El duende es un pellizco
En 'La voz de los flamencos' (Siruela), Miguel Mora repasa la historia y el presente del g¨¦nero. El libro re¨²ne retratos de una treintena de artistas, un CD y tres diccionarios a cargo de Enrique Morente (cante), Eva Yerbabuena (baile) y Gerardo N¨²?ez (toque). Estos son extractos del saber de Morente
Ahe (de ¨¢ngel). En argot representa una forma de expresar la gracia. Tambi¨¦n se usa en sentido sarc¨¢stico: "Qu¨¦ ahe tiene Fulano. Asfixiado se vea". Generalmente es cari?oso y positivo. Lo contrario es malaje. O guasa. "Qu¨¦ guasa tiene. Qu¨¦ mala uva".
Ay. Pepe de la Matrona criticaba mucho a los cantaores que no sab¨ªan decir "ay". Siempre nos daba una disertaci¨®n: "Se?ores, el ay es un lamento, no un rebuzno".
Buler¨ªas. Un palo maravilloso con el que se hacen diabluras en el cante, el toque y el baile. Es el ritmo y el tiempo de hoy. No me considero un especialista en buler¨ªas pero me gustan cada vez m¨¢s, he grabado algunas que no me disgustan y las voy a hacer siempre, aunque es verdad que prefiero la sole¨¢, la siguiriya y la malague?a. Paco y Camar¨®n han sido los m¨¢s grandes por ese palo. La gente de Jerez, en el sentido m¨¢s de pueblo, han hecho genialidades; El Chaqueta hizo cosas maravillosas; La Ni?a fue asombrosa: La Paquera, en otro concepto quiz¨¢ ya pasado porque iba por encima del ritmo, era extraordinaria. ?Son dif¨ªciles? El cante m¨¢s dif¨ªcil es al que menos partido le saques. Hay cantaores festeros muy buenos que no dicen nada por fandangos, y al rev¨¦s.
"Esto no es un arte popular: quiz¨¢ a algunos les resulte folcl¨®rico, pero es un arte de profesionales"
Duende. Una palabra inventada, una invenci¨®n rom¨¢ntica para no decir pellizco, pero es lo mismo: la inspiraci¨®n, el coraz¨®n, la transmisi¨®n.
Espa?a. Siempre en la boca del cante: en los jaleos se dec¨ªa antes: "?Espa?a-Jerez!". Claro que yo he llegado a decir hasta "Viva Grecia". Ya no sabemos d¨®nde estamos, ni lo que comemos. ?No ha tenido que sufrir nada el flamenco hasta que le ha hecho caso Espa?a! Tuvieron que venir de fuera a convencerlos y aun as¨ª est¨¢n dudosos, no le gusta a casi ning¨²n bur¨®crata. Y eso que parece que el flamenco es espa?ol. Resulta dif¨ªcil decir que el flamenco es un arte de perseguidos, pero es verdad que procede de los barrios marginados... Otra figura muy espa?ola son los se?oritos, pero supongo que habr¨ªa de todo, con arte y sin arte, igual que en todos los dem¨¢s oficios. Parece claro que el cante surgi¨® en diferentes ciudades, hace siglos, casi siempre en sitios de mal vivir. En Gran¨¢ sali¨® en las cuevas y las ventas, Zoraida, El ?lamo... All¨ª se buscaban la vida los cantaores con los se?oritos y pasaban cosas graciosas. Le dec¨ªan al se?orito: "?No tiene usted una foto de su nieto?". "Aqu¨ª tengo una, mire qu¨¦ cosa m¨¢s bonita". Los artistas se pasaban la cartera y s¨®lo le dejaban la foto al pobretico. Pese a todo eso, el flamenco representa a la patria en todo el mundo desde hace much¨ªsimos a?os. Se exporta mejor que los toros, claro. Ese ¨¦xito que tiene fuera a algunos les sigue pesando, cosa que entiendo. Como nunca han convivido en un entorno favorable hacia el flamenco, no se sienten representados.
