"Todo era oscuridad y fr¨ªo"
Bulgaria, el pa¨ªs europeo m¨¢s pobre, es la v¨ªctima principal de la guerradel gas - "Somos parte de la UE, y no esperaba vivir como en el Tercer Mundo"
Volver a casa la noche del martes le result¨® traum¨¢tico a Vladislav Velev, un joven profesional en torno a la treintena que reside en una barriada popular de Sof¨ªa, la capital del pa¨ªs europeo m¨¢s afectado por la crisis del gas. "No hab¨ªa calefacci¨®n; la radio hac¨ªa llamamientos a ahorrar energ¨ªa; la gran tienda de juguetes que ve desde el balc¨®n, siempre llena de colorido, estaba a oscuras; la gasolinera de al lado estaba apagada, no hab¨ªa luz por ning¨²n lado. Era desesperante. ?Toda esa oscuridad y ese fr¨ªo!", recuerda ahora, todav¨ªa cargado de frustraci¨®n y pese a que un peque?o calentador el¨¦ctrico templa agradablemente el escueto cuarto de estar de este piso min¨²sculo del complejo Goce Delchev de la capital. "Bulgaria es parte de la UE y no esperaba vivir como en un pa¨ªs del Tercer Mundo". Recapacita y precisa: "Aunque Bulgaria..."
Bulgaria es el ¨²nico pa¨ªs sin alternativas al suministro desde Ucrania
En buena parte de los bloques de viviendas no hay agua caliente
La escasez de combustible ha paralizado colegios, f¨¢bricas y viviendas
"Es la primera vez que ocurre algo as¨ª", dice la directora de un colegio
Bulgaria no es envidiable y las estad¨ªsticas lo dejan meridianamente claro. Con un Producto Interior Bruto de 8.600 euros per c¨¢pita, apenas la tercera parte del promedio de los Veintisiete, es el pa¨ªs m¨¢s pobre de la Uni¨®n, justo por debajo de Rumania. Y a perro flaco todo son pulgas: aunque al igual que otros socios comunitarios, el 100% del gas que consume procede de Rusia, Bulgaria es el ¨²nico pa¨ªs de la UE que no tiene v¨ªas alternativas al suministro desde Ucrania.
Velev echa pestes de la situaci¨®n e ironiza sobre el Gobierno. "Se le llenaba la boca diciendo que Bulgaria iba a ser el gran centro distribuidor de energ¨ªa de los Balcanes, que exportamos electricidad a la regi¨®n, que ¨ªbamos a tener m¨¢s gasoductos alternativos... y resulta que estamos sin gas", suelta en retah¨ªla. "Ya vivimos la crisis de 2006, que no se not¨®, pero algo deber¨ªa haber hecho el Gobierno. No ha hecho nada. Incluso la ¨²nica reserva que bombea gas funciona a medias, porque la m¨¢quina no tiene potencia para m¨¢s".
M¨¢s all¨¢ de las grandes ambiciones energ¨¦ticas del Ejecutivo, la realidad es que en su casa estos d¨ªas no hay agua caliente. Es una de las consecuencias del peculiar sistema de calefacci¨®n de Bulgaria, donde centrales t¨¦rmicas alimentadas con gas sirven directamente el agua caliente a los hogares. Cuatro proveen las necesidades de la capital, lo que supone largos kil¨®metros de recorrido -e ineficiencia energ¨¦tica- hasta los bloques de pisos. Y como el de Velev tiene m¨¢s de 40 a?os y adolece de todos los defectos estructurales que imaginarse pueda, no recibe agua caliente. Y no s¨®lo ¨¦l. "Como ¨¦ste es el tipo de vivienda mayoritario del pa¨ªs", dice Velev, en referencia a estos edificios tipo caja de cerillas, propios del socialismo real. "Tengo amigos que estos d¨ªas se van a duchar a casa de sus padres y de sus suegros".
Ayer trascendi¨® que Ucrania est¨¢ dispuesta a subvenir de sus propias reservas las necesidades de Bulgaria, pero Velev era esc¨¦ptico. En ese caso, seg¨²n sus c¨¢lculos, la normalidad no retornar¨ªa hasta mediados de semana.
La crisis del gas ha cerrado algunas industrias, reducido la actividad en otras y enviado a los escolares a casa. Aunque en peque?o n¨²mero, dado que s¨®lo 84 de los casi 2.800 colegios del pa¨ªs han cerrado sus aulas. Uno de ellos, el Zar Iv¨¢n Assen II, que toma su nombre de un gran rey medieval y acoge a 800 estudiantes, desde primaria hasta los 18 a?os. Los colegiales pasan cada d¨ªa ante el mural de una docena de metros grafiteado en la fachada, uno de cuyos extremos cierra un retrato de Osama Bin Laden. En el otro, dos ni?os juegan con sonajeros y trenes. Entre uno y otro polo, im¨¢genes de caos y destrucci¨®n.
"No hubo clase el jueves y el viernes, porque la ley establece que en las aulas la temperatura no debe bajar de los 18 grados cent¨ªgrados. Y el jueves estuvimos a 11 grados", explica la subdirectora, Evelina Stancheva, quien ma?ana recibir¨¢ de nuevo a los inspectores con sus term¨®metros, convertidos por mor del fr¨ªo en el interior de las viviendas en objeto inencontrable en Sof¨ªa.
