El juego apuesta por los j¨®venes
La industria del azar busca adeptos no iniciados desde las nuevas tecnolog¨ªas
Maite y Nerea entran del brazo, convencidas tal vez de que juntas les resultar¨¢ m¨¢s sencillo superar la timidez inherente a toda experiencia inici¨¢tica, y la de hoy lo es. Es jueves por la tarde, el Casco Viejo de Bilbao huele a casta?as asadas, los tres monitores de la estancia proyectan el CSKA Mosc¨²-Real Madrid de baloncesto y las protagonistas, guipuzcoanas, 20 a?os, estudiantes, oscura ropa de invierno y mejillas coloradas, sacan tres euros de sus bolsillos y se colocan ante un altar electr¨®nico cuya liturgia desconocen. Es la primera vez que acceden a uno de los diez locales de apuestas deportivas que se han abierto en Euskadi desde el verano pasado, negocio que explotan tres empresas que prev¨¦n abrir 75 establecimientos, instalar 1.500 m¨¢quinas en bares, cafeter¨ªas y salas de juego, y hacerse con una jugosa raci¨®n (unos 250 millones de euros), del suculento pastel del juego, que mueve cada a?o en Euskadi m¨¢s de 1.500 millones.
Los nuevos locales y m¨¢quinas de apuestas deportivas causan furor
Los expertos alertan del ritmo al que baja la edad media de los lud¨®patas
Las adicciones a casinos 'on line' y concursos por 'SMS' son ya frecuentes
Cada vasco jug¨® en 2007 una media de 662 euros, un 41% en las tragaperras
Para cumplir esas previsiones, Ekasa, Kiroljokoa y Victoria-Garaipen pretenden convertir a su nueva fe electr¨®nica a los devotos de la apuesta cl¨¢sica y captar a nuevos fieles j¨®venes como Maite y Nerea, quienes, desorientadas, solicitan ayuda a una dependienta de este luminoso y llamativo local de estrat¨¦gica ubicaci¨®n en pleno centro del Casco Viejo, en la esquina de Somera, all¨ª donde confluyen la ruta del chiquiteo y la del kalimotxo, veteranos y j¨®venes, los dos colectivos target u objetivo de estas empresas.
Guiadas con precisi¨®n de GPS por un laberinto electr¨®nico de men¨²s, iconos y enlaces, Maite y Nerea apuestan. F¨ªan dos euros a una poco probable combinaci¨®n de resultados de f¨²tbol que, de concretarse, les reportar¨¢ 75 euros. El tercero lo encomiendan a las cuerdas vocales y la inspiraci¨®n de Unai Iturriaga, finalista del campeonato de vizcaya de bertsolaris. ?ste es otro de los ganchos del negocio: lo mismo se puede apostar por el Kiel, potencia del balonmano alem¨¢n, que por la trainera del pueblo; que Aitor Ocio vaya a marcar hoy ante el Betis (lo que multiplicar¨ªa por 21 el importe jugado) o la identidad del expulsado semanal de Gran Hermano, una oferta del agrado de las j¨®venes.
"Hab¨ªamos o¨ªdo hablar de este local, y hemos venido a ver c¨®mo era", explican ambas. A esta hora, casi las ocho de la tarde, hay cinco clientes m¨¢s en el local: Juan Carlos y Francisco, venezolanos de 20 y 22 a?os que hoy s¨®lo se han acercado a curiosear, pero que acostumbran a apostar 5 o 10 euros; Ali, un rumano de 25 que se pasa por aqu¨ª dos veces por semana y juega 20 euros; un tipo de mediana edad cuya mirada, que salva la montura de sus gafas, resulta lo suficientemente g¨¦lida para que el periodista entienda que su curiosidad no es bienvenida, y Arkaitz, un bilba¨ªno de 18 a?os, casi 1,90 y en busca de empleo, quien por tres euros ha sellado una combinada con partidos de la Copa de la UEFA que est¨¢n a punto de comenzar y que seguir¨¢ desde su ordenador con indisimulado inter¨¦s. "En casa ya saben que apuesto un par de veces a la semana. Esto es como la quiniela de mi padre o la Primitiva de mi madre", afirma. Explica que sus amigos y ¨¦l suelen apostar unos euros para amenizar el s¨¢bado noche por bares en los que ya no sorprende contemplar a hinchas declarados del Athletic festejar como locos los goles del Real Madrid.
