El Internet rural se apaga
Municipios sin acceso a la banda ancha desconectan sus 'telecentros' - El Estado financi¨® hace tres a?os su lanzamiento, pero el contrato ha expirado
La brecha digital no se cierra. Los intentos del Gobierno por extender la sociedad de la informaci¨®n a los peque?os y despoblados territorios rurales han chocado con una barrera: la de la crisis. Muchos municipios que se acogieron al programa de telecentros (un plan oficialmente conocido como Puntos de Acceso P¨²blico Rural y financiado por el Ministerio de Industria) han echado el cierre a estos locales p¨²blicos que abr¨ªan la puerta a las nuevas tecnolog¨ªas de forma gratuita. La banda ancha de Internet se ha apagado justo cuando las subvenciones se han agotado. La placa - Entra y navega- colocada por la entidad estatal Red.es, ha desaparecido de muchas fachadas.
El programa Internet Rural, impulsado por los ministerios de Agricultura e Industria y por la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP) persegu¨ªa "garantizar el acceso a Internet en condiciones ¨®ptimas" a los ciudadanos del medio rural. Iba dirigido a poblaciones que ten¨ªan cobertura mediante las tecnolog¨ªas de acceso a Internet de banda ancha m¨¢s extendidas (ADSL o cable). La alternativa fue el sat¨¦lite.
Desde 2003, la entidad Red.es ha invertido 34,8 millones de euros
Los centros han sido traspasados a las diputaciones y los ayuntamientos
El plan fue dise?ado en 2003 y desde entonces, Red.es, organismo adscrito a Industria, ha invertido 34,8 millones de euros en la instalaci¨®n de 2.964 telecentros. A ¨¦stos se unen los que nacieron al amparo de las administraciones auton¨®micas y locales. En total, m¨¢s de 5.400 pueblos -la mayor¨ªa situados en zonas remotas y poco pobladas- de los que se han beneficiado alrededor de 600.000 personas.
Estos centros de acceso a Internet han estado funcionado durante los tres a?os de vigencia del contrato de Red.es con los ayuntamientos. Transcurrido este plazo, el 58% de los casi 3.000 telecentros siguen activos. Han sido traspasados y ahora es la administraci¨®n auton¨®mica la que ha asumido los costes. La direcci¨®n general de Telecomunicaciones, dependiente de Industria, calcula que "en los pr¨®ximos d¨ªas" se van a traspasar otros 190, con lo que el porcentaje de telecentros que seguir¨¢n enganchados a Internet ser¨¢ de 64,4%. ?Y el resto? Algunos municipios han optado por apagar los ordenadores. Aseguran que no tienen recursos para asumir su coste. Y nada hace suponer que vayan a recibir en breve financiaci¨®n. Se han quedado sin terminales y ha desaparecido incluso la antena parab¨®lica que permit¨ªa acceder a Internet a trav¨¦s del sat¨¦lite. Aunque algunos municipios consultados no han dado cifras sobre lo que costar¨ªa mantener viva la conexi¨®n, Industria estima que el coste mensual de un telecentro oscila entre 100 y 130 euros.
Adem¨¢s del acceso a Internet, el convenio con Industria garantizaba el equipamiento del centro, su control y gesti¨®n, la instalaci¨®n y el mantenimiento, clases de formaci¨®n y portales de servicios para poblaciones rurales. "Red.es no cierra los telecentros", sostiene Industria. "Estamos en un proceso de traspaso ordenado, hablando con las comunidades aut¨®nomas, las diputaciones y los cabildos para que se hagan cargo de la conexi¨®n. Nuestra idea es traspasar el 100% de las instalaciones".
Internet Rural aspiraba a limar la brecha digital, es decir, la discriminaci¨®n de los ciudadanos seg¨²n la calidad de su acceso a Internet. Tener a su alcance banda ancha era una puerta abierta a las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n (TIC). Adem¨¢s de la barrera econ¨®mica, la exclusi¨®n digital tiene un componente geogr¨¢fico. Poblaciones ubicadas fuera del ¨¢rea de cobertura de las redes de ADSL ca¨ªan de lleno en la zanja digital.
Los telecentros vinieron a mitigar estos desequilibrios. A principios de 2005, poco despu¨¦s de la puesta en marcha del programa estatal, el municipio soriano de Mi?o de San Esteban hab¨ªa marcado tendencia. El 53% de la poblaci¨®n censada (47 habitantes sobre 90) utilizaba la banda ancha, un porcentaje similar al de Corea del Sur, un pa¨ªs paradigm¨¢tico en el mundo de las telecomunicaciones, seg¨²n apuntaba entonces el Gobierno.
Hoy, Mi?o de San Esteban sigue conectado, pese a que ha expirado el acuerdo con Red.es. Jos¨¦ Pe?alba, su alcalde, es un convencido de las ventajas de Internet. Incluido en el Programa Internet Rural, el municipio se conect¨® hace cinco a?os. El Ayuntamiento habilit¨® un local p¨²blico para la instalaci¨®n de los equipos (seis ordenadores, impresora) conectados a una antena parab¨®lica que facilitaba el acceso a Internet v¨ªa wi-fi. "Los ordenadores cada vez se utilizan menos. Ahora, cada uno se lleva su port¨¢til", comenta Pe?alba, que ha apostado por mantener vivo Internet para los 74 habitantes que tiene ahora el pueblo. Aunque el coste de llevar la se?al (alrededor de 500 euros al a?o) no corra a cargo del Estado sino de sus propias arcas.
"Al principio la gente lo recibi¨® con mucho ¨¢nimo, pero luego ya no acud¨ªan al telecentro", cuenta Pe?alba. Una de las cosas que peor llevaban era adaptarse a los horarios para acudir a los cursillos de formaci¨®n. Pe?alba, que trabaja en una empresa de electricidad, no duda de que Internet es "una herramienta muy ¨²til", aunque admite que hace cinco a?os lo ve¨ªa como "algo dif¨ªcil y complicado, casi imposible". Ahora utiliza la Red para enviar planos o para conectarse con su partido (el PSOE).
La extensi¨®n de la banda ancha ha sido mete¨®rica. En 2003, cuando se puso en marcha el plan de Acceso P¨²blico Rural, s¨®lo un 20% del territorio espa?ol ten¨ªa cobertura de ADSL. Ahora llega al 98,8%, seg¨²n Industria. Las zonas rurales est¨¢n m¨¢s castigadas, ya que el porcentaje se queda en el 87%, seg¨²n el informe sobre la Sociedad de la Informaci¨®n 2008 elaborado por la Fundaci¨®n Telef¨®nica. De los 7,7 millones de hogares que ten¨ªan acceso a Internet el a?o pasado, 6,6 utilizaban la banda ancha (una gran mayor¨ªa gracias al ADSL). El Gobierno ha declarado "servicio universal" este tipo de conexi¨®n, independientemente del tipo de tecnolog¨ªa y la ubicaci¨®n geogr¨¢fica. Pero la Espa?a rural navega a una velocidad inferior.
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