"Es la primera vez que ocurre algo semejante, hasta en los peores momentos de 1996-1997, cuando la grave crisis financiera y cuando no se pod¨ªa pagar, hubo normalidad en el suministro", recuerda Stancheva. Por aquel entonces, el sistema bancario b¨²lgaro quebr¨®; el lev, la moneda nacional, se fue a pique; los alimentos desaparecieron de las tiendas, y un profesor lleg¨® a ganar, al cambio, el equivalente a tres euros. "Ahora con la UE, los salarios est¨¢n subiendo poco a poco, aunque el sueldo medio de un profesor ronda los 300 euros, que s¨®lo sirve como complemento a otro salario", reconoce. Calentar un piso peque?o cuesta 50 euros mensuales.
Esos sueldos disuasoriamente bajos que ofrece Bulgaria a sus profesionales preocupan m¨¢s que la crisis del gas al doctor Nikolay Doganov, director de Maichin Dom (Casa para las Madres), hospital universitario y principal maternidad del pa¨ªs, donde cada a?o nacen 3.200 b¨²lgaros. "La rutina de estos d¨ªas es la misma. Normalidad absoluta. No ha habido que cancelar operaciones. En las plantas superiores, donde est¨¢n las madres y los reci¨¦n nacidos, la temperatura es de entre 21 y 24 grados". Como los radiadores est¨¢n apenas tibios, la calefacci¨®n se ha reforzado con calentadores el¨¦ctricos. "Realmente tendremos problemas si los hay con la electricidad", augura. Ya a mediados de semana hubo un apag¨®n de cinco minutos en el centro de la ciudad porque la red no pudo soportar la demanda.
Lo del gas es un problema pasajero para Doganov, angustiado por la huida de sus profesionales, atra¨ªdos por mejores salarios y el confort de la otra Europa. Dice que en el hospital han subido los sueldos un 20%, hasta los casi 600 euros de una comadrona, pero la fuga es imparable. "Deber¨ªa haber tres enfermeras por cada m¨¦dico y s¨®lo tenemos la mitad", se lamenta.
Con esos salarios escasos que suben lentamente, los habitantes de Sof¨ªa llenaban ayer los centros comerciales. En uno de ellos, la cadena de electrodom¨¦sticos y electr¨®nica de consumo Techno Markt ten¨ªa decenas de calentadores el¨¦ctricos a la venta. "El mi¨¦rcoles se los llevaron todos", explicaba un dependiente. "Los hemos repuesto, pero hoy la gente ya ha vuelto a prestar m¨¢s atenci¨®n a los televisores y a las lavadoras".
Y tambi¨¦n a la le?a. Junto al centro comercial, un hombre descargaba un coche cargado hasta los topes, maleteros y asientos posteriores, de troncos y ramas cortadas. Era una imagen urbana, pero habitual fuera de las ciudades y entre quienes ocupan viviendas individuales.
Claves del conflicto
- El precio del gas. El conflicto se desencaden¨® el 1 de enero, cuando Rusia decidi¨® cortar el suministro de gas a Ucrania despu¨¦s de que no se pusieran de acuerdo sobre el precio del gas que la rusa Gazprom iba a vender a la ucraniana Naftogaz este a?o. La primera quer¨ªa aumentar el precio de 179,50 d¨®lares por cada mil metros c¨²bicos a 250 d¨®lares. La segunda respondi¨® que no pagar¨ªa m¨¢s de 200 d¨®lares. Gazprom vende el gas a Alemania, por ejemplo, a 500 d¨®lares. Otra raz¨®n de la disputa es el supuesto impago de una deuda.
- El robo de combustible. El conflicto se agrav¨® a principios de esta semana, cuando Gazprom acus¨® a Ucrania de robar el gas que env¨ªa a la UE a trav¨¦s de su territorio. La UE cubre casi un tercio de su consumo con gas procedente de Rusia y el 80% del total llega por territorio ucraniano (el resto, a trav¨¦s de Bielorrusia).
- Pa¨ªses afectados. Al menos 18 pa¨ªses europeos se est¨¢n viendo afectados por la guerra del gas. Entre los m¨¢s perjudicados, Bulgaria, Serbia, Bosnia, Eslovaquia, Hungr¨ªa, Austria, Rep¨²blica Checa, Croacia, Moldavia, Eslovenia, Macedonia y Grecia. Aunque en menor medida, porque son menos dependientes del gas ruso a trav¨¦s de Ucrania, est¨¢n Alemania, Francia, Italia y Polonia.
- Reservas. La mayor¨ªa de los pa¨ªses afectados disponen de reservas de gas para varias semanas.
- ?Guerra pol¨ªtica? Los rusos alegan que la disputa tiene car¨¢cter comercial, y los ucranios, que Mosc¨² act¨²a por razones pol¨ªticas para subyugarles mediante el dominio econ¨®mico. La realidad tiene componentes comerciales y pol¨ªticos. Mosc¨² y Kiev muestran una sensibilidad exacerbada en sus relaciones. A los dirigentes rusos les saca de quicio, entre otras cosas, la pol¨ªtica atlantista del presidente V¨ªktor Y¨²shenko. Mientras, las rivalidades entre los dirigentes ucranios dificultan el acuerdo con el Kremlin.
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