Foster crea en un garaje un espacio cultural exquisito
Elena Ochoa presenta la librer¨ªa de artes visuales para su editorial
Madrid cuenta desde ayer con un espacio nuevo para la cultura. M¨¢s precisamente, hasta 800 metros cuadrados y aforo de 250 personas para el despliegue de las artes visuales, fotograf¨ªa, dise?o, m¨¢s pintura, escultura..., ya que Elena Ochoa, psicopat¨®loga y hoy editora de nombrad¨ªa, ha abierto una librer¨ªa de arte en el mismo coraz¨®n de un barrio normal de la ciudad. "He querido elegir un sitio as¨ª, flanqueado por una farmacia y una tintorer¨ªa, donde la gente pueda llegar en autob¨²s y visitarlo tranquilamente tras sus compras", dice.
Para anunciar la apertura, convoc¨® ayer a los responsables de librer¨ªas y galer¨ªas de arte de Madrid, a quienes cont¨® sus planes, que no consisten -asegura- en competir con ellos, sino m¨¢s bien en completar algo que, hasta ahora, en Madrid apenas exist¨ªa. "Mantengo lazos s¨®lidos con algunos de los principales libreros europeos y quiero atender en tiempo real a cuantos lectores lo soliciten", se?ala Elena Ochoa, que ha contado con la ayuda del suizo Walter Keller, as de la edici¨®n de arte en Europa.
La librer¨ªa en s¨ª ocupa la planta al nivel de la calle; en ella se respira ese tipo de atm¨®sfera, laboriosa y grata, propia de espacios ordenados y l¨ªmpidos tan frecuentes en las bibliotecas anglosajonas; sus anaqueles exhiben suntuosos vol¨²menes de los 5.000 fondos con los que cuenta Ivorypress Arts and Books, tal es el nombre de la nueva librer¨ªa de arte, que abrir¨¢ al p¨²blico en febrero la primera exposici¨®n en Espa?a del checo Miroslav Tychy; seguir¨¢ una muestra del chino Ai Weiwei, fundador de un arte moviente en el pa¨ªs del drag¨®n, y culminar¨¢ 2009 con la primera de la israel¨ª Michal Rovner, los tres de mundial renombre.
"Que sea bienvenido este escenario din¨¢mico", dice Isabel Yanguas, galerista de Distrito 4.
Pese al aspecto normalizado de la librer¨ªa situada junto al cruce de las calles de Comandante Zorita y General Per¨®n, su entra?a atesora, en el primer s¨®tano, su genius loci: una articulaci¨®n sabia del espacio, hoy liberado, que en su d¨ªa ocuparan una imprenta y un garaje. Una escalinata de tempo maestoso desciende hasta un primer fanal acristalado, que adentra la luz y esclarece un ¨¢mbito generoso y di¨¢fano jalonado con tres tr¨ªadas de columnas.
"Su caracter¨ªstica es la flexibilidad", explica Norman Foster, arquitecto y esposo de Elena Ochoa, que ha integrado con vers¨¢til desenvoltura escenarios plurales en un ¨²nico relato transparente, de vasos comunicantes: librer¨ªa, sala de exposiciones y museo permanente. En ¨¦ste, libros de Francis Bacon, Cai Guo Qiang, Eduardo Chillida o el astral y emplomado cantoral de Anselm Kiefer -del tama?o de un espa?ol adulto- aguardan durmientes para sorprender al visitante con sus asombrosas hechuras ideadas o sugeridas por Elena Ochoa.
?C¨®mo ha conseguido que este espacio hable? "Gracias a la calidad de mi cliente", responde Norman Foster con una sonrisa.
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