Compositoras, una lucha por la igualdad
?ltimamente hemos asistido a dos manifestaciones, aparentemente opuestas, de una id¨¦ntica situaci¨®n: me estoy refiriendo al silencio al que fuimos sometidas las mujeres compositoras en el extra de Babelia dedicado a la m¨²sica contempor¨¢nea del pasado 27 de septiembre, as¨ª como la media p¨¢gina que, en este mismo peri¨®dico se nos concedi¨®, el jueves 23 de octubre, a ra¨ªz del concierto F¨¦mina Cl¨¢sica organizado por Fundaci¨®n Autor. Tanto un caso -el silencio- como el otro -la fuerza de la imagen con siete compositoras en torno a un piano y el acertado titular ?Discriminadas? Rotundamente, s¨ª-, obedecen a la misma situaci¨®n: las mujeres en la m¨²sica y m¨¢s concretamente en el territorio patriarcal por excelencia, la composici¨®n, continuamos siendo p¨¢jaros ex¨®ticos, mitad temidos, mitad mimados paternalistamente, como "nenitas", en ning¨²n caso en igualdad de condiciones con nuestros colegas varones, sin la mayor¨ªa de edad necesaria, y a los hechos me remito.
La aportaci¨®n de las mujeres enriquece, airea, cuestiona y hace m¨¢s saludable la vida musical
En el mencionado extra el primer art¨ªculo arranca con diversos comentarios, por cierto, tambi¨¦n muy discutibles -pero eso ya es territorio de otro art¨ªculo- donde son citados 49 nombres, entre los cuales ninguna mujer; seguimos con las fotos, donde de nuevo brillamos por nuestra ausencia y as¨ª, sucesivamente. Terminamos de leer siete p¨¢ginas de cultura dedicadas al pensamiento y creaci¨®n musical contempor¨¢nea en nuestro pa¨ªs manteniendo un regusto de tiempos remotos donde la mujer era descanso del guerrero o in ecclesiis taceant, desgraciadamente, tiempos no tan lejanos. No voy a extenderme, Laura Freixas ya contest¨® magn¨ªficamente en Cartas al director.
As¨ª, el com¨²n denominador es recurrente: sistem¨¢ticamente partimos de cero, cuando la realidad demuestra nuestro pasado rico que debe ser reconocido y divulgado. Hay quien en su atrevimiento ignorante todav¨ªa afirma: "?Pero si no ha habido compositoras!" o incluso yendo m¨¢s lejos, "S¨ª, ha habido, pero son 'menores', no alcanzan la suficiente calidad". Aqu¨ª hemos tocado el n¨²cleo de la cuesti¨®n: el sistema patriarcal puede permitir alguna compositora en el pasado, incluso que haya podido vivir de su trabajo, pero existen olimpos de poder a los que las mujeres, todav¨ªa hoy, taceant, como la Academia, o la Escuela, y la Historia; s¨ª, con may¨²sculas, pues el Poder del Saber "de verdad", el "bueno", todav¨ªa es cosa de hombres.
El canon musicol¨®gico impone sus reglas, menos mal que Susan McClary nos abri¨® los ojos y los o¨ªdos, a la musicolog¨ªa feminista, todav¨ªa escueta en nuestro pa¨ªs pero no por ello menos firme. Los conservatorios est¨¢n llenos de mujeres y las aulas de composici¨®n; sin embargo, en la programaci¨®n al uso dominan los varones, siendo las mujeres la excepci¨®n. La docencia de la m¨²sica, en los niveles elementales y profesionales es mayoritariamente femenina; cuando llegamos a los Conservatorios Superiores las grandes posiciones son ocupadas por hombres. Esta desigual proporci¨®n se debe sin duda a la inercia del sistema patriarcal, a pesar de las medidas correctivas introducidas como la Ley de Igualdad. As¨ª, el valor de la diferencia, la riqueza de lo transversal en oposici¨®n a lo lineal y la abundancia cualitativa de la diversidad quedan legislados. Estos conceptos, que est¨¢n ya en la calle adem¨¢s de en la boca de todos nuestros pol¨ªticos -transversal, diversidad, diferencia- cuando se trata de aplicarlos a la mitad de la poblaci¨®n, las mujeres, los cimientos del sistema rechinan y rugen.
Sin embargo, la aportaci¨®n diversa y diferente de la m¨²sica de las compositoras enriquece el universo musical, abre los o¨ªdos a otras formas de pensar la m¨²sica como as¨ª lo est¨¢n demostrando las pocas compositoras que a duras penas se abren paso; en suma, enriquecen, airean, cuestionan y hacen m¨¢s saludable una vida musical que por otro lado necesita como agua de mayo este impulso, pues por m¨¢s que nos queramos enga?ar, una vida musical que s¨®lo se mira a s¨ª misma, cerrada a cal y canto, acaba por morir de inanici¨®n, cuando no de muerte s¨²bita.
La Ley de Igualdad exige paridad entre hombres y mujeres en todo tipo de organismo p¨²blico, y algunos privados, con capacidad de gesti¨®n y decisi¨®n y especialmente en los cargos directivos. Nos gustar¨ªa ver paridad en las programaciones musicales, al menos de los festivales y centros p¨²blicos, que es casi como decir en todos, pues Espa?a es un pa¨ªs cuya cultura musical vive fundamentalmente de las subvenciones de dinero p¨²blico. Queremos, pues, ver paridad en los cargos directivos de los centros de gesti¨®n que rigen nuestra vida musical. Y as¨ª, negadas a pesar de su existencia -?o tal vez por ella?- queremos que las Hildegard de Bingen, Barbara Strozzi, Mariana Mart¨ªnez, Elisabeth Jacquet de la Guerre, Louise Farrenc, Fanny Mendelssohn, Clara Wieck, C¨¦cile Chaminade, Pauline Viardot, Alma Mahler, Lili Boulanger, Mar¨ªa Rodrigo, Rosa Garc¨ªa Ascot, Germaine Tailleferre -s¨®lo por citar a las mejor recuperadas y documen-tadas- est¨¦n normalizadas y la programaci¨®n de sus obras no se produzca s¨®lo en conciertos monogr¨¢ficos "8 de marzo", aunque tambi¨¦n.
Marisa Manchado Torres es compositora y vicedirectora del Conservatorio Teresa Berganza de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.