vivir en Santiago de Cuba y Barcelona, trajo a los artistas del modernismo catal¨¢n para embellecer Comillas. Su efigie monumental mira pasar la vida desde aqu¨ª; desde Barcelona y C¨¢diz subida a un pedestal con forma de proa, y hasta el municipio mexicano de Marqu¨¦s de Comillas en Chiapas lleva hoy su nombre, porque don Antonio posey¨® tambi¨¦n una extensa franja en la regi¨®n.
Igual si usted padece esta maldita pulsi¨®n por escribir acerca de todo, lo que le asalte en Comillas sean las ganas irrefrenables de armar una novela con la vida de este hombre. Puede indagar en la biograf¨ªa que hizo su cu?ado, que, molesto por cuestiones lucrativas, cuenta c¨®mo el grueso de su fortuna proven¨ªa del comercio con esclavos. Aqu¨ª, si quiere seguir su rastro, lo mejor es que comience con la ruta modernista desde la plaza de Fuente Real despu¨¦s de tomarse el verm¨² en su antigua taberna espejada de azulejos.
Girasoles cer¨¢micos
Lo primero que va a encontrar en la subida al cerro de Sobrellano es un peque?o edificio de formas suaves, todo encintado de girasoles cer¨¢micos que el concu?ado soltero del marqu¨¦s encarg¨® a Gaud¨ª para sus distracciones estivales: la Villa Quijano, conocida desde entonces como El Capricho y convertida en uno de los emblemas locales. Gaud¨ª era entonces pupilo del arquitecto Joan Martorell y hab¨ªa sido su ayudante en el proyecto de la vivienda que don Antonio quer¨ªa hacerse en el lugar donde transcurri¨® su humilde infancia. Martorell levant¨® en s¨®lo un a?o la capilla que hallar¨¢ cobijada en la espesura cuando abandone El Capricho repuesto del asombro: una catedral en miniatura contigua al palacio de Sobrellano, la ostentosa mansi¨®n neog¨®tica del marqu¨¦s que tiene hasta sal¨®n del trono.
Frente al palacio, subida a un mont¨ªculo que domina todo Comillas, se alza la Universidad Pontificia. Concebida como un centro seminarista que el jesuita Tom¨¢s G¨®mez solicit¨® al marqu¨¦s, la obra fue terminada por su hijo con ese boato enladrillado y p¨¦treo que se impone a los blandos cerros salpicados de vacas. Algunos de sus becados llegar¨ªan a las altas esferas de la Iglesia cat¨®lica, y Comillas gan¨® el sobrenombre de ciudad arzobispal. Quiz¨¢ por eso le impresione ese aire vetusto y recatado que se respira en las calles, igual al de un novel¨®n del XIX, como si se hubiese detenido el tiempo y los comillanos poseyeran un secreto que diera fuerza a su car¨¢cter. En el siglo XVII, este pueblo levant¨® con sus manos la iglesia de San Crist¨®bal junto al antiguo Ayuntamiento cuando el duque del Infantado quiso reservar para ¨¦l solo un banco de la antigua parroquia, que acab¨® abandonada y en ruinas. Hoy sus restos g¨®ticos arropan los nichos del cementerio sobre el acantilado de Los Muertos como una advertencia, custodiados desde lo alto por un ¨¢ngel blanco con espada que don Antonio encarg¨® al escultor Josep Llimona. Por la plazuela de Ruiz de la Rabia ir¨¢ a dar al Corro Camp¨ªos, donde vecinos y forasteros toman caf¨¦ o helado dejando pasar la tarde.
Si se da una vuelta por todo el casco urbano, ver¨¢ que el hermoso rigor de su arquitectura popular de casas balconadas no tiene nada que ver con las viviendas de los veraneantes ilustres, que llegaron atra¨ªdos por las relaciones p¨²blicas del marqu¨¦s, como las mansiones de La Coteruca o El Duque, y que terminaron por convertir el puerto en una aristocr¨¢tica localidad costera.
Los alrededores de Comillas ofrecen parajes id¨ªlicos para que vaya ordenando los avatares de don Antonio mientras pasea. Incluso puede pedalear por el carril bici desde la plaza del Ayuntamiento por el paseo de Solatorre hasta la r¨ªa de La Rabia para entrar en el Parque Natural de Oyambre. En este humedal los troncos desnudos brotan del agua igual que m¨¢stiles, y los mariscadores y aves acu¨¢ticas faenan en pac¨ªfica convivencia. Tras el desv¨ªo del c¨¢mping, una estrecha carretera entre eucaliptos y prados lleva a la espectacular playa de Oyambre, donde las dunas ara?an terreno a la hierba a lo largo de cinco kil¨®metros.
Tambi¨¦n podr¨ªa ir a la aldea de Rioturbio, subir al monte Corona cogiendo casta?as y moras hasta la ermita de San Esteban, y contemplar, tras un tapiz de bosque y campi?a, el perfil costero abrigado por los Picos de Europa, o buscar otras ermitas como la de San Antonio entre sotos de robles y hayas. Si adem¨¢s necesita una estampa buc¨®lica para imaginar al marqu¨¦s en su jard¨ªn, tome la ruta que se adentra en el valle, hasta Ruise?ada y la iglesia g¨®tica de San Adri¨¢n, y d¨¦jese guiar por los meandros del arroyo Rioensenada sintiendo en las plantas de sus pies la blandura de los pastos. A estas alturas, seguro que esa novela sobre el ilustre comillano habr¨¢ ido tomando forma. Y ahora, si¨¦ntese y escriba. ? Ana Esteban es autora de la novela La luz bajo el polvo (Ediciones del Viento, 2000).
Gu¨ªa
Visitas
? Los jardines de El Capricho pueden vistarse gratis de martes a s¨¢bado, desde las 10.00 hasta la hora de cierre del restaurante (www.elcaprichodegaudi.com; 942 72 03 65). Los domingos, hasta las 18.00.
? El Palacio de Sobrellano y su capilla-pante¨®n cuentan cada uno con visitas guiadas de lunes a domingo, de 10.30 a 17.30 (¨²ltima visita). Cada una cuesta 3 euros y dura media hora. Visitar los jardines (de 10.00 a 18.00) es gratis.
? La Universidad Pontificia est¨¢ cerrada por reformas y sin fecha de apertura prevista todav¨ªa.
Informaci¨®n
? Oficina de Turismo
(942 72 25 91; www.comillas.es). En el Ayuntamiento. Plaza de Joaqu¨ªn del Pi¨¦lago, 1.
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