"De mayor quiero ser pelotari"

"De mayor quiero ser pelotari", afirma con tan s¨®lo once a?os y sin titubeos Eneko Ollakarizketa. "Me gusta mucho", argumenta sin m¨¢s el chaval, estudiante de la Ikastola Aitor de San Sebasti¨¢n, quien lleva ya cuatro a?os entrenando en este deporte. El saque es su momento preferido. Las carreras para calentar antes de jugar es lo que peor lleva. "Me gusta correr cuando estoy jugando. Correr con sentido", explica con los mofletes rojos y sudorosos por el esfuerzo en el front¨®n del Polideportivo de Egia en San Sebasti¨¢n.

Ollakarizketa es uno de los muchos alumnos de I?aki Fern¨¢ndez Azkarate, quien cre¨® hace 20 a?os una escuela de pelota mano bajo el paraguas de la Asociaci¨®n deportivo cultural Alde Zaharra. Nacido en 1952 en la plaza de la Constituci¨®n, en pleno coraz¨®n de la Parte Vieja donostiarra, este "pelotari aficionado" desde joven echa la vista atr¨¢s para recordar el contexto en el que naci¨® la escuela. "En aquel tiempo hab¨ªa un deterioro terrible en el barrio. Cundi¨® la droga y nos vimos en la necesidad de crear un club deportivo. A otro amigo y a m¨ª nos correspondi¨® el encargo de regenerar la plaza de la Trinidad, que alberga un front¨®n". As¨ª, y en colaboraci¨®n con la cercana Ikastola Orixe, surgi¨® la escuela deportiva. "La idea era que los chavales del barrio fuesen all¨ª a jugar a pelota".

El profesor pide una buena cubierta para el front¨®n de la plaza de la Trinidad

Dos d¨¦cadas despu¨¦s, la Trini, como se conoce popularmente la plaza, ha dejado muy atr¨¢s su mala imagen. Y la escuela de pelota de Alde-Zaharra -unos a?os m¨¢s tarde vio la luz una segunda escuela en el barrio de El Antiguo-, siempre en colaboraci¨®n con centros escolares, se ha extendido por buena parte de la ciudad y sus frontones. "Ahora tenemos chavales de casi todos los barrios; andamos entre los 100 y los 110 alumnos", corrobora Fern¨¢ndez Azkarate. El ciclo es completo, desde la iniciaci¨®n, donde arrancan ni?os de tan s¨®lo seis a?os, hasta la categor¨ªa senior. A los doce a?os ya se pueden federar.

Todos estos pasos dar¨¢ Oier Ormazabal, de ocho a?os y tambi¨¦n estudiante de la Ikastola Aitor, si sigue firme en sus convicciones. Como Ollakarizketa, compa?ero de entrenamiento, asegura que de mayor quiere ser pelotari. Desde luego, apunta maneras. Lleva ya dos a?os d¨¢ndole a la pelota y habla como un profesional menudo. "Se necesita un a?o y medio para darle fuerte", sostiene durante un momento en que se aparta del entrenamiento en Egia.

A pocos metros, su prima Lide Ormazabal se afana por golpear la pelota con su peque?a mano de seis a?os. Es de las pocas alumnas de Fern¨¢ndez Azkarate, ya que la mayor¨ªa son chicos. ?Duele? "No", responde la ni?a. "Tiene mucho arte", alaba el profesor, al tiempo que aclara que las pelotas que utilizan los pelotaris de menor edad son "m¨¢s peque?as y blanditas, adecuadas a una mano que se est¨¢ formando". En cualquier caso, advierte, "hay que calentar siempre un poco la mano".

Fern¨¢ndez Azkarate habla con pasi¨®n de la pelota, un deporte "con un buen nivel de actividad", pero que todav¨ªa est¨¢ a la cola de actividades estrella como el f¨²tbol y el baloncesto. "Nuestros ancestros no eligieron y desarrollaron este deporte al azar, sino que lo hicieron con conocimiento de causa, por sus valores atl¨¦ticos, pero tambi¨¦n humanos, de superaci¨®n personal e interrelaci¨®n", apunta. Por eso, ¨¦l en sus clases le da tanta importancia al aspecto puramente deportivo como al educativo. "La educaci¨®n, el respeto al otro, es fundamental. De la combinaci¨®n de educaci¨®n y deporte sale el mejor producto".

El profesor arrastra un pesar. "La pena es que con esta escuela tan completa, el front¨®n de la plaza de la Trinidad sigue sin ponerse en condiciones, con una buena cubierta. Ser¨ªa un referente para el patrimonio deportivo cultural de toda la ciudad", enfatiza, con la esperanza de que el Ayuntamiento atienda su reivindicaci¨®n y la de otros muchos pelotazales.