Errores comunes
Antes de que se produjera la invasi¨®n de Gaza, el 27 de diciembre, remit¨ª la siguiente nota a la revista Claves, al corregir las pruebas de un ensayo donde trataba del antisemitismo: "A la vista de la barbarie israel¨ª en Gaza, convendr¨ªa a?adir en nota a pie final que este art¨ªculo no implica el menor grado de aprobaci¨®n de la pol¨ªtica seguida por el Estado de Israel sobre los territorios palestinos". ?M¨¢s claro? S¨®lo que s¨ª importa conocer qu¨¦ fue antes, si la gallina o el huevo, en contra de lo que se ha escrito. Sucedi¨® algo parecido con el conflicto ruso-georgiano. El Gobierno israel¨ª y Putin han ordenado invasiones brutales, pero no han fabricado la causa: agresiones previas de Georgia y de Ham¨¢s que provocaron las respuestas desmesuradas. La responsabilidad de ¨¦stos al condenar a sus ciudadanos a una tempestad de fuego y de muerte no puede ser cancelada. Y ha de ser tenida en cuenta al buscar una soluci¨®n que no sea la reiterada una y otra vez por los portavoces del mundo ¨¢rabe de que cese la agresi¨®n israel¨ª sin m¨¢s, es decir, que la organizaci¨®n yihadista, cuya meta no es otra que destruir Israel, pueda seguir lanzando esos misiles que al matar poco no suscitan la menor preocupaci¨®n a nuestros pacifistas selectivos.
El Gobierno israel¨ª y Putin han ordenado invasiones brutales pero no han frabricado la causa
Resulta claro que el obst¨¢culo insalvable ha sido hasta hoy la obstinaci¨®n de Israel en incumplir las resoluciones que le ordenaban devolver los territorios ocupados en la guerra de 1967, sembr¨¢ndolos adem¨¢s de colonos. Una actitud a largo plazo suicida, pues de esos polvos vienen estos lodos. Pero conviene enterarse asimismo de qui¨¦n es Ham¨¢s, tan expl¨ªcita en sus ideas y procedimientos terroristas como Lashkar-e Taiba organizadora de la masacre de Bombay, cuyos casi 200 muertos en pocas horas, con una mayor¨ªa de civiles asesinados en masa en la estaci¨®n de tren, no suscitaron aqu¨ª otra cosa que cortinas de humo. Ni siquiera ha habido curiosidad por ser al-Andalus uno de los objetivos de Lashkar, prueba de su integraci¨®n en el yihadismo mundial. Tampoco Darfur interesa a nadie.
Todo se arregla en el plano te¨®rico con la censura a Occidente y con la angelizaci¨®n del Islam, como propon¨ªa aqu¨ª en adelanto de su libro sobre este tema el notable te¨®logo J.J.Tamayo. Arrancamos de la inevitable condena de las caricaturas danesas, "uso irresponsable de la libertad de expresi¨®n". Tamayo dice conocer "el verdadero significado de yihad", esfuerzo hacia Dios y no "guerra santa contra los infieles". El problema reside en que en el Islam lo que cuentan inseparablemente son las palabras del Cor¨¢n y de la Sunna (sentencias y hechos ejemplares del profeta), integrantes de la sharia inmutable. Y ah¨ª si bien yihad es inicialmente esfuerzo hacia Al¨¢, desde que Mahoma pisa Medina pasa a ser esfuerzo b¨¦lico, guerra en la senda de Al¨¢, en decenas de casos en el Cor¨¢n y en centenares de las sentencias o hadices, sin excepci¨®n alguna en las compilaciones "seguras" (al-Bujari, Muslim).
Con la buena voluntad de un ex¨¦geta no basta para modificar los textos sagrados. Y otro tanto ocurre con la situaci¨®n de la mujer que si est¨¢ marginada, se nos dice, eso "no responde a los or¨ªgenes del islam ni a la praxis y al mensaje originario del Profeta". ?Qu¨¦ significa entonces la declaraci¨®n de inferioridad de la mujer, castigo f¨ªsico incluido de ser desobediente, contenida en el vers¨ªculo 4,34 que inspir¨® al im¨¢n de Fuengirola? Y si hablamos de "reconocimiento jur¨ªdico", ?qu¨¦ decir de la cl¨¢usula seg¨²n la cual su testimonio vale la mitad que el del hombre, sobre lo cual basa de nuevo el Profeta la declaraci¨®n de su inferioridad?, ?qu¨¦ hacemos con los m¨²ltiples textos donde la menstruaci¨®n constituye prueba inexorable de su impureza? Y la ablaci¨®n del cl¨ªtoris, ?"no tiene que ver con el Islam"? El te¨®logo m¨¢s influyente del Islam actual, al-Qaradawi, presidente de la Asociaci¨®n Internacional de Ulemas y predicador de al-Yazeera, la recomienda, hadiz mediante. Luego algo tiene que ver. En fin, seg¨²n Tamayo, "nadie puede apelar al Profeta para justificar la lapidaci¨®n de las mujeres", y cita el 24.3 del Cor¨¢n donde a los fornicadores se les dan 100 latigazos. Aunque en el 4.5, a las fornicadoras o ad¨²lteras, no se las flagela, pero s¨ª se las recluye hasta la muerte. Sobre todo como los hadices son igualmente obligatorios, la cuesti¨®n en ellos se resuelve por adici¨®n, citando lo que el Profeta dictamin¨®: flagelaci¨®n y lapidaci¨®n. Leamos todo.
Feyj¨®o y el desenga?o de los errores comunes. Evocaci¨®n necesaria.
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