El retorno del villano
Todas las crisis tienen su villano. El de los bonos basura fue Michael Milken, y los de la m¨¢s reciente, la de Enron y la Am¨¦rica corporativa, fueron Ken Lay y Jeff Skilling, presidente y consejero delegado de la citada empresa californiana de energ¨ªa, que durante un tiempo estuvo a la cabecera de la calificaci¨®n de las suspensiones de pagos en EE UU. La crisis que comenz¨® en verano de 2007 con el estallido de las hipotecas subprime, y en la que habitamos, todav¨ªa no ten¨ªa su cabeza de turco, m¨¢s all¨¢ de las acusaciones de culpabilidad a Alan Greenspan, por su pol¨ªtica de alta liquidez y bajos tipos de inter¨¦s (la misma que se est¨¢ aplicando ahora, para sobrevivir) y a los ejecutivos que se sub¨ªan las retribuciones en forma de bonus, mientras el resto se arruinaba.
Ahora ha aparecido el villano. Se trata de un ciudadano de 70 a?os, Bernard Madoff, construido a s¨ª mismo, no precisamente perteneciente a los parvenus del sistema sino al coraz¨®n del mismo. Cuentan los cronistas llegados de Wall Street que Madoff era "uno de los nuestros", como dicen los responsables de las oficinas de administraci¨®n de los patrimonios de las familias m¨¢s ricas o los gestores de los fondos de alto riesgo. Haciendo de intermediario en la gesti¨®n de esas grandes fortunas, de los fondos de fondos o de los hegde funds, Madoff construy¨® a trav¨¦s de los a?os un alambicado esquema Ponzi (estafa piramidal) que las autoridades han definido como "de proporciones ¨¦picas", sin que los reguladores -una vez m¨¢s- se enteraran de nada.
La historia financiera est¨¢ llena de estafas piramidales. Nada nuevo bajo el sol, excepto su sofisticaci¨®n. Para sobrepagar a los inversores iniciales de una operaci¨®n piramidal, con una rentabilidad superior a la media, tienen que entrar permanentemente nuevos inversores que engorden los retornos. Si llega una crisis y la bicicleta se detiene o disminuye su ritmo, la pir¨¢mide se desmorona. Seg¨²n las estimaciones del sumario preliminar del caso Madoff, presentado ante los tribunales federales de Nueva York, la estafa podr¨ªa superar el equivalente a los 37.000 millones de euros. Para hacerse una idea f¨ªsica de lo que supone esta cifra, digamos que es superior a la cantidad que el Estado espa?ol invertir¨¢ en 2009 en obra p¨²blica, calificada el s¨¢bado por el presidente de Gobierno, Rodr¨ªguez Zapatero, como "la mayor inversi¨®n en obra p¨²blica en la democracia espa?ola". Algunos (pocos) gestores de patrimonios en la banca privada espa?ola (que parece muy afectada por el caso Madoff) llevaban tiempo desconfiando de los productos que ofrec¨ªa por tener una rentabilidad uniformemente buena (retornos de entre el 8% y el 10%), de modo independiente a la coyuntura, que se ofrec¨ªan a trav¨¦s de marcas blancas y con una necesidad acuciante de incrementar el n¨²mero de part¨ªcipes. Verde y con asas.
La de las hipotecas locas es otra estafa piramidal. Su esquema de transmisi¨®n era el siguiente: el bajo precio del dinero y la continua revalorizaci¨®n de la vivienda llev¨® a los bancos americanos a conceder hipotecas a clientes con poca solvencia y alto riesgo de mora. Para minimizar ese riesgo, las entidades sacaron de su balance esos pr¨¦stamos, los empaquetaron junto a otros de distinta naturaleza y los colocaron en el mercado secundario pagando al comprador unos intereses por el riesgo que ¨¦ste soportaba. As¨ª cuantas veces fue necesario. Con la ca¨ªda del precio de la vivienda y el aumento del tipo de inter¨¦s, el n¨²mero de impagos se dispar¨® y los bancos no pudieron hacer frente a la liquidaci¨®n de los intereses de la deuda emitida. Entonces se extendi¨® la desconfianza y los bancos decidieron no prestarse unos a otros, al desconocerse qui¨¦nes estaban contagiados por la pir¨¢mide.
En medio de este nuevo esc¨¢ndalo financiero, que incrementa ad limitem el riesgo reputacional del sector, se activan las propuestas para una mayor regulaci¨®n del mismo. En el documento presentado recientemente por la Fundaci¨®n Ideas para responder a lo que se denomina "una crisis sist¨¦mica", su primer punto de conclusiones reza as¨ª: "Desarrollar un nuevo derecho de ciudadan¨ªa financiera, basado en la m¨¢xima transparencia de las entidades financieras y en una carta de derechos de informaci¨®n y formaci¨®n financiera para los ciudadanos". Casi nada.
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