Del diagn¨®stico a la acci¨®n

Que la situaci¨®n del empleo en Espa?a es grave nadie lo pone en duda, por la contundencia de las cifras. Pero no podemos olvidar que en la d¨¦cada de los 80 la tasa de ocupados era tan s¨®lo del 38,9% (10.472.200 trabajadores) y la de parados del 21,8% (2.716.100 trabajadores). Y a pesar de ello salimos adelante, con medidas dirigidas y otras sobrevenidas. Ahora, despu¨¦s de 15 a?os de viento de popa, nos ha pillado la tormenta con toda su crudeza. Se acab¨® la fiesta de crecimiento, pleno empleo, super¨¢vit p¨²blico y consumo irresponsable. Y ya estamos en los tres millones de parados, camino de los cuatro a lo largo de 2009. ?Y qu¨¦ hacemos? Con cierta perplejidad tengo la sensaci¨®n de que ninguno de los responsables en la cuesti¨®n est¨¢n sentados a la mesa para tomar las medidas oportunas. Mucho diagn¨®stico y poca acci¨®n.

?Y qu¨¦ se puede hacer? Ser¨ªa fr¨ªvolo decir que la soluci¨®n es ¨¦sta o la otra, sin m¨¢s. El tema es complejo y las soluciones varias y paliativas.

Yo creo que hay que actuar como act¨²a el m¨¦dico ante un accidentado grave. Primero, detener la sangr¨ªa, estabilizarlo, y segundo, curarle.

Pues bien, la primera acci¨®n es la que podr¨ªamos denominar emergente. En esa l¨ªnea las reformas que desde 1980 se han hecho en Espa?a nos demuestran que la creaci¨®n de empleo se ha dado con una reactivaci¨®n econ¨®mica y con medidas legislativas urgentes, cuando la crisis arreciaba.

Por tanto hay que poner todo el ¨¦nfasis en la inversi¨®n p¨²blica y en la inversi¨®n privada creadoras de empleo. La p¨²blica ha de llegar a los yacimientos de empleo y no quedarse en los intermediarios. Y respecto a la privada es fundamental que haya est¨ªmulos fiscales potentes para que la inversi¨®n emprendedora se anime. S¨®lo con el ahorro en la prestaci¨®n de desempleo y con los ingresos que genera la actividad productiva, ya compensar¨ªa esa pol¨ªtica fiscal o incluso la mejorar¨ªa en lo cuantitativo.

En cuanto a las medidas legislativas las ¨²nicas que han creado empleo, en ¨¦poca de crisis, han sido los contratos de fomento para el empleo (1984) y los de fomento de contrataci¨®n indefinida con indemnizaci¨®n de 33 d¨ªas por a?o en caso de despido (1997).

Se podr¨¢ decir que son menos sociales que los contratos cl¨¢sicos, pero desde luego si son eficaces cara al empleo y adem¨¢s razonables, no parece que deban rechazarse sin m¨¢s. Y sigue el eterno tema, tras las muchas reformas laborales habidas de por qu¨¦ sigue siendo entre nosotros una asignatura pendiente la estabilidad en el empleo. Somos los campeones europeos en la temporalidad laboral y hay que preguntarse seriamente de por qu¨¦ es as¨ª: ?Es que los empresarios espa?oles aborrecen de modo gen¨¦tico la fijeza laboral? o ?es que el empresario espa?ol lo que teme es la dificultad y el coste de la terminaci¨®n de los contratos? Es un tema que hay que abordar en toda su profundidad pues llevamos casi treinta a?os mareando la perdiz.

Pues ahora lo que hay que hacer de modo emergente es buscar f¨®rmulas m¨¢s flexibles de contrataci¨®n durante un per¨ªodo determinado. Contratos de empleo, tiempo parcial m¨¢s flexible, teletrabajo, etc... Asimismo podr¨ªa contemplarse el establecimiento por convenio colectivo de modelos de contrato de "trabajo intermitente" o "trabajo por llamada". Este tipo de trabajo se encuentra admitido expresamente, con determinados requisitos y atemperaciones, en la legislaci¨®n laboral comparada. Pueden valer como ejemplo el art. 4 de la Ley alemana de Fomento del Empleo de 26 de abril de 1985 y el art. 212 del Code de Travail franc¨¦s. El fundamentar la creaci¨®n de empleo s¨®lo en las subvenciones es caro e ineficaz, puesto que nadie contrata a quien no necesita, aunque le den una prima.

M¨¢s tarde tiempo habr¨¢ para las reformas estructurales, pero ser¨ªa irresponsable no ponerse ya a la tarea. Y en esa l¨ªnea entiendo que las reformas no han de basarse -como frecuente y err¨®neamente se hace- en el despido. El despido en Espa?a libre, ya lo es, puesto que, salvo casos excepcionales, si quiero despedir lo hago sin tener que readmitir. Lo que pasa es que resulta muy caro. El m¨¢s caro de Europa. Por tanto no pasa nada con discutir ese tema. Pero aparte del coste se pueden pensar en otras f¨®rmulas, como podr¨ªa ser (y algo as¨ª se ha hecho en Austria) la creaci¨®n de un Fondo de Garant¨ªa de Despidos (FOGADES) que har¨ªa frente al pago de las indemnizaciones. Con independencia del despido hay, como digo, otros temas trascendentales para la reforma estructural, que no es ahora momento para abordarlos. Lo importante es que en la situaci¨®n que estamos, al menos de modo emergente se pongan el Gobierno y los agentes sociales a discutir medidas que paren este horror del paro.

Juan Antonio Sagardoy es catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo.