Agresi¨®n racista en la Tercera Territorial catalana
Siete jugadores del Rosario, un equipo de inmigrantes, hospitalizados tras un partido
Comenzaron con insultos racistas, escupitajos y patadas, siguieron con agresiones a palos y terminaron con siete jugadores y directivos de uno de los equipos en el hospital. Los graves incidentes se produjeron el s¨¢bado pasado durante el encuentro de Tercera Territorial que disputaron en el barrio de Sant Mart¨ª, de Barcelona, el Rosario Central de Catalunya y el Bada Bing, un conjunto que esta temporada ha protagonizado altercados en al menos otros cuatro partidos.
El herido m¨¢s grave permaneci¨® toda la noche ingresado y sali¨® con siete puntos de sutura en una oreja. Los jugadores agredidos, el presidente, la secretaria y el director t¨¦cnico del Rosario presentaron una denuncia ante los Mossos d'Esquadra. Del miedo que pasaron, han decidido retirarse de la competici¨®n.
El Rosario, fundado en 2004 por argentinos que viven en Catalu?a e integrado por jugadores de siete nacionalidades, se tem¨ªa lo peor y la semana pasada solicit¨® a la Federaci¨®n Catalana de F¨²tbol (FCF) presencia policial y un observador federativo en el encuentro. El observador acudi¨®, no as¨ª la polic¨ªa pese a ser requerida, asegura un portavoz de la FCF.
"Ya en el primer tiempo comenzaron a insultar y amenazar a los jugadores", relatan al un¨ªsono la secretaria del Rosario y delegada del equipo, Laura Rodr¨ªguez, y uno de los jugadores, Federico. "Sudacas de mierda" o "machupichus" son algunas de las ofensas que escucharon los jugadores, explica Rodr¨ªguez, quien llam¨® "in¨²tilmente" a la polic¨ªa. "Ante el aumento de la tensi¨®n, en el segundo tiempo, el director t¨¦cnico apart¨® de la cancha a dos de nuestros jugadores y fue de camino al vestuario cuando uno del Bada Bing que hab¨ªa sido expulsado comenz¨® a pegarles", prosigue la secretaria.
El panorama que describen Rodr¨ªguez y varios jugadores a partir de entonces es el de sus compa?eros, familiares y directivos agredidos en peque?os grupos por los jugadores del Bada Bing -no todos, matiza- y sus acompa?antes. "En las gradas, en la cancha, en los vestuarios... A m¨ª me rompieron una escoba en la cabeza y me quitaron la tarjeta de memoria de la c¨¢mara de fotos", explica Rodr¨ªguez. Su hermana y su sobrina, un beb¨¦ de un a?o, se libraron porque salieron pitando. "Sacaban palos del maletero de un coche", aseguran Federico y Hern¨¢n, otro jugador. La polic¨ªa segu¨ªa sin aparecer: "Lleg¨® la Guardia Urbana cuando ya corr¨ªa la sangre". Los agresores pararon en seco y cinco de ellos fueron identificados y denunciados. "En el f¨²tbol, a veces, hay roces, pero lo del s¨¢bado super¨® todos los l¨ªmites. Sentimos mucho miedo e impotencia", concluye Rodr¨ªguez.
La FCF ha constatado en los ¨²ltimos tiempos un "preocupante" aumento de la violencia en los campos, reconoce un portavoz. Por ello cre¨® hace un mes y medio una Comisi¨®n Antiviolencia, que se reunir¨¢ hoy. Adem¨¢s, comprobar¨¢ si los agresores del Bada Bing jugaron en un equipo que fue expulsado en 2006 y en el que, aseguran en el Rosario, juegan "reconocidos boixos nois".
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