Exceso de Reyes
En mi infancia, tan lejana, si estabas en la cabalgata, pendiente de que los Reyes te lanzaran un caramelo, y esperando a que te sonriera Baltasar, el ¨²nico negro que tu familia ve¨ªa con buenos ojos mucho antes de Obama, no ten¨ªas la oportunidad de enterarte de que a esa misma hora los Reyes estaban llegando a todas las ciudades de Espa?a y a la mayor¨ªa de sus pueblos.
Ahora, con la abundancia de medios de comunicaci¨®n y el escaso inter¨¦s de ¨¦stos por contribuir a cualquier ilusi¨®n o misterio de grandes o peque?os, a pesar de la alta rentabilidad comercial del juego, tiene m¨¦rito prolongar la creencia en los Reyes m¨¢s all¨¢ de unos poqu¨ªsimos a?os. Adem¨¢s, los cr¨ªos deben generar unas buenas defensas de su ingenuidad, antes de la interesada simulaci¨®n de ¨¦sta, porque si no, cuesta entender c¨®mo pueden seguir creyendo en Pap¨¢ Noel despu¨¦s de ver tanto mamarracho disfrazado de ese obsequioso anciano. As¨ª que, como consecuencia de todo esto, los ni?os de hoy te ponen en un aprieto cuando la televisi¨®n les muestra una y otra vez los distintos escenarios por los que los Reyes pasearon a una misma hora.
A los ni?os de Hortaleza no les extra?a que los Reyes lleguen un d¨ªa antes a su distrito
Te armas un l¨ªo tratando de explicarles el misterio y, si te atreves a mencionar el don de la ubicuidad de los Magos de Oriente, peor que peor; te preguntan por la ubicuidad. Y por lo ¨²nico que me atrev¨ª yo a preguntar en mi ni?ez fue por esos reyes de los grandes almacenes que ven¨ªan bastante antes del d¨ªa m¨¢gico y se apostaban all¨ª como un reclamo para que los pap¨¢s compraran y nosotros nos hici¨¦ramos una foto con aquellos impostores. Y esa desfachatez mercantilista, que no repara en la ilusi¨®n de los ni?os sino en las ganancias de caja, era resuelta por los padres con la explicaci¨®n de que se trataba de una especie de delegados reales, de gente que ven¨ªa por delante para preparar el gran d¨ªa.
Nos vemos obligados, pues, a explicar a las criaturas que as¨ª como vas moviendo las figuras de los Reyes en el bel¨¦n, hasta que llegan el d¨ªa 6 a adorar al Ni?o, los Reyes de verdad vienen en camello, poco a poco, antes de que se les vea y aplauda en la plaza Mayor de Madrid. A los ni?os de Hortaleza, por ejemplo, no les extra?a que los Reyes lleguen un d¨ªa antes a su distrito y quiz¨¢ esto anime a los peques del resto de la ciudad a acudir a Hortaleza a recibir a sus majestades con prontitud. Hace 25 a?os que los Reyes Magos llegan all¨ª el d¨ªa 4, pero si no fuera porque la concejal del distrito ha decidido ahora encargar la organizaci¨®n de la cabalgata, que siempre corri¨® por cuenta de los vecinos, a una empresa privada, no nos hubi¨¦ramos enterado de que es posible llevar a los chavales ese d¨ªa a Hortaleza y el 5 al centro, sin que la ilusi¨®n por los Reyes se vea mermada.
Los chiquillos de las zonas m¨¢s humildes y marginales del barrio han venido construyendo con sus propias manos las carrozas, pero no deb¨ªan ser del gusto de la concejal, Elena S¨¢nchez Gallar, del PP, y ha decidido generar un conflicto con las asociaciones del barrio en su opci¨®n por el ordeno y mando frente al esp¨ªritu participativo, con lo que la ilusi¨®n de los peque?os m¨¢s necesitados sufre la alteraci¨®n que origina esta vez una gestora p¨²blica, demostrando as¨ª que aquellos que est¨¢n llamados a aportar soluciones gustan con frecuencia de convertirse ellos mismos en problema. Resultado: que donde uno cre¨ªa que era m¨¢s f¨¢cil explicar a los ni?os por qu¨¦ los Reyes llegaban antes a su barrio hay qu¨¦ contarles ahora por qu¨¦ llegan por duplicado, ya que los vecinos de Hortaleza, que han contado siempre con la colaboraci¨®n desinteresada de payasos, cuentacuentos, magas y grupos de bazucada, har¨¢n su cabalgata alternativa, aun a riesgo de contribuir, por culpa de su concejal, dicen ellos, a romper la magia de los Reyes Magos por exceso de reyes.
Cualquiera que conozca al alcalde de Madrid podr¨ªa pensar que, descrita esta situaci¨®n, tratar¨ªa de remediarla con la misma sensibilidad con que ha convertido la cabalgata del centro en un espect¨¢culo m¨¢s moderno y atractivo. Pero no. Los vecinos han acudido a ¨¦l y Ruiz-Gallard¨®n ha salido en defensa de su concejal y en apoyo de la decisi¨®n de gastar dinero de su atribulado presupuesto para que acabe en las arcas de una empresa de organizaci¨®n de eventos, seguramente necesitada de protecci¨®n en los tiempos que corren o de que los Reyes Magos le echen una mano. Resulta llamativo que gestores tan poco intervencionistas por ideolog¨ªa se empe?en en imponer a la llamada sociedad civil su modo de entender la fiesta y vivirla.
Lo de la cabalgata de Reyes de Hortaleza no es una an¨¦cdota, revela una forma de relaci¨®n de ciertos gobernantes con su pueblo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.