"Los viernes y s¨¢bados, hacia las ocho, esto se llena de chavales. Se dejan desde uno hasta diez euros, sobre todo en f¨²tbol", abunda la empleada de la casa de apuestas. El local dispone de tres televisores, tres terminales para jugar, un par de mesas con los peri¨®dicos deportivos del d¨ªa, varias butacas y una m¨¢quina de refrescos en la que se puede adquirir cerveza. Pero para implicarse emocional y econ¨®micamente con un equipo sueco de hockey sobre hielo no es preciso acudir a un local como ¨¦ste: decenas de bares y cafeter¨ªas ya acogen m¨¢s de 400 m¨¢quinas id¨¦nticas a la que acaban de descubrir Maite y Nerea."S¨ª, acude mucha gente joven, sobre todo chicos, pero no obedece a una estrategia dise?ada para captarlos. Lo que s¨ª es cierto es que nuestra oferta, que abarca desde la ¨¦lite del deporte mundial hasta el equipo del pueblo, resulta muy atractiva y cercana a ese segmento de la poblaci¨®n. Pero tambi¨¦n nos viene gente mayor", sostiene Maribel San Jos¨¦, responsable de comunicaci¨®n de Kiroljokoa. Sin embargo, las asociaciones que combaten la ludopat¨ªa en Euskadi vienen comprobando un r¨¢pido descenso en la edad media de las personas afectadas. "Antes, el lud¨®pata tipo era un hombre de 40 a 50 a?os, pero la media est¨¢ ya entre los 30 y 35 a?os, con muchos usuarios de 20 a 25", alertan Beatriz Alonso, Lorena Pidal y Beatriz Puyero, psic¨®logas de la asociaci¨®n Ekintza-Dasalud, la Asociaci¨®n de Ayuda a Lud¨®patas de Guip¨²zcoa, radicada en Renter¨ªa.
La implantaci¨®n de tiendas y terminales de apuestas deportivas es tan reciente que esta asociaci¨®n no ha registrado todav¨ªa ning¨²n caso de adicci¨®n vinculado a esta nueva oferta. "Nos tememos que lo haremos a corto plazo, como ya estamos atendiendo a j¨®venes adictos al juego en Internet, tanto a apuestas deportivas como a casinos on line", advierten desde Ekintza-Dasalud y corrobora Jos¨¦ Manuel Vidosola, presidente de Ekintza-Aluviz, la Asociaci¨®n de Ayudas a Lud¨®patas de Vizcaya, con sede en Barakaldo. "La edad media est¨¢ bajando, y adem¨¢s estas nuevas patolog¨ªas nos pillan fuera de juego a las asociaciones, que nos basamos en la experiencia y el testimonio", asegura Vidosola.
"Haya o no una b¨²squeda premeditada de los j¨®venes, lo cierto es que el uso de la tecnolog¨ªa invita a pensar que algo de eso hay, porque son los j¨®venes quienes la dominan. Muchos mayores, que incluso carecen de estudios b¨¢sicos, no entienden estas nuevas m¨¢quinas y se refugian en el juego tradicional, mientras que la inform¨¢tica, Internet y los m¨®viles les resultan muy familiares a los j¨®venes", apuntan Alonso, Pidal y Yubero. Tambi¨¦n la decoraci¨®n (amplias cristaleras, colores vivos, grandes pantallas de televisi¨®n) y la ubicaci¨®n de estos locales parecen escogidas para atraer a los ciudadanos de menor edad. Incluso los precios: basta con 20 c¨¦ntimos para apostar. En su primer trimestre operativo, Ekasa y Kiroljokoa superaron el mill¨®n de euros en apuestas -Victoria-Garaipen comenz¨® a operar m¨¢s tarde-. El 84,45% de ese importe se destin¨® a premios, seg¨²n las empresas.
Un 3,7% de los vascos (unas 80.000 personas) tiene problemas con el juego, una gigantesca empresa que el a?o pasado movi¨® en toda la UE 350.000 millones de euros, y eso hablando s¨®lo del juego legal. 51.500 millones fueron de win, la diferencia entre lo recaudado y lo entregado al apostante. En 2007, en Espa?a se jugaron 31.000 millones de euros en casinos, bingos, salones, tragaperras, loter¨ªas y apuestas del Estado y cupones de la ONCE. Euskadi apost¨® 1.418 millones de euros, 662,74 euros por habitante ese a?o, lo que sit¨²a a los vascos en el 13? puesto de la clasificaci¨®n auton¨®mica, que encabeza Madrid con m¨¢s de 800 euros per c¨¢pita. Esta estad¨ªstica no recoge algunas apuestas privadas (frontones, traineras, apuestas h¨ªpicas, rifas, porras, etc¨¦tera).