Folclore. El flamenco es un arte hecho sin escritura: los guitarristas de hoy siguen aprendiendo de otros guitarristas. Es mejor saber flamenco y m¨²sica, desde luego, pero antes nadie pod¨ªa escribirla. "Don Fulano sabe m¨²sica", dec¨ªamos entonces. Todav¨ªa se dice. Admiramos mucho al que ha estudiado la carrera de m¨²sica; a la inversa no. Por eso siempre hay un tono de superioridad del m¨²sico de carrera frente al m¨²sico flamenco. Quiz¨¢ no saben que los c¨®digos nuestros, para aprenderlos, requieren 15 a?os de estudios en Viena, comerse dos o tres membrillos en el pueblo de Beethoven y aun con todo y con eso no lo aprendes. No es por ponernos pedantes, pero los que quieren calificar esto como un folclore no se enteran. Tampoco es un arte popular: quiz¨¢ a algunos les resulte folcl¨®rico, o pintoresco, pero es un arte de profesionales desde hace un par de siglos por lo menos. Lo que pasa es que este arte se ha hecho siempre en los caf¨¦s y en los tablaos, la gente iba all¨ª para sobrevivir y ganarse la vida: pero eso est¨¢ un escal¨®n por encima del folclore, que es una cosa ocasional. Como el t¨ªo que sale a tocar la guitarra flamenca no haya ensayado seis horas todos los d¨ªas, no toca ni dos notas. El cante ha crecido as¨ª, el baile y el toque tambi¨¦n. Pero la gente prefiere pensar: "?Qu¨¦ interesantes estos bichejos, qu¨¦ graciosos estos andaluces, qu¨¦ espontaneidad!". Es en el fondo ignorancia, y la ligaz¨®n del flamenco y la copla a la far¨¢ndula, a la noche y a los se?oritos, que es realmente una parte de su origen. Pero coger la zambomba el d¨ªa de Nochebuena no es lo mismo que tocar por siguiriyas.
Habichuela, Los. He pasado gran parte de mi vida junto a la familia. Ligado por destino, por amistad y por admiraci¨®n; por paisanaje tambi¨¦n. Y por arte, sobre todo. Juan y Pepe comparten el esp¨ªritu, pero su t¨¦cnica es muy distinta. Pepe puede hacer un concierto de rasgueo. Juan tiene esa flamencura extraordinaria, ese sonido tan personal y de tanta calidad. Pepe ha conseguido un nivel t¨¦cnico espectacular, el de las grandes guitarras. A ¨¦l le debo el disco de Chac¨®n, el Despegando y muchos trabajos. A Juan, muchos momentos muy importantes de inspiraci¨®n. El mito de la contenci¨®n del tocaor que acompa?a y el de la sincronizaci¨®n perfecta del guitarrista con el cantaor no existen. Lo importante es la intenci¨®n, el concepto, la expresi¨®n, la habilidad de hacer la falseta que viene a cuento despu¨¦s del cante, la sutileza y la intuici¨®n. La leyenda de esos que chanelan [presumen] de cazadores no existe. El guitarrista y el cantaor tienen que escucharse mutuamente. Ir juntos no siempre se consigue. Si eres un prodigio de t¨¦cnica, vas al mismo tiempo. El di¨¢logo puede ser respuesta y pregunta. Pero para contestar hay que preguntar antes. Juan tiene fama justa de acompa?ar bien.
