"Nuestro hogar lo dise?an Telef¨®nica e Ikea; es brutal"
Se baja de un taxi sonriendo y entra en la terraza del restaurante neoyorquino Pastis arrastrando su maleta. El arquitecto catal¨¢n Enric Ruiz-Geli viaja a Nueva York a menudo para supervisar la futura remodelaci¨®n del Acuario de Coney Island, en Brooklyn, el m¨¢s antiguo del pa¨ªs. Su proyecto gan¨® en 2007 el concurso con el que la alcald¨ªa espera impulsar el renacimiento urban¨ªstico y cultural de un ¨¢rea donde los intereses inmobiliarios se enfrentan a un vecindario en lucha por el car¨¢cter social de la zona.
Su acuario aspira a iluminar en cuatro a?os el skyline de Coney Island con su red de escamas externas, que absorber¨¢n la luz del d¨ªa para reproducirla de noche a trav¨¦s de un entramado de luces creadas por su estudio, Cloud 9.
El arquitecto espa?ol participa en el renacimiento cultural de Brooklyn
El proyecto est¨¢ en el centro de esa encrucijada tan actual en las urbes del siglo XXI: intereses econ¨®micos versus responsabilidad social. Y este arquitecto, que tras sortear reuniones y burocracia ahora puede por fin sentarse a saborear una cerveza belga y uno de los c¨¦lebres steaks de Pastis, tiene claro hacia d¨®nde debe girar la balanza. "La arquitectura hoy tiene la misi¨®n de abrirle los ojos a la sociedad. Estamos rodeados de un marketing brutal, nuestro hogar lo dise?an Ikea y Telef¨®nica, nos dicen que tenemos que hablar por tel¨¦fono desde la ba?era y desde el coche y que si no llamas a tu abuelo le har¨¢s infeliz. ?No tendr¨ªa m¨¢s sentido que le hicieras una visita? Crear comunidades donde ni?os y abuelos puedan coexistir es posible, pero hace falta apostar por ello".
El autor del premiado hotel Forest de L'Hospitalet lo dice con el entusiasmo de quien ama una profesi¨®n que le permite compaginar sus aspiraciones creativas con sus ideales sociales. La v¨ªa son proyectos ins¨®litos como la f¨¢brica de nubes en medio del desierto que est¨¢ creando para que el rey de Bahrein devuelva la lluvia a su pa¨ªs. "Hay que mirar hacia esta profesi¨®n con visi¨®n renacentista. La arquitectura tiene que volver a integrar las artes y las ciencias. ?Qui¨¦nes son los artesanos del siglo XXI? Los programadores de software, los graffiteros, los que hacen m¨²sica en la calle... La arquitectura tiene que trabajar con ellos para mejorar las ciudades".
Abordar el acuario est¨¢ siendo "un master en democracia". Su proyecto pas¨® el filtro de nueve agencias p¨²blicas y asociaciones de transexuales, colectivos rusos e incluso ¨¢ngeles del infierno: "Fue una lecci¨®n de civismo incre¨ªble. Ojal¨¢ en Espa?a aprendieran a integrar a todas las comunidades en las decisiones de inter¨¦s p¨²blico".
Este arquitecto que dice que morir¨¢ ejerciendo otra profesi¨®n "porque en la vida hay que ser varias cosas", se entusiasma hablando del futuro. "La revoluci¨®n pendiente es que los ciudadanos pasemos de consumidores de energ¨ªa a productores". En ese sentido tambi¨¦n es pionero con un plan para crear una ola artificial frente a San Sebasti¨¢n que generar¨¢ energ¨ªa utilizando el mar. "Ser¨¢ una catedral de agua salada con m¨²sica dentro, pero es una m¨¢quina concebida para demostrar que la cultura se adelanta al negocio. Antes de que cuatro poderosos se apropien de la energ¨ªa del mar, la sociedad tiene que demandar su uso p¨²blico".
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