Cada vasco gast¨® de media 42,20 euros en el casino, 65,07 en el bingo, 144,34 en la Loter¨ªa Nacional (de ellos unos 100 s¨®lo en el sorteo de Navidad), 104,75 en quinielas y primitivas, 30,10 en el cup¨®n de la ONCE y 276,28, un 41,6%, en m¨¢quinas de tipo B o tragaperras, la gran cruz de los lud¨®patas.
De esos algo m¨¢s de 662 euros jugados, cada ciudadano recuper¨® tambi¨¦n de media 215 (un 32,4%), por lo que su gasto real se qued¨® en 447,74 euros. En enero pasado estaban abiertos en Euskadi dos casinos (uno en Bilbao y otro en San Sebasti¨¢n), 19 salas de bingo, 105 salones de juego y 19 salones recreativos. A ellos se sumaban 6.658 m¨¢quinas recreativas, 11.671 tragaperras cl¨¢sicas y 79 tragaperras de casino. Esta abrumadora oferta se completa con las tradicionales apuestas en los frontones, las rifas, los sorteos y, desde hace cinco a?os, el floreciente negocio del juego a trav¨¦s de Internet y la telefon¨ªa m¨®vil. En esta ¨²ltima proliferan las promesas de grandes premios a cambio del env¨ªo masivo de mensajes de texto, o las llamadas (no respondidas, pero s¨ª cobradas) a programas nocturnos de televisi¨®n. Casualidad o no, la red y el celular suponen dos herramientas caracter¨ªsticas de la juventud del siglo XXI.
Responsables de Ekasa, Kiroljokoa y Victoria-Garaipen se declaran conocedores de las negativas consecuencias derivadas del mal uso del juego y exquisitamente sensibilizados en la materia. Y reivindican "la enorme responsabilidad" con que opera su negocio. Las tiendas cuentan con folletos informativos que ofrecen al cliente pautas para un uso responsable del juego (no apostar m¨¢s de tres veces por semana, jugar siempre en cuadrilla, abstenerse de hacerlo en momentos de rabia o tristeza, no buscar en el juego la soluci¨®n a los problemas econ¨®micos,...) y le informan de los s¨ªntomas que pueden preludiar una adicci¨®n (tratar de recuperar de inmediato el dinero perdido, hablar de forma continua sobre el juego, combinar la apuesta con el alcohol y otros). Las m¨¢quinas instaladas en bares y salones advierten en su men¨² principal de los riesgos de apostar, al tiempo que ofrecen informaci¨®n y contacto con asociaciones que combaten la ludopat¨ªa.
"La normativa de las apuestas deportivas recoge algunas prevenciones, como la cuant¨ªa m¨¢xima de la apuesta, que es de 100 euros. Adem¨¢s, la m¨¢quina no da premios en met¨¢lico, sino que emite un pagar¨¦ o aumenta el saldo de una tarjeta. Y est¨¢ la imposibilidad de reinvertir lo ganado en un plazo de cuatro horas. Todas son medidas pensadas para evitar el calent¨®n tan inherente al jugador compulsivo", explica Aitor Uriarte, director de Juegos y Espect¨¢culos del Gobierno vasco. Sin embargo, ning¨²n dispositivo impide que una misma persona apueste 100 euros 100 veces. "Ocurre lo mismo con la loter¨ªa: hay quien juega un d¨¦cimo y quien compra series y series enteras. ?Es mala la loter¨ªa? No. Los poderes p¨²blicos no pueden estar contra el juego, sino que deben prevenir y combatir su uso incorrecto", responde Uriarte.
"El juego no es malo", opinan Alonso, Pidal y Yubero. "Los ni?os juegan, y todos hemos experimentado con ¨¦l. Flirtear con el juego no es peligroso, y menos si la apuesta es baja y se apuesta en compa?¨ªa", afirman las profesionales de Ekintza-Dasalud. Si eso es as¨ª, los padres de Maite y Nerea pueden estar tranquilos: sus hijas ni tienen ni necesariamente tendr¨¢n un problema con el juego. Pero ello tampoco significa que sean inmunes a la picadura de la curiosidad y la hinchaz¨®n de la adicci¨®n. "Los problemas llegan cuando se empieza a apostar con frecuencia, en solitario y cantidades cada vez m¨¢s importantes", concluyen estas psic¨®logas, que huyen del alarmismo ("quiz¨¢s el aumento en el n¨²mero de j¨®venes que solicitan ayuda se deba a que la prevenci¨®n y la concienciaci¨®n funcionan mejor y de forma m¨¢s precoz", especulan), pero tampoco caen en la despreocupaci¨®n: hay demasiado en juego.
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