Las escritoras tendr¨¢n que esperar
La RAE mantiene su tradici¨®n de puertas cerradas a las autoras de ficci¨®n
Era la persona justa en el momento justo. As¨ª se lo han comentado sus amigos a la fil¨®loga y ling¨¹ista In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez (Madrid, 1961), que hoy opta a cubrir la vacante, el sill¨®n P, que ocupaba el fallecido ?ngel Gonz¨¢lez en la Real Academia Espa?ola (RAE).
Ella todav¨ªa se pregunta por las razones que han llevado a Margarita Salas, ?lvaro Pombo y Jos¨¦ Antonio Pascual a proponer su candidatura, pero su retrato-robot est¨¢ muy claro. Es joven, mujer y cuenta con una trayectoria muy interesante en el campo de la dialectolog¨ªa, la historia del espa?ol y el estudio de la lengua hablada en zonas rurales. Sus singularidades la han convertido en una candidata id¨®nea para esa vacante, si bien se muestra muy prudente hasta que se produzca la votaci¨®n y no quiere anticipar declaraciones. "Ante la falta de consenso sobre una escritora, se ha optado por proponer a una fil¨®loga", declara un acad¨¦mico.
La fil¨®loga In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez opta hoy al sill¨®n P de la Academia
Si hoy resulta elegida, esta catedr¨¢tica de Lengua Espa?ola de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, descendiente de una saga de intelectuales y de pol¨ªticos, heredera de la escuela de Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal y de Diego Catal¨¢n, se convertir¨¢ en la cuarta mujer que forma parte de la RAE de un total de 43 miembros. Una cifra rid¨ªcula que "no responde al peso de la mujer en la cultura y en la sociedad espa?ola de hoy", en palabras de la candidata, o que "preocupa seriamente" a la RAE, en palabras de un escritor y acad¨¦mico que prefiere no revelar su nombre.
Gran asignatura pendiente de una instituci¨®n muy importante que hace notables esfuerzos por ganar proyecci¨®n e influencia, nadie rechaza te¨®ricamente la presencia de m¨¢s mujeres. "Pero a la hora de la verdad", se?ala otro acad¨¦mico procedente del ¨¢mbito universitario, "cuando se barajan nombres de candidatas y, sobre todo, de escritoras, siempre hay obst¨¢culos o inconvenientes que impiden que se concreten las propuestas". En la actualidad y, desde el a?o 1996, s¨®lo una novelista, Ana Mar¨ªa Matute, de 83 a?os, se sienta en los bancos del precioso edificio de la calle de Felipe IV, de Madrid. Las otras dos acad¨¦micas son la historiadora Carmen Iglesias, desde 2000, y la cient¨ªfica Margarita Salas, desde 2001.
En los ¨²ltimos tiempos, ante el clamor procedente del mundo de la cultura por esta escas¨ªsima representaci¨®n femenina, se han barajado nombres para todos los gustos, desde escritoras veteranas como Carme Riera a m¨¢s j¨®venes como Almudena Grandes o Rosa Montero, pasando por figuras del mundo del teatro, como Nuria Espert, o del arte, como Mar¨ªa Corral. "Ahora bien, siempre surge alguna pega", comenta el ¨²ltimo acad¨¦mico citado. "No creo que se trate de una cuesti¨®n de misoginia o machismo, pero lo cierto es que no hemos logrado pactar ning¨²n nombre de escritora, y no cabe duda de que en Espa?a contamos con unas cuantas muy buenas".
Resulta muy curioso que ninguno de los acad¨¦micos consultados sobre este tema se preste a manifestaciones p¨²blicas con su nombre y apellidos. "Podr¨ªamos decir", afirma uno de ellos, "que en la Academia se respira buen ambiente y se trabaja con mucha tranquilidad, salvo en los periodos electorales en los que hay que cubrir una vacante. Da la sensaci¨®n de que entonces se trasladan a la RAE esas rencillas y rivalidades que caracterizan el mundillo de los departamentos universitarios, unos lugares muy cainitas. Ese influjo marca la enorme disparidad a la hora de valorar la trayectoria de una escritora".
Aunque pocos se atreven a confesarlo, incluso bajo la garant¨ªa del anonimato, "el machismo est¨¢ muy presente en un buen pu?ado de acad¨¦micos", en palabras de otro escritor con asiento en la RAE. "De modo contrario, no se explicar¨ªa esa desproporci¨®n entre los varones y las mujeres en la Academia. No se aplica el mismo list¨®n de calidad, por llamarlo de alg¨²n modo, a ellos que a ellas", concluye. Un acad¨¦mico como el periodista y escritor Luis Mar¨ªa Anson ha llegado a publicar en el suplemento cultural que preside una larga relaci¨®n de novelistas, poetisas, dramaturgas o ensayistas con m¨¦ritos para ingresar en la prestigiosa instituci¨®n encargada de velar por la salud del idioma. Desde el sector m¨¢s vinculado a la creaci¨®n literaria, varios acad¨¦micos anuncian, siempre bajo el manto del anonimato, que volver¨¢n a la carga cuando hayan de cubrirse otras vacantes de acad¨¦micos fallecidos.
Entretanto, todo apunta a que In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez, candidata ¨²nica al sill¨®n P, obtendr¨¢ hoy la mayor¨ªa suficiente para convertirse en acad¨¦mica a los 46 a?os. "Tal como suelen agitarse las aguas de la Academia a la hora de elegir nuevos miembros, tampoco cabr¨ªa descartar la sorpresa de que hubiera que acudir a una segunda votaci¨®n", comenta una de las fuentes consultadas en la RAE. Residente en Barcelona y de salud fr¨¢gil, Ana Mar¨ªa Matute calific¨® ayer de "lamentable" que ella sea la ¨²nica novelista con asiento en la RAE. Durante la presentaci¨®n de su ¨²ltima novela, Para¨ªso inhabitado (Destino), admiti¨® que apoyar¨¢ a futuras candidatas, pero confes¨® su impotencia al se?alar: "Yo s¨®lo dispongo de un voto y tengo poco poder en la Academia. Adem¨¢s, ¨²ltimamente he podido acudir poco a sus sesiones".
Nadie quiere descubrir vetos a escritoras vivas... pero un acad¨¦mico an¨®nimo recuerda con iron¨ªa que la docta instituci¨®n rechaz¨® a intelectuales de la talla de Emilia Pardo Baz¨¢n o Mar¨ªa Moliner.
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