?M¨¢s flexibilidad laboral en tiempos de crisis?
Dos velocidades conviven en el mercado de trabajo en Espa?a: la rigidez del empleo fijo y el abuso de la temporalidad - Resultado: falta de talentos aprovechados y menor crecimiento econ¨®mico
D¨ªa 25 de septiembre de 2008. A unos d¨ªas de explotar uno de los cap¨ªtulos m¨¢s negros de la actual debacle econ¨®mica mundial, el presidente de la patronal CEOE, Gerardo D¨ªez Ferr¨¢n, lanza el guante. "Ante problemas excepcionales, el Gobierno debe tomar medidas excepcionales". ?stas, aclar¨®, eran abaratar el despido y flexibilizar el mercado de trabajo.
Nada nuevo bajo el sol. Cinco reformas laborales en el periodo democr¨¢tico no han contentado a nadie: los empresarios siguen quej¨¢ndose de la rigidez del mercado de trabajo, y los trabajadores, de la precariedad y la picaresca empresarial a la hora de exprimir los l¨ªmites legales.
Las reivindicaciones de los empresarios contra la tan tra¨ªda y llevada rigidez de la normativa laboral espa?ola rebrotan con la crisis, abrigadas por las proclamas de grandes organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE).
El Banco Mundial, el FMI y la OCDE critican la rigidez del modelo espa?ol
Ya hay despido libre, pero lo quieren gratuito, dice una abogada
El coste del despido en Espa?a es uno de los m¨¢s altos de la OCDE
La celebrada flexiguridad danesa requiere m¨¢s ingreso fiscal
Pero, al mismo tiempo, la mayor¨ªa coincide en que las empresas hacen en Espa?a un uso abusivo de la temporalidad en el empleo -la tasa de trabajadores eventuales, del 31%, contrasta con el promedio del 15% de la Europa de los 25-, lo que crea una suerte de flexibilidad de facto an¨®mala. Adem¨¢s, los sindicatos critican que las herramientas de adaptabilidad internas no se aprovechan lo suficiente.
?Es tan r¨ªgido el marco laboral en Espa?a? ?Es tan necesaria una en¨¦sima reforma, esta vez, supuestamente definitiva? Contratos estables pero con duraci¨®n limitada a cinco a?os, m¨¢s movilidad funcional y geogr¨¢fica, jornadas de trabajo y sueldo variables, indemnizaciones por despido que oscilen en funci¨®n de la vulnerabilidad del empleado afectado... Las posibilidades que plantean las empresas son m¨²ltiples esgrimiendo un argumento: una econom¨ªa m¨¢s abierta genera mayor esp¨ªritu emprendedor, estimula el empleo estable y, a la postre, fomenta una econom¨ªa de mayor valor a?adido.
"Ya hay mucha flexibilidad, hay m¨²ltiples herramientas, lo que pasa es que no se utilizan bien", critican los abogados Ana Tom¨¦ y Sergi Maldonado, del bufete laboralista Col.lectiu Ronda, dedicado a la defensa de trabajadores. Un ejemplo es el contrato indefinido a tiempo parcial, que se utiliza poco en Espa?a. Muchos trabajadores de los servicios de tierra de los aeropuertos lo tienen. "Les cambian las horas de trabajo y la funci¨®n cada mes", apunta Maldonado. Algunas f¨®rmulas de flexibilidad, en Espa?a, se pueden aplicar a trav¨¦s del convenio colectivo, de acuerdo con los trabajadores.
"El marco laboral en Espa?a es garantista, pero no r¨ªgido. El despido ya es libre en Espa?a; puedes despedir a cualquiera, lo que quieren los empresarios es que, adem¨¢s, sea gratis", a?ade Tom¨¦. Ambos abogados no dejan de mostrar sentencias por contrataci¨®n fraudulenta, de hacer pasar por eventuales funciones que son estructurales durante varios a?os. Nadie se libra, ni las entidades p¨²blicas.
