El viaje de Cesc Gay por bares y librer¨ªas
Ser¨ªa imposible ilustrar en una sola fotograf¨ªa el espacio de trabajo del escritor y guionista Cesc Gay (Barcelona, 1967). Har¨ªa falta m¨¢s bien un ¨¢lbum de fotos, o una suerte de story board que se desarrollar¨ªa, an¨¢rquico, por distintas plazas de su ciudad natal y por los bares que frecuenta, libreta en mano, con los sentidos alerta. Deber¨ªa reflejar tambi¨¦n los estantes bien nutridos de alguna librer¨ªa. "A veces me voy a la FNAC y trabajo m¨¢s en una hora mirando libros o escuchando a la gente que ante un papel en blanco". Gay compara el trabajo de escribir con el de cocinar. Puede pasarse mucho tiempo reuniendo los ingredientes. "Me gusta escribir sin tener claro ad¨®nde voy. El proceso de escritura es un viaje. El gui¨®n se va haciendo de forma impulsiva, instintivamente". Cuando todo est¨¢ a punto escribe muy r¨¢pido. "No puedes pasarte demasiado tiempo cocinando el plato".
Y entonces s¨ª. Cuando la despensa est¨¢ ya bien nutrida, Gay se instala en la sede de Messidor Films. As¨ª se llama la productora de Marta Esteban, su valedora desde que el realizador mostrara sus credenciales con Hotel Room, su primera pel¨ªcula, rodada a medias con el argentino Daniel Gimelberg casi con presupuesto cero. Gay tiene despacho en Messidor, pero si hace buen tiempo prefiere salir a la amplia terraza y acomodar el ordenador sobre una mesa de cristal para dar forma a las ideas previamente consignadas a mano. El entorno invita a la concentraci¨®n. M¨¢s all¨¢ de la verja met¨¢lica que delimita los dominios de la productora, el patio de vecinos es un oasis en calma. Plantas de toda clase y un aparato para hacer ejercicio le regalan una muda compa?¨ªa. Aqu¨ª fue donde Gay acab¨® de armar su ¨²ltima pel¨ªcula, V.O.S., adaptaci¨®n de la obra de teatro de Carol L¨®pez. En ella, este maestro de los silencios, de los personajes celosos de su intimidad, de las situaciones contenidas y cercanas al drama, se entrega abiertamente a la comedia, un g¨¦nero que le apasiona. "Pretender hacer re¨ªr a alguien es un reto. Resulta mucho m¨¢s sencillo hacerle llorar", dice el realizador de Krampack, En la ciudad y Ficci¨®n. V.O.S
. se acab¨® de rodar a mediados de noviembre y actualmente la est¨¢ montando. Y luego, a seguir trabajando. "Hacer cine es una lucha diaria, es demasiado caro y complicado como para sentirse relajado. Pero siempre se acaba encontrando una manera de hacerlo", dice, convencido de que si un d¨ªa le fallara el engranaje financiero, retornar¨ªa a los or¨ªgenes. "Para m¨ª, hacer cine era un sue?o, una ambici¨®n excesiva. Y ya he hecho cinco pel¨ªculas. S¨¦ que siempre puedo volver a Hotel
Room".
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