Juicio, El. Ja, ja. Aquello ocurri¨® en Motril en los a?os 80. Era un festival. Hab¨ªa dos ambig¨²s al borde del escenario, as¨ª que el artista que sal¨ªa a cantar a las tres de la ma?ana llegaba ciego. Recuerdo que hab¨ªa dos micr¨®fonos para seis artistas, el sonido era p¨¦simo... Sal¨ª y deb¨ª cantar 15 minutos, quiz¨¢ 16. El contrato, que lo hab¨ªa arreglado Pulp¨®n, estipulaba que cantar¨ªa la ca?a, la siguiriya y la liviana. Pero para terminar antes los cant¨¦ todos de un tir¨®n y acab¨¦. Entonces sali¨® un cojo del Ayuntamiento al escenario y con el contrato en la mano empez¨® a gritar: "?Motrile?os, ha venido a enga?arnos! ?Mirad lo que pone aqu¨ª!". Para no pagarme, alegaron que hab¨ªa incumplido el contrato. As¨ª que los llev¨¦ al juzgado para poder cobrar. En el juicio, el abogado me pregunt¨® si era cierto que no hab¨ªa cantado la liviana. Y yo le dije: "Cant¨¦ la m¨ªa personal". Y ¨¦l: "?Pero se alivi¨® al cantarla?". Entonces le expliqu¨¦: "Mire, se llama as¨ª porque es un cante de preparaci¨®n, pero se la voy a cantar para que la conozca". Ah¨ª terci¨® el juez: "Vuelva usted al banquillo que son las once de la ma?ana y aqu¨ª no se canta". Al final gan¨¦ el pleito y cobr¨¦. Lo que ya no s¨¦ es si la jurisprudencia qued¨® a favor de la libertad del cante o no. Lo ¨²nico que s¨¦ es que programar esos festivales que duran siete horas como defensa de la pureza del flamenco es un disparate. Muchos acaban a silletazos.
Pav¨®n, Pastora (La Ni?a de los Peines). La m¨¢s grande, genial y extraordinaria cantaora de todos los tiempos. Si eso se puede decir de alguien, es de ella. Me gusta hasta la voz, y hay a quien no. Me gusta todo de ella. Era una verdadera bestia. Asombrosa en capacidad de creaci¨®n, en improvisaci¨®n, en dominio de todos los palos, todos los cantes. Asombrosa. Comparable a casos extraordinarios como Goya o Picasso. Y adem¨¢s en el tiempo en que le toc¨® estar. Fue una mujer valiente, que decidi¨® c¨®mo llevar su vida y su carrera. Tom¨® su libertad y fue respetada por las ¨¦lites y reconocida por el pueblo como un genio. Mi abuela hablaba de la Ni?a de los Peines, y mi abuela era de la Vega de Granada. Fue m¨¢s conocida la Ni?a de los Peines que Pastora Pav¨®n. Quiz¨¢ la petenera fue lo que m¨¢s le dio a conocer, su disco de platino. Y sus buler¨ªas y sus tangos.
Templarse. Prepararse, buscar la entonaci¨®n y templar el cante antes de empezarlo. Se hizo una ley, y de ese temple hubo quien hac¨ªa verdaderos cantes. Por ejemplo, Chac¨®n: una salida de Chac¨®n era un cante.
Tientos. Muy antiguos, tipo familia de la habanera, es un tango parao, o lento; hay varias formas de cantarlo, pero siempre es muy delicado. Es uno de los m¨¢s dif¨ªciles de todos por el tiempo que lleva, tan dif¨ªcil como la sole¨¢. Dicen que los invent¨® El Mellizo, pero es imposible que eso lo inventara un tipo solo.
Sole¨¢. Una fuente sin fin, un manantial que contin¨²a naciendo y creciendo, en los tres estilos, cante, toque y baile. Hay muchas expresiones y formas de cantarla: antes se cantaba la sole¨¢ m¨¢s encima del ritmo, sobre la mano izquierda del guitarrista; hoy hay otra forma de cantarla que lleva mucho m¨¢s acentuada la expresi¨®n, la melod¨ªa y el comp¨¢s. Valderrama, Caracol, Tom¨¢s Pav¨®n son ejemplos de ese estilo antiguo, m¨¢s libre y con las frases m¨¢s ligadas, que se canta sobre todo para bailar. Mairena, Fernanda, Camar¨®n estar¨ªan en esa evoluci¨®n reciente. Es uno de los cantes que tiene letras m¨¢s bonitas y diversas. El repertorio es inagotable; desde los antiguos, todos ten¨ªan sus soleares: hay de cuatro versos, de tres, y la solearilla, que tiene una palabra al principio, por ejemplo "Mar¨ªa", y luego s¨®lo dos versos de ocho s¨ªlabas ("Serrana / en tu puerta plant¨¦ un pino / al cielo lleg¨® la rama"). Es uno de los cantes que m¨¢s me gustan. Mi hija mediana se llama Sole¨¢
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