Diez a?os de Eur¨ªbor
Hace una d¨¦cada, las viejas referencias monetarias europeas y sus ¨ªndices dom¨¦sticos de tipos de inter¨¦s dejaron paso a una denominaci¨®n com¨²n y una curva de tipos de inter¨¦s homog¨¦nea en un proceso que result¨® tan ambicioso como exitoso en su culminaci¨®n. Diez a?os despu¨¦s, el Eur¨ªbor se ha convertido en uno de los t¨¦rminos m¨¢s manidos y pr¨®ximos al ciudadano. Con sus oscilaciones, ha estimulado la demanda de cr¨¦dito a niveles sin precedentes o ha contribuido a deprimir de forma dr¨¢stica las expectativas de consumidores e inversores, como en las circunstancias actuales. Haciendo un poco de retrospectiva, el rango de variaci¨®n no ha sido en absoluto tan acusado como el registrado por las pol¨ªticas monetarias nacionales previas. Frente a los m¨¢ximos de apenas hace unas semanas, pr¨®ximos al 5,50% (por ejemplo, en el Eur¨ªbor 12 meses), los m¨ªnimos apenas llegaron a situarse por debajo del 2% en 2003, niveles, por cierto, hacia los que nos encaminamos en 2009.Siendo un elemento tan relevante para las condiciones financieras de las familias y empresas, resulta parad¨®jico que esta media se haga bajo supuestos que no reflejen la verdadera situaci¨®n del mercado. Recordemos que el Eur¨ªbor se calcula para diferentes plazos (desde una semana hasta 12 meses) promediando las cotizaciones a las que est¨¢n dispuestos a prestarse entre s¨ª un conjunto de bancos -actualmente 43- y que se suponen que son las entidades crediticias de mayor solvencia y de mayor actividad en el mercado euro.
El Eur¨ªbor actual se encuentra sobrevalorado cerca de dos puntos porcentuales
No obstante, analizando exclusivamente las expectativas de tipos de inter¨¦s, el Eur¨ªbor actual se encuentra sobrevalorado cerca de dos puntos porcentuales como consecuencia de las primas de riesgo de cr¨¦dito y liquidez que los bancos incorporan en sus cotizaciones. Y adem¨¢s, ni siquiera existe un mercado significativo a dicho nivel. Ni las entidades financieras se financian entre s¨ª a estos niveles, ni tampoco a prestatarios de mayor solvencia que ellos, como son, por ejemplo, los emisores p¨²blicos.
Es evidente que nos encontramos ante una ruptura del mercado, por lo que deber¨ªa abrirse una reflexi¨®n sobre los inconvenientes de vincular millones de contratos, entre ellos los pr¨¦stamos hipotecarios de las familias, a referencias tan distorsionadas. -
Iker Goikoetxea y C¨¦sar Cantalapiedra son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (grupo Afi).
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