Un Estado con antecedentes
Es una gran afrenta para un pol¨ªtico estadounidense el acusarle de proceder de la vieja y corrupta maquinaria pol¨ªtica de Chicago. Desde los a?os de la ley seca y el gangsterismo, la principal ciudad del Estado de Illinois no se ha podido limpiar la imagen de nido de sospechosas connivencias y lugar donde los sobornos son transacci¨®n diaria.
En 1988, el FBI tuvo que desplazarse a la ciudad para investigar acusaciones de fraude por parte de una red compuesta por 17 jueces locales, 48 abogados, ocho agentes de polic¨ªa y un congresista. En total, 87 personas se declararon culpables de haber aceptado sobornos para exculpar a personas sospechosas de cr¨ªmenes como compra de votos, coerci¨®n pol¨ªtica, obstrucci¨®n a la justicia y narcotr¨¢fico.
Otro gobernador de Illinois, Otto Kerner, acab¨® en la c¨¢rcel en 1973. La empresaria Marge Lindheimer Everett revel¨® que hab¨ªa sobornado a Kerner para obtener dos salidas de autov¨ªa en los dos circuitos de carreras que regentaba en los suburbios de Chicago. Y lo hizo involuntariamente. Se descont¨® el soborno de su declaraci¨®n de impuestos al pensar que era un procedimiento normal y necesario en la pol¨ªtica de Illinois. As¨ª fue como el Gobierno federal tom¨® cartas en el asunto.
En 1980, el entonces fiscal general de Illinois, William Scott, fue condenado a prisi¨®n por haber mentido en su declaraci¨®n de hacienda. Dan Rostenkowski, representante por Illinois en Washington, tuvo que dimitir en 1994 y pas¨® 15 meses en la c¨¢rcel por fraude contra el Estado: compr¨® regalos con fondos del Congreso y cambiaba sellos de correos que recib¨ªa para usar en su oficina por dinero en met¨¢lico en la oficina de correos del Capitolio.
Finalmente, en 2002 el anterior gobernador de Illinois, el republicano George Ryan, fue condenado a seis a?os y medio de c¨¢rcel por diversos casos de corrupci¨®n.
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