"El ¨²nico personaje negativo de esta novela soy yo misma"
La velada del Premio Nadal se alarg¨®. Maruja Torres (Barcelona, 1943) estaba euf¨®rica tras recibir el galard¨®n por Esperadme en el cielo y se fundi¨® en un mar de abrazos y felicitaciones. La tradicional conferencia de prensa empez¨® tan tarde que ya casi no quedaban periodistas. Amigos, muchos. Aunque hab¨ªa jurado que no hablar¨ªa de Palestina, s¨ª lo hizo.
"La vida tiene sentido porque existe la muerte. Por eso me parece miserable que se acorten injustamente tantas vidas en Gaza", dijo. Se hizo el silencio y una cierta tristeza se extendi¨® por la sala. Ella la cort¨® en seco. Cogi¨® de las manos a sus compa?eros de premios, Rub¨¦n Abella, finalista del Nadal, y Gaspar Hern¨¢ndez, ganador del Pla, y cant¨® con ellos una vieja canci¨®n, que en su libro cantan ella, Terenci Moix y Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n: "?Si acaso quieres volaaaar, piensa en algo encantadoooor! ?Como aquella Navidaaaad, que encontraste al despertaaaaar juguetes de cristaaal!". Y ¨¦sta es la t¨®nica de este Premio Nadal y de la novela: sonrisas y l¨¢grimas.
Pregunta. En el libro aparecen usted, Terenci Moix y V¨¢zquez Montalb¨¢n con ba?ador a rayas y flotador amarillo y blanco con cabeza de patito, nadando en un mar de l¨¢grimas. Es una imagen de impacto.
Respuesta. As¨ª es el libro. Ni un solo gesto de amabilidad con los fantasmas. Las l¨¢grimas son las de Alicia [Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas]. En serio, el libro es un legado de educaci¨®n sentimental de parte de unos amigos muertos a una mujer para que pueda envejecer resistiendo.
P. Pero ese encuentro de los tres en el cielo...
R. El cielo es un estado de ¨¢nimo.
P. ?Cree que la novela gustar¨¢ a las familias de Manolo y Terenci?
R. Son mi Manolo y mi Terenci. Eran grandiosos, ten¨ªan muchos amigos, pero los de la novela son los m¨ªos. Adem¨¢s, la ¨²nica que sale mal soy yo misma: pedante, sentada con el mando a distancia, siempre cerca de la nevera, pensando en el Premio Pr¨ªncipe de Asturias... Ana Moix me ha llamado hoy [por ayer] y me ha dicho que estaba contenta y feliz. Creo que les gustar¨¢, quiz¨¢ les ponga un poco tristes, pero eso tambi¨¦n me pasa a m¨ª.
P. ?C¨®mo se le ocurri¨® la idea de reunirlos en una novela?
R. Cuando fuimos a llevar las cenizas de Terenci a Alejandr¨ªa en diciembre de 2005. Entonces estaba alejada de Oriente, incluso odiaba Beirut, pero all¨ª, sent¨ª una inmensa nostalgia de mis amigos y maestros muertos. Me di cuenta de que quer¨ªa seguir viva en un barrio de Beirut como si fuera el de mi Barcelona.
P. ?Enlaza este libro con Un calor tan cercano? En aqu¨¦l se centraba en su viejo barrio, en su infancia.
R. ?ste es ?Oh, es ¨¦l!, que escrib¨ª sobre Julio Iglesias, pasado por Un calor tan cercano. Me he dado cuenta de que he recuperado el sentido del humor.
P. Desde luego, parece que no le falta. Habla usted de aventuras locas.
R. En la eternidad todo est¨¢ permitido. La de la alfombra voladora es buena. Vamos los tres volando en ella, Terenci vestido del ladr¨®n de Bagdad, cuando yo veo que no tiene nudos y temo lo peor. Terenci me acusa de turista catalana en Egipto y dice: viene de la meca, de la ¨²nica meca que existe, de la meca del cine. Pero, insisto, tras todas esas aventuras, lo que hay es que ellos me dan una lecci¨®n permanente sin pedanter¨ªa.
P. ?C¨®mo conoci¨® a Terenci?
R. Fue una cita a ciegas. ?l ten¨ªa 15 a?os y yo 14. Una amiga que trabajaba en la editorial Mateu, me dijo: "Tienes que conocer a un chico de la editorial que se pasa el d¨ªa hablando de cine y de libros". Yo trabajaba ordenando los Almacenes Capitolio. Quedamos delante de las Galer¨ªas Condal, ¨¦l llevaba un abrigo oscuro y un sombrero tirol¨¦s que se le vol¨®. Nos fuimos a una sesi¨®n matinal y vimos Noches blancas de Visconti, luego me llev¨® al mercado de Sant Antoni a comprar libros de segunda mano y luego, luego me present¨® a su hermana Ana y a Pere Gimferrer y luego... toda una vida.
P. ?Y a V¨¢zquez Montalb¨¢n?
R. Yo ya segu¨ªa sus cr¨®nicas del Tele / Expres y le admiraba. Le conoc¨ª en un ascensor del edificio donde estaba la revista Garbo. Yo colaboraba en El Papus y ¨¦l, tan serio y con aquella voz tan bonita, me dijo si quer¨ªa escribir en Por favor, que estaba a punto de salir. Dije s¨ª. Era el a?o 1974 y la noche en que present¨¢bamos la revista supimos que no hab¨ªa salvaci¨®n para Puig Antich, quisimos suspender el acto, pero Manolo dijo que no que Por favor sal¨ªa para luchar con esas barbaridades. ?Qu¨¦ tiempos! ?Cu¨¢nto aprend¨ª! Manolo me llamaba corista leninista.
P. Se mueve usted entre la nostalgia y la felicidad.
R. Doy gracias a la vida, que me ha dado tanto, y como dir¨ªa Manolo: "Quien calcula, compra en Sepu"."Conoc¨ª a Terenci en una cita a ciegas; y a Manolo, en un ascensor"
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