Ir¨¢n pone en el punto de mira de la represi¨®n a la Nobel de la Paz Ebad¨ª
La presidencia francesa de la UE condena el cierre del centro de la activista
La polic¨ªa iran¨ª ha cerrado el Centro para la Protecci¨®n de los Derechos Humanos (CPDH) de la premio Nobel de la Paz Shir¨ªn Ebad¨ª. Agentes de uniforme y de paisano se presentaron el pasado domingo en su sede y, sin orden judicial alguna, procedieron a su clausura, seg¨²n denunci¨® ayer la propia premio Nobel. La medida, que se produjo cuando el centro se dispon¨ªa a celebrar el 60? aniversario de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos del Hombre, es una nueva vuelta de tuerca de las autoridades para tratar de silenciar a quienes denuncian las violaciones de los derechos humanos en Ir¨¢n.
Cerca de 300 personas estaban invitadas a la ceremonia en la que el CPDH iba a rendir homenaje a Taqi Rahmani, un activista pol¨ªtico que pas¨® 17 a?os en prisi¨®n tras la revoluci¨®n isl¨¢mica. El acto no lleg¨® a celebrarse. Varias decenas de polic¨ªas allanaron el local, echaron a todos los reunidos y procedieron a sellar la entrada. No hubo detenidos.
El r¨¦gimen le acusa de crear una atm¨®sfera contraria al sistema
Un comunicado judicial difundido por la agencia semioficial Mehr aseguraba que las declaraciones del CPDH han creado una atm¨®sfera "de publicidad medi¨¢tica contra el sistema en los ¨²ltimos a?os". Seg¨²n la misma fuente, el centro carec¨ªa de los preceptivos permisos legales para seguir con su actividad. En efecto, el Gobierno iran¨ª la prohibi¨® en 2006, pero hab¨ªa seguido operando en un edificio del norte de Teher¨¢n que Ebad¨ª compr¨® con dinero del premio Nobel de la Paz que recibi¨® en 2003.
"El cierre de nuestras oficinas no har¨¢ que cesemos en nuestras actividades", declar¨® Ebad¨ª. La premio Nobel asegur¨® que sus miembros se reunir¨¢n en alg¨²n otro lugar y continuar¨¢n apoyando a quienes defienden las libertades y los derechos b¨¢sicos. En su opini¨®n, los recientes informes del centro acusando al Gobierno iran¨ª de violaciones de derechos humanos podr¨ªan haber desencadenado la clausura.
Amparado por el prestigio internacional de Ebad¨ª, el Centro para la Protecci¨®n de los Derechos Humanos se permite una inusual franqueza en sus denuncias. Sus miembros han documentado que, desde la llegada a la presidencia de Mahmud Ahmadineyad, han aumentado las ejecuciones, incluidas las de menores, y las presiones sobre los activistas de los derechos humanos.
En su informe anual del pasado mes de mayo, el centro destac¨® que "las libertades de expresi¨®n y de informaci¨®n se hab¨ªan reducido a¨²n m¨¢s". Tambi¨¦n hace campa?a para que se proh¨ªban los castigos inhumanos, como la lapidaci¨®n o las amputaciones.
El aprecio de los iran¨ªes hacia su trabajo se puso de manifiesto en la emotiva recepci¨®n que le dispensaron a la activista cuando regres¨® a Teher¨¢n tras recibir el Nobel. Decenas de miles de personas acudieron al aeropuerto con flores y bloquearon durante horas los accesos. Era la primera iran¨ª y la primera musulmana en lograr tan alto galard¨®n, y el Gobierno, entonces presidido por el reformista Mohamed Jatam¨ª, ni siquiera se molest¨® en felicitarla.
Su trabajo es especialmente valioso dado que la Rep¨²blica Isl¨¢mica no permite la entrada en el pa¨ªs ni de representantes de la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas ni de miembros de otras organizaciones independientes. Dos de ¨¦stas, Human Rights Watch (HRW) y la Campa?a por los Derechos Humanos en Ir¨¢n, as¨ª como la presidencia francesa de la Uni¨®n Europea, condenaron ayer en¨¦rgicamente el cierre del CPDH y exigieron al r¨¦gimen de Teher¨¢n su inmediata reapertura.
"Esta operaci¨®n hace temer un objetivo m¨¢s amplio de silenciar a la comunidad de defensores de los derechos humanos en Ir¨¢n", denunci¨® un comunicado de HRW. "No se trata s¨®lo de un ataque contra Shir¨ªn Ebad¨ª y sus colegas iran¨ªes, sino contra toda la comunidad de activistas, de la que ella es un miembro destacado e influyente", asegur¨® el director ejecutivo de esa organizaci¨®n, Kenneth Roth.
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