El Kremlin maquilla a Stalin
Los principales expertos internacionales advierten contra la rehabilitaci¨®n del dictador y el olvido de millones de v¨ªctimas que impulsa el Gobierno ruso
La figura de Stalin se proyecta a¨²n sobre el presente y el futuro de Rusia. La m¨¢s ambiciosa conferencia internacional celebrada en Mosc¨² sobre los problemas del estudio de este personaje hist¨®rico concluy¨® con advertencias contra la revalorizaci¨®n de I¨®sif Stalin (1879-1953) y contra el olvido del terror que instig¨®. "Nos inquieta la amplia difusi¨®n de recetas para el renacimiento de Rusia por la v¨ªa de una modernizaci¨®n autoritaria o incluso la dictadura y la propaganda de una violencia justificada desde el punto de vista hist¨®rico con muchos millones de v¨ªctimas y purgas sociales", se dice en la resoluci¨®n final de la conferencia, que del 5 al 7 de diciembre reuni¨® a especialistas de casi un centenar de instituciones.
Muchos manuales evitan definir el estalinismo como r¨¦gimen totalitario
Los simpatizantes del tirano han pasado del 12% a un 50% en pocos a?os
Desde la Universidad de Harvard a la Sorbona pasando por Cambridge, Stanford o Varsovia estuvieron representadas en un evento que ha de repetirse en el futuro, seg¨²n sus organizadores, entre los que estaban el Archivo Estatal, la fundaci¨®n del primer presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin; Memorial, la organizaci¨®n no gubernamental dedicada al recuerdo de las v¨ªctimas del estalinismo, y la Editorial Enciclopedia Pol¨ªtica Rusa, que publica una historia de este fen¨®meno en 100 vol¨²menes.
Pese al nivel de los reunidos, la conferencia no mereci¨® un saludo del presidente, Dmitri Medv¨¦dev, que en cambio envi¨® un mensaje cordial a un simposio dedicado al fallecido escritor Alexandr Solzhenitsin y a otros eventos coincidentes. Stalin es un tema delicado para el Kremlin, cuyas ideas sobre el reforzamiento de Rusia han jugado con una imagen positiva del tirano. El 12% de simpatizantes de Stalin registrados en sondeos de los a?os noventa se ha convertido en m¨¢s de un 50% en esta d¨¦cada, mientras la represi¨®n masiva ha sido marginada al inconsciente colectivo, explic¨® Lev Gudkov, director del centro anal¨ªtico Levada. La novedad, seg¨²n el soci¨®logo, es que la imagen favorable de Stalin ha ganado terreno entre gente con educaci¨®n superior. La mayor¨ªa culpa del terror al r¨¦gimen y m¨¢s del 50% est¨¢n a favor del olvido.
Stalin provoc¨® millones de v¨ªctimas con la industrializaci¨®n forzada, pero con ¨¦l la URSS venci¨® al nazismo y se transform¨® en una potencia nuclear. Un libro de texto autorizado, del que es autor Alexandr Fil¨ªppov, presenta a Stalin como un ejecutivo eficaz y un modernizador y sit¨²a al actual primer ministro ruso, Vlad¨ªmir Putin, en esta l¨ªnea, aunque sin represi¨®n. "Ustedes usan argumentos que los j¨®venes no comprenden", espet¨® el ministro de Educaci¨®n de Rusia, Andr¨¦i F¨²rsenko, a los historiadores el domingo, cuando ¨¦stos le interpelaron sobre el manual.
F¨²rsenko aconsej¨® tratar la figura de Stalin "con argumentos comprensibles para los j¨®venes" y no con "insultos", y explic¨® que "para nuestra irritaci¨®n y verg¨¹enza", los partidarios del libro de Fil¨ªppov, entre los que se cuentan los profesores de los institutos pedag¨®gicos, son m¨¢s numerosos que sus detractores.
En los libros de texto rusos el terror es "un instrumento predeterminado y sin alternativas para resolver tareas estatales", se?al¨® Arseni Roginski, de Memorial. Esta concepci¨®n no excluye la piedad por las v¨ªctimas, pero "no permite plantearse la pregunta sobre el car¨¢cter delictivo del terror", y afirma la idea de que "el poder estatal tiene raz¨®n a ciencia cierta" y "est¨¢ por encima de cualquier valoraci¨®n moral y jur¨ªdica". Los manuales de historia se niegan a aplicar al estalinismo el concepto de "r¨¦gimen totalitario", que situar¨ªa al dictador sovi¨¦tico al mismo nivel de Hitler, afirm¨® Nikita Sokolov.
En Rusia no existe legislaci¨®n estatal que califique el terror de Stalin de delito, con excepci¨®n de dos l¨ªneas en la ley de 1991 sobre la rehabilitaci¨®n de las v¨ªctimas; y tampoco hay decisiones judiciales contra los responsables, se?al¨® Roginski. La memoria est¨¢ fragmentada. Los 800 monumentos y placas existentes responden a iniciativas locales, de las que permanecen al margen las autoridades federales. En las esculturas, capillas, cruces y obeliscos dedicados a las v¨ªctimas, ¨¦stas son tratadas como si hubieran sufrido una cat¨¢strofe natural y se omite la imagen del delito y de los delincuentes, afirm¨®. En las ciudades, las placas y monumentos suelen estar lejos del centro, que gracias a la toponimia sovi¨¦tica a¨²n vigente est¨¢ ocupado por responsables y c¨®mplices del terror.
En lugar de un programa de edici¨®n federal y un "libro de la memoria" nacional, 300 obras locales y dispares registran 1,5 millones de nombres de v¨ªctimas. La ONG Memorial ha colgado en Internet m¨¢s de 2,7 millones de nombres, pero con sus medios actuales, tardar¨¢ d¨¦cadas en concluir esta base de datos, seg¨²n inform¨® Roginski.
Rusia tampoco tiene un museo nacional del terror y, en la televisi¨®n, Stalin es tratado de forma plural, desde versiones serias de las obras de Solzhenitsin a culebrones triviales. Seg¨²n Daniil Dondur¨¦i, la manipulaci¨®n ha convertido a Stalin en un "infeliz", "desgraciado en su vida familiar" y "rodeado de traidores".
La semana pasada, funcionarios enmascarados de la fiscal¨ªa de Rusia confiscaron documentos de miles de represaliados durante la ¨¦poca estalinista en la sede de Memorial de San Petersburgo. Una veintena de historiadores asistentes a la conferencia de Mosc¨² firmaron un comunicado exigiendo la devoluci¨®n de los materiales confiscados.
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