El sepelio de la v¨ªctima policial agudiza las protestas en Grecia

Una multitud silenciosa, unas 5.000 personas, despidi¨® a primera hora de la tarde de ayer los restos mortales de Alexis, como todos le llamaban. El joven Alexandros Grigoropulos, de 15 a?os, que result¨® muerto el pasado s¨¢bado por el disparo de un polic¨ªa, recibi¨® sepultura en el cementerio de Palios Faliros, localidad vecina a Atenas donde, como todos preve¨ªan, se produjeron violentos disturbios tras el sepelio. No fue el ¨²nico lugar del pa¨ªs: en diferentes zonas de Atenas, Sal¨®nica, Patr¨¢s, Ioanina o la isla de Rodas estallaron nuevos brotes de una violencia pr¨®xima al estado de guerra. El centro de la capital griega permaneci¨® ayer cerrado al tr¨¢fico, como anticipo de lo que hoy puede suceder durante la jornada de huelga general convocada por los sindicatos.

En Atenas y otras zonas del pa¨ªs hay disturbios pr¨®ximos al estado de guerra

A la ceremonia f¨²nebre de Alexis, seguida por cientos de personas, no se permiti¨® el acceso a las c¨¢maras. De hecho, las televisiones locales s¨®lo pudieron ofrecer dos planos fijos, tomados desde el exterior del camposanto, del s¨¦quito y del momento de la inhumaci¨®n. Pasadas las cuatro de la tarde, hora local (una hora menos en la Espa?a peninsular), el ata¨²d blanco con los restos de Alexis desapareci¨® del plano. Las im¨¢genes siguientes, minutos despu¨¦s, fueron ya de disturbios y enfrentamientos. A los de Palios Faliros se sumaron los choques entre polic¨ªas y j¨®venes encapuchados en Nea Smirni, otra localidad del cintur¨®n metropolitano de Atenas.

La muerte del adolescente, a quien los manifestantes aseguran dedicar sus acciones -as¨ª lo afirman pintadas callejeras como "Estos d¨ªas son de Alexis"-, marca un antes y un despu¨¦s en un pa¨ªs que no hab¨ªa conocido jam¨¢s tal grado de violencia. En la plaza Sintagma, el kil¨®metro cero de Atenas, se hizo de noche prematuramente en torno a las dos de la tarde. El humo negro producido por pl¨¢sticos quemados se mezclaba con los botes de humo disparados por los antidisturbios. La furia desatada recordaba en cierto modo la primera Intifada: un combate de David contra Goliat, de piedras contra gases lacrim¨®genos. Pero la desproporci¨®n en el recurso a la fuerza no es monopolio de ninguno de los bandos. Dos televisiones locales, los canales privados Alfa y Mega, denunciaron con im¨¢genes el uso de pistolas por parte de la polic¨ªa en dos ocasiones: la primera, el domingo en Sal¨®nica; la otra, ayer a mediod¨ªa en la plaza Sintagma. Algunos manifestantes, por su parte, no se conformaron con arrojar piedras, tambi¨¦n usaron vallas, palos o papeleras. Y los m¨¢s radicales, c¨®cteles molotov.

De las dos manifestaciones convocadas en la ma?ana de ayer en la capital, la primera, organizada por el Partido Comunista de Grecia, congreg¨® alrededor de 2.000 personas en Monastiraki, a los pies de la Acr¨®polis. La otra concentraci¨®n, mayoritariamente estudiantil, que concentr¨® a miles de participantes, fue la que termin¨® con violencia ante el Parlamento, en Sintagma. Entre 12 y 15 manifestantes resultaron heridos por traumatismos.

A media tarde, los disturbios se hab¨ªan generalizado. Era la hora de los encapuchados, armados con palos y bates de b¨¦isbol, u ocultos bajo cascos de motorista. "Saludamos y damos la bienvenida a los j¨®venes que no se cubren la cara", era la consigna m¨¢s repetida entre los profesores y los estudiantes que participaron en la primera marcha de la ma?ana. Porque con la irrupci¨®n de los encapuchados se dispara el vandalismo. Dos palabras se repiten sobremanera estos d¨ªas en los medios de comunicaci¨®n y en las calles: hooligans y v¨¢ndalos. Otra frase favorita es: "Atenas parece Irak".

A juzgar por los destrozos causados, por el sonido de cristales rotos y el olor a pl¨¢stico quemado, la comparaci¨®n no parece exagerada. O por los edificios eviscerados, que parecen haber sido bombardeados. Desde anoche, los propietarios de algunos comercios duermen dentro de sus establecimientos para evitar los saqueos. Otros pretenden contener la furia aniquiladora a base de planchas de metal y rejas dobles, pero los esfuerzos parecen vanos. S¨®lo hab¨ªa que ver la monta?a de ordenadores quemados, achicharrados, a las puertas de una sucursal del Banco Nacional de Grecia para constatar que ni las rejas pueden impedir el desastre.

Los sindicatos griegos han rechazado el llamamiento del primer ministro, el conservador Kostas Karamanlis, para que cancelen la manifestaci¨®n prevista para hoy con motivo de una huelga general de 24 horas. Karamanlis hab¨ªa reclamado a las centrales que se evitaran nuevos actos de violencia tras varias jornadas de disturbios generalizados.

En el plano pol¨ªtico, muy a la zaga de la calle, el Partido Socialista Panhel¨¦nico (Pasok), en la oposici¨®n, reclam¨® ayer la convocatoria de elecciones anticipadas. Su l¨ªder, Yorgos Papandreu, se reuni¨® por la ma?ana con el primer ministro, que previamente hab¨ªa realizado consultas a los l¨ªderes de su partido, Nueva Democracia. El Gabinete pidi¨® a trav¨¦s de un portavoz "el apoyo de todas las fuerzas pol¨ªticas y del conjunto de la sociedad, en especial de los padres y de los hijos" para enfrentar la crisis. El ministro de Interior, Prokopis Pavlopulu, en la picota por la actuaci¨®n policial que cost¨® la vida a Alexis, se limit¨® a comentar: "Debemos aprender de lo sucedido". Por la ma?ana se especulaba con la posibilidad de que el primer ministro decretase el estado de excepci¨®n, pero por la tarde, en el transcurso de una comparecencia p¨²blica -la primera desde el inicio de las revueltas-, Karamanlis se limit¨® a pedir el fin de las manifestaciones.