Respetar al adversario
Al adversario pol¨ªtico hay que conocerlo, hay que hacer todo lo posible por conocerlo y, adem¨¢s, hay que respetarlo. Por puro ego¨ªsmo, porque cuando no se lo conoce y respeta, se acaban cometiendo errores que se pagan o pueden pagar muy caro. El desprecio del adversario es un elemento debilitador en el enfrentamiento pol¨ªtico. No solamente en el pol¨ªtico, pero tambi¨¦n y de manera muy acusada en ¨¦ste.
En el primer cara a cara que tuvieron Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en televisi¨®n en la campa?a electoral de 1993, la falta de respeto del entonces presidente del Gobierno por su adversario le condujo a no preparar el debate como debe de prepararse un enfrentamiento de esa naturaleza, y dicha falta de preparaci¨®n se tradujo en una derrota clara, como todos los sondeos posteriores al debate pusieron de manifiesto de manera inequ¨ªvoca. El presidente del Gobierno tendr¨ªa que corregir el tiro sobre la marcha, dedicar muchas horas a la preparaci¨®n del segundo cara a cara y presentarse con un talante completamente distinto. El resultado de ese segundo cara a cara fue el inverso del primero. El desprecio del adversario te conduce casi inevitablemente a la derrota.
Por razones que desconozco, Montserrat Nebrera, la diputada catalana del PP, se ha lanzado a un enfrentamiento pol¨ªtico con la ministra andaluza de Fomento, Magdalena ?lvarez, sin haberse molestado en conocer qui¨¦n era su adversaria y mostrando unas dosis de desprecio por ella que han llamado la atenci¨®n incluso en un pa¨ªs tan crispado y tan acostumbrado a la descalificaci¨®n en tono grueso del adversario, como es el nuestro.
La temeridad de la diputada catalana resulta dif¨ªcilmente explicable. La ministra de Fomento tiene una trayectoria pol¨ªtica que es sobradamente conocida y ha conseguido sobrevivir a varias operaciones de acoso y derribo formidables, tanto en su etapa de consejera de Econom¨ªa y Hacienda de la Junta de Andaluc¨ªa como en su etapa de ministra. Magdalena ?lvarez fue dada por muerta, pol¨ªticamente hablando por supuesto, en la resaca de la aprobaci¨®n de la Ley de Cajas de Ahorro, cuando se plante¨® por primera vez el debate sobre la fusi¨®n de cajas y la posibilidad de crear una caja ¨²nica. Te¨®fila Mart¨ªnez cometi¨® el error de darla por pol¨ªticamente acabada y... En la pasada legislatura, al calor de los problemas que se plantearon con la llegada del AVE a Barcelona, tambi¨¦n se desat¨® una campa?a furibunda de desprecio contra la ministra, como resultado de la cual la declararon completamente desahuciada. Pr¨¢cticamente nadie hubiera apostado un euro por su continuidad en el Gobierno. Y...
Resulta llamativo que una persona que apenas si tiene trayectoria pol¨ªtica digna de menci¨®n, como es el caso de la diputada catalana, se lance a un enfrentamiento de la manera que lo ha hecho con otra, como la ministra andaluza, que tiene una de las trayectorias pol¨ªticas m¨¢s s¨®lidas de todas las que compiten en el sistema pol¨ªtico espa?ol o en cualquiera de los subsistemas pol¨ªticos auton¨®micos.
En todo caso, su furibundo ataque se ha convertido en una memorable operaci¨®n de tirar piedras contra el propio tejado. Tengo la impresi¨®n de que es ella la que no va a tener capacidad para sobrevivir pol¨ªticamente al revuelo que ella misma ha desatado. Se ha retratado a s¨ª misma de una manera tan desfavorable y tan gratuitamente desfavorable que nadie, ni en Catalu?a ni en Espa?a, le va a prestar la m¨¢s m¨ªnima atenci¨®n de ahora en adelante. Cuando pase el tiempo, ¨²nicamente se la recordar¨¢ por la an¨¦cdota de su agresi¨®n a la ministra de Fomento. Y no podr¨¢ echarle la culpa a nadie. No es f¨¢cil aprender en cabeza ajena, pero la moraleja que deja la an¨¦cdota es de las que vale la pena recordar.
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