Marc Carrera, abogado de la firma legal Sagardoy, que asesora a grandes empresas, reconoce: "Es verdad que el contrato eventual se ha desvirtuado, pero hay tal inseguridad jur¨ªdica para el empresario que ¨¦ste se atrinchera, toma decisiones a corto plazo y no apuesta".
Las compa?¨ªas automovil¨ªsticas son las que m¨¢s han apostado por adaptar su estructura a los vaivenes del mercado, pero incluso sus sistemas se han agotado, y tambi¨¦n reclaman acuerdos m¨¢s flexibles. Seat, por ejemplo, tiene una bolsa de horas, la cual establece que los trabajadores pueden dejar de trabajar hasta 35 d¨ªas al a?o por ca¨ªdas en la producci¨®n, y la compa?¨ªa les sigue pagando el sueldo. A cambio, los trabajadores devuelven esas horas en puntas de actividad, sin cobrar m¨¢s.
Pero la ca¨ªda de ventas es tan severa que la bolsa de horas no trabajadas se ha agotado para muchos empleados y la compa?¨ªa ha optado por un recorte temporal de 5.300 empleos. Nissan tambi¨¦n est¨¢ aplicando un ajuste temporal -sin descartar despidos futuros- y uno de los motivos planteados es que carece de empleados eventuales y, por tanto, de margen de flexibilidad, despu¨¦s de que una decisi¨®n judicial le obligase a hacer fijos a 700 eventuales.
Y es que el empleo temporal es una f¨®rmula de ajuste a la que se agarran las empresas. La OCDE, adem¨¢s de emplazar continuamente a Espa?a a aflojar la legislaci¨®n, le ri?e por lo descompensada que est¨¢ la protecci¨®n a los indefinidos (que contempla una indemnizaci¨®n de 45 d¨ªas de salario por a?o trabajado en caso de despido improcedente), muy por encima de la media de la OCDE, frente a la de los eventuales (ocho d¨ªas), muy por debajo (ver cuadro).
Para Sandalio G¨®mez, profesor especializado en laboral de la escuela de negocios IESE, que ha elaborado un estudio sobre las reformas laborales, "la ¨²nica manera de acabar con la temporalidad es crear un empleo indefinido m¨¢s barato, porque los empresarios tienen p¨¢nico a los trabajadores de m¨¢s de 10 o 15 a?os de antig¨¹edad".
Aunque la flexibilidad afecta a la contrataci¨®n, las condiciones y la rescisi¨®n del contrato, el debate en Espa?a acaba siempre focalizado en un factor: el precio del despido. Y el de los espa?oles con contrato fijo no es nada barato. Es al menos lo que dice el Banco Mundial en su informe Doing business 2009 (Hacer negocios), en el que elabora la lista de las econom¨ªas m¨¢s flexibles. Espa?a presenta un coste de despido del 56 en una escala de 0 a 100, superior a la media de la OCDE (25), a mil a?os luz de Estados Unidos (0) o Reino Unido (22), aunque m¨¢s bajo que otros como el de Alemania (69). Las fuentes que cita el Banco Mundial en su informe son grandes firmas legales instaladas en Espa?a.
Toni Ferrer, secretario de Acci¨®n Sindical de UGT, pone el grito en el cielo. "Organismos como la OCDE y la FMI s¨®lo hacen propaganda pura y dura para recortar derechos. Las comparativas entre pa¨ªses son muy complicadas. ?La indemnizaci¨®n por despido es m¨¢s baja en otros pa¨ªses? Vale, pero en algunos de los n¨®rdicos tiene, por ejemplo, tres meses de preaviso. No se pueden admitir tantas falacias". Las causas a las que acogerse para justificar un cese, por ejemplo, tambi¨¦n pueden ser m¨¢s estrictas.
La manera de luchar contra la elevada tasa de temporalidad es acabar con "la debilidad del modelo productivo", seg¨²n Ferrer. Carlos Mart¨ªn, economista del gabinete de estudios de Comisiones Obreras, tambi¨¦n apunta que "ahora, con la crisis, la tentaci¨®n es hacer otra reforma porque es m¨¢s visible, pero lo que se debe hacer es invertir en los sectores de m¨¢s valor a?adido y limitar el crecimiento del resto".
