"Es inmoral que la normativa e¨®lica no valore las fincas de los molinos"
Uni¨®ns Agrarias (UU AA) acaba de celebrar un cuarto de siglo. Su secretario general, Roberto Garc¨ªa (Rodeiro, 1958), hace historia y recuerda que, antes del congreso de Lal¨ªn en 1983, existiera una Federaci¨®n de Traballadores da Terra, fundada en Betanzos en 1933 y truncada por la Guerra Civil. "No hay precedentes en el mundo laboral", explica, "de una organizaci¨®n agraria como la nuestra, integrada en una organizaci¨®n sindical de clase, la UGT". "M¨¢s all¨¢ de que los agricultores y ganaderos seamos los propietarios de las tierras, estamos, en muchos casos, mucho peor que cualquier trabajador de cualquier empresa", asegura. La dignificaci¨®n de la vida en el campo es el primero de los objetivos que cita Garc¨ªa en el programa de UU AA.
"El minifundismo y la comercializaci¨®n impiden al sector ser competitivo"
"Los empresarios no pueden incumplir un acuerdo y que no pase nada"
Pregunta. ?En qu¨¦ ha cambiado el campo gallego durante estos 25 a?os?
Respuesta. Primero, ha adelgazado de forma sustancial. Cuando se fund¨® el sindicato, hab¨ªa 400.000 agricultores y ahora quedan 90.000. La modernizaci¨®n de las explotaciones ha provocado que ¨¦stas produzcan calidad y cantidad, y son homologables a cualquiera de Espa?a o de Europa. Faltan por conseguir estructuras de comercializaci¨®n con las industrias y resolver el problema b¨¢sico del minifundismo, los dos lastres que nos impiden ser m¨¢s competitivos.
P. El del minifundismo es un lastre hist¨®rico.
R. Tenemos un sentido de la propiedad privada muy acusado, que origina desconfianzas hacia herramientas de cesi¨®n de tierras y de usos, de arrendamientos. Adem¨¢s, el sistema hereditario tiende a parcelar en exceso las explotaciones.
P. El Banco de Terras de la Conseller¨ªa de Medio Rural incide en esa problem¨¢tica.
R. S¨ª, es un paso adelante, pero no va a ser la panacea. Donde hay pocos agricultores es donde hay m¨¢s oferta, y donde hay muchos agricultores, no hay quien ponga tierras. Debe reforzarse con concentraciones de usos, una ley de arrendamientos, las permutas y las concentraciones privadas.
P. En Medio Rural, ?percibe diferencias entre el bipartito y los gobiernos de Fraga?
R. Sin lugar a dudas. Fuimos muy cr¨ªticos con este Gobierno y convocamos movilizaciones, pero por dos razones: somos una organizaci¨®n aut¨®noma y reivindicativa pero, sobre todo, tenemos la sensaci¨®n de que aquellos que comparten con nosotros los problemas tienen especial sensibilidad. Debemos exigirles mucho despu¨¦s de 20 a?os de desmantelamiento del sector.
P. ?C¨®mo se nota la crisis econ¨®mica en el agro?
R. Afecta de forma dram¨¢tica. Si los trabajadores de cualquier sector industrial pierden el trabajo, tienen un sistema social de protecci¨®n. En el sector agrario, nos vamos a casa con una mano delante y otra detr¨¢s. Adem¨¢s, existen unas relaciones comerciales ancladas en la Edad Media, donde los empresarios tienen derecho de pernada.
P. Imponen los precios.
R. En crisis, resuelven su cuenta de resultados imponiendo precios a la baja. Los precios de los input (energ¨ªa, fertilizantes y piensos) tambi¨¦n suben, a causa del precio del petr¨®leo y los cereales. Esa es la situaci¨®n que toca a 90.000 familias, pero 90.000 familias que gestionan el 80% del territorio de Galicia.
P. Los empresarios l¨¢cteos se hab¨ªan comprometido ante sindicatos y conseller¨ªa a firmar contratos homologados. ?Por qu¨¦ no cumplen?
R. Es una situaci¨®n de privilegio a la que cuesta tiempo y trabajo renunciar. Se trataba de un derecho de pernada en el que, un mes despu¨¦s de recoger la leche, decid¨ªan unilateralmente cu¨¢nto pagar. Por eso decimos a la Administraci¨®n que no llega con ser ¨¢rbitro de este partido, hay que empezar a sacar tarjetas sancionadoras. No puede ser que alguien firme un acuerdo, lo incumpla y no pase nada.
P. Uni¨®ns Agrarias no comparte con el Sindicato Labrego (SLG) la exigencia de un precio regulado por el Gobierno.
R. Lo que plantea el SLG supone una modificaci¨®n de la Constituci¨®n. Se puede discutir te¨®ricamente, pero nosotros queremos solucionarle al ganadero el mes a mes y con contratos homologados ya se fija un precio. Lo que s¨ª que no tiene precedentes es que convoquen una contramanifestaci¨®n el mismo d¨ªa que el 80% del sector se manifiesta en San Caetano. Pero los ganaderos percibieron esa maniobra, y ¨¦ramos 9.000, mientras el Sindicato Labrego eran 150.
P. ?Qu¨¦ recetas maneja su organizaci¨®n para fijar poblaci¨®n en el rural?
R. No es un problema de recetas, es un problema de justicia. Es b¨¢sica la dignificaci¨®n de la profesi¨®n, y eso no es s¨®lo sentirnos orgullosos de ser agricultores, sino tener rentas dignas. Negociar en pie de igualdad el precio de nuestros productos. Que el trabajo de conservaci¨®n del medio, hasta ahora gratuito, sea retribuido: es mejor eso que pagar luego por apagar incendios. Y que los recursos que se nos expropian tengan una remuneraci¨®n justa.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Es inmoral, injusto, escandaloso, que al regular las condiciones multimillonarias de aprovechamientos e¨®licos, la Xunta regule su porcentaje de negocio, las concesionarias hablen de cu¨¢nto van a reinvertir en cambiar Ence de sitio y crear no se sabe qu¨¦ empresas y lo ¨²nico que deja sin regular sea a los propietarios de las chousas y las leiras por donde pasa el viento a una determinada velocidad, donde se instalar¨¢n los molinos.
P. ?No figura en la normativa de Industria?
R. No. Nos expropian por v¨ªa de urgencia y no nos queda m¨¢s remedio que ir a juicio por una cuesti¨®n que deber¨ªa figurar en la normativa. Nuestras fincas no valen por los toxos, sino por el valor del aire que pasa por ah¨ª a una determinada velocidad.
P. ?Qu¨¦ capacidad de acci¨®n le queda a un sindicato como Uni¨®ns Agrarias frente a din¨¢micas globales?
R. Las grandes tendencias vienen dadas de fuera, pero nuestras batallas son a menudo batallas de lo peque?o. Conseguir relaciones contractuales en pie de igualdad, reconvertir la producci¨®n. Tambi¨¦n es cierto que, desde la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea a 27 miembros pero con el mismo presupuesto que con 12, las decisiones vuelven a los Estados. Se produce una renacionalizaci¨®n de la pol¨ªtica agraria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.