El rigor de Atwood
Margaret Atwood tiene probablemente el cerebro mejor amueblado de toda la literatura canadiense y es una escritora prol¨ªfica y sin duda de inmensa val¨ªa, de todo lo cual dan cuenta, con justicia, las principales virtudes que se han recordado con motivo de la concesi¨®n del ¨²ltimo Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras: su actitud vigilante y casi siempre atinada en cuestiones pol¨ªticas y sociales, su agilidad y agudeza, demostrada en su ya extensa obra ensay¨ªstica, para reflexionar sobre temas literarios y culturales, su dominio de la construcci¨®n dram¨¢tica que le permite resolver con gran eficacia narrativa tramas muy complicadas, su concepci¨®n realista y comprometida de la literatura que se trasluce en la fuerte vinculaci¨®n, de ra¨ªz cr¨ªtica, que sus obras guardan con aspectos controvertidos del presente, su uso de dos lenguas literarias, el franc¨¦s y el ingl¨¦s, su cultivo con equiparables m¨¦ritos de diversos g¨¦neros
Resurgir / El cuento de la criada
Margaret Atwood
Traducciones de Gabriela Bustelo /
Elsa Mateo Blanco
Alianza / Bruguera. Madrid / Barcelona, 2008
310 y 475 p¨¢ginas. 18 y 19,50 euros
... Nadie con dos dedos de frente puede desde?ar ning¨²n libro de Atwood, en todos, incluso en los m¨¢s ligeros y desenfadadamente humor¨ªsticos, en los divertimentos a los que tan aficionada es, se percibe el af¨¢n de perfeccionismo y rigor de quien no deja nada a la improvisaci¨®n. Para quien esto escribe, sin embargo, el puesto de mejor escritor canadiense lo ostenta Alice Munro, menos cerebral que su compatriota, menos vers¨¢til quiz¨¢, pero m¨¢s capaz en sus relatos de sugestionar al lector haci¨¦ndole olvidar el artificio en el que al fin y al cabo consiste toda literatura. Para muestra del talento de Atwood, estas dos novelas, Resurgir y El cuento de la criada, que, es de suponer, se reeditan al calor del premio y que se cuentan entre las m¨¢s conocidas suyas.
Resurgir, de 1972, fue su segunda novela y se dice que en su composici¨®n plasm¨® algunos de los patrones tem¨¢ticos de la literatura canadiense que previamente diseccionara en un c¨¦lebre ensayo, Survival: A thematic guide to canadian literature, del que no hay edici¨®n espa?ola. Resurgir narra introspectivamente el "resurgimiento" o camino hacia la iluminaci¨®n de una joven divorciada, lastrada por diversos traumas infantiles y amorosos, que, con su amante y una pareja de amigos, acude en busca de su padre desaparecido a la caba?a donde ¨¦ste viv¨ªa. All¨ª, a lo largo de siete d¨ªas, en un omnipresente entorno campestre, los recuerdos del pasado (un amor frustrado, un aborto temprano) se entrecruzan con la evocaci¨®n del padre a trav¨¦s de la lectura de sus papeles y con las conclusiones, extrapolables a su propia experiencia, que la observaci¨®n de sus acompa?antes proporciona a la narradora. Si bien es atinada y sostenida en el texto la ambig¨¹edad del resurgir al que se refiere el t¨ªtulo, pues puede ser tanto el resurgir de viejos demonios como el resurgir a que da lugar su superaci¨®n, y es especialmente atractiva la entidad que cobra el paisaje (casi un personaje m¨¢s), gran parte de la tem¨¢tica subyacente, en particular la deudora de cierto argumentario feminista de la ¨¦poca, parece hoy un tanto estereotipada.
M¨¢s enjundia tiene El cuento de la criada, una contrautop¨ªa, publicada en 1986, que transcurre en una supuesta rep¨²blica fundamentalista cristiana soberana en el territorio que hoy son los Estados Unidos y en la que las escasas mujeres f¨¦rtiles son recluidas, como esclavas, para ser fecundadas y dar a luz a los hijos de la oligarqu¨ªa. El hecho de que el futuro en el que se desarrolla la historia sea un futuro tan cercano a la fecha de su publicaci¨®n como 2005 desvela las intenciones de Atwood de hacer una obra de ficci¨®n especulativa, m¨¢s que abiertamente futurista. Su principal acierto reside en haber sabido huir de lo abstracto aleg¨®rico, dotando a su protagonista y narradora (una de esas criadas destinadas a la procreaci¨®n y amenazadas cuando sean inf¨¦rtiles con un fatal destino) de una voz tan ¨ªntima como convincente, e insert¨¢ndola, adem¨¢s, en un escenario cotidiano, con sus rutinas minuciosamente detalladas, que ahonda en el realismo del retrato. La pena es el inexplicable ep¨ªlogo en el que, haciendo que la narraci¨®n sea una suerte de manuscrito encontrado, Atwood da la vuelta a los presupuestos con los que ha construido el relato y opta por un final de f¨¢bula moral. -
El 7 de enero Bruguera publicar¨¢ la edici¨®n biling¨¹e del poemario de Margaret Atwood La puerta.
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