Fuentes de la CEOE han preferido no a?adir an¨¢lisis alguno a la procalma de su presidente. El jefe del Ejecutivo, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no tard¨® en responder que abaratar el despido no solucionar¨ªa la crisis y que, en cualquier caso, no tomar¨ªa iniciativa alguna sin el acuerdo de sindicatos y empresarios.
La cuesti¨®n, al final, estriba en c¨®mo y para qu¨¦ se utilizar¨ªa una mayor laxitud laboral en una cultura empresarial como la espa?ola. ?Apostar¨¢n por el talento, por el empleo de valor? En todo un ciclo de bonanza econ¨®mica hist¨®rica, los puestos de trabajo creados por las empresas espa?olas han consolidado la precariedad y un modelo econ¨®mico de bajo valor a?adido. Pero la necesidad puede obligar ahora al cambio.
Marc Carrera lo tiene claro: "A las empresas no se les puede convencer como razones morales de que hagan algo, sino con las econ¨®micas, porque lograr beneficio es su obligaci¨®n". Sandalio G¨®mez tambi¨¦n admite que "la mentalidad de la empresa espa?ola tiene mucho que mejorar".
La Comisi¨®n Europea ha hecho, a su vez, llamamientos para acometer reformas estructurales en las econom¨ªas, pero ha tomado la bandera de la flexiguridad, un concepto que gusta a la patronal y a los sindicatos europeos y que combina movilidad y protecci¨®n, que invent¨® Dinamarca. En ese pa¨ªs, el empresario despide sin pagar nada (aunque con un preaviso de tres meses), pero el parado recibe como subsidio el 90% de su salario hasta un tope de cuatro a?os, durante los cuales tiene la obligaci¨®n de seguir form¨¢ndose y de buscar otro empleo. El resultado es una tasa de paro de s¨®lo el 2,7% y una gran movilidad laboral.
Pero, para financiar un sistema as¨ª, el tan celebrado caso dan¨¦s gasta en pol¨ªticas de empleo ni m¨¢s ni menos que el 5% de su producto interior bruto (PIB), seg¨²n la OCDE, para lo que requiere potentes ingresos fiscales. En un momento en que en Espa?a tambi¨¦n se reclaman nuevas rebajas de impuestos, se presume harto improbable lograr la cuadratura del c¨ªrculo.
Cinco reformas en 20 a?os
El Estatuto de los Trabajadores, elaborado en 1980, se ha reformado cinco veces.
- 1984. Con una tasa de empleo del 20,6%, el Gobierno impuls¨® el contrato temporal y logr¨® dos millones de contrataciones de este tipo hasta 1993.
- 1994. Para Sandalio G¨®mez, de IESE, fue la reforma m¨¢s ambiciosa, aunque sin acuerdo con los agentes sociales. Se ampliaron las posibilidades del despido colectivo y las causas por despido objetivo (con una indemnizaci¨®n de 20 d¨ªas de salario por a?o trabajado, en lugar de 45). Impuls¨® los contratos de pr¨¢cticas, los llamados por los sindicatos "contratos basura".
- 1997. Se inventa un contrato indefinido de fomento a la contrataci¨®n indefinida para colectivos especiales (j¨®venes, mujeres en paro, entre otros), con 33 d¨ªas de indemnizaci¨®n.
- 2001. Se reduce la duraci¨®n del contrato eventual de 12 a 13,5 meses. En contratos a tiempo parcial, la reforma rompe la rigidez y se remite a una gen¨¦rica distribuci¨®n del tiempo.
- 2006. Sandalio G¨®mez critica que la reforma no soluciona los problemas estructurales, sino que incide en establecer subvenciones para la transformaci¨®n de contratos eventuales en indefinidos. Pero estas ayudas tienen fecha de caducidad, diciembre de 2007.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.