Coches invisibles al radar
Tr¨¢fico prepara sanciones m¨¢s duras para los conductores que usen inhibidores
Comprar un aparato antirradar para el coche es un lujo que, si se compara con el castigo que evita, sale barato. En un concesionario o en un taller de confianza, el mec¨¢nico puede instalarlo por una cantidad que oscila entre los 1.000 euros (los m¨¢s sencillos) y los 4.000. Si te pillan con un detector ilegal o con un inhibidor, la sanci¨®n es de 150 euros e implica la p¨¦rdida de dos puntos de carn¨¦. "As¨ª, vale la pena infringir la ley", bromea un responsable de Tr¨¢fico. El a?o pasado, la polic¨ªa caz¨® a m¨¢s de 3.000 conductores en toda Espa?a por usar uno de estos aparatos.
Los inhibidores suelen ser "caprichos de ni?os ricos a los que les gusta la velocidad", comenta jocoso un mando policial. Pese a que todav¨ªa son una opci¨®n minoritaria, ha empezado a surgir un nicho de mercado y los anuncios de estos artilugios se escuchan ya en la radio. La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) quiere atajar el problema ahora que est¨¢ en ciernes. Si se aprueba la reforma prevista de la Ley de Seguridad Vial, quienes intenten eludir la vigilancia de los radares recibir¨¢n una sanci¨®n ejemplar: multa de 6.000 euros, seis puntos del permiso y tres meses sin poder conducir.
S¨®lo el a?o pasado, los agentes denunciaron a 3.000 conductores
El aparato y su instalaci¨®n pueden costar entre 1.000 y 4.000 euros
"Esto es como piratear una videoconsola: hay gente que no sabe hacerlo y te puede joder el coche", sentencia Carlos, que trabaja en un taller mec¨¢nico de Barcelona y presume de haber instalado, con absolutas garant¨ªas, decenas de aparatos antirradar. Hasta ahora, lo que hace es perfectamente legal: ¨¦l s¨®lo instala; lo que el conductor haga despu¨¦s es cosa suya. Pero si el proyecto se aprueba tal cual est¨¢ redactado, tambi¨¦n habr¨¢ castigo para el establecimiento. Y no saldr¨¢ barato: entre 3.000 y 30.000 euros. De nuevo, una cifra m¨¢s acorde con los veh¨ªculos de gama alta, los que suelen llevar sistemas antirradar.
"Ning¨²n concesionario se siente orgulloso de instalar antirradares, porque es una conducta que permite a la gente actuar al margen de la ley. El simple anuncio de la reforma har¨¢ que algunos abandonen esas pr¨¢cticas", sostiene el subdirector general de ordenamiento normativo de la DGT, Ram¨®n Ledesma. Tr¨¢fico no va a poner inspectores, sino que actuar¨¢ en base a denuncias. Ledesma conf¨ªa, no obstante, que el coste econ¨®mico y la mala imagen hacia la marca de coches -si alg¨²n caso sale a la luz- sean suficientes para disuadir a m¨¢s de uno.
La medida no afectar¨¢, aclara Tr¨¢fico, a los navegadores o GPS que alertan a los conductores cuando se aproximan a un radar. Todos los sistemas que llevan instalada una base de datos previa, de hecho, son legales. E incluso, recuerda Ledesma, la informaci¨®n sobre estos aparatos que ofrecen es p¨²blica.
El problema est¨¢ en los sistemas que "establecen una comunicaci¨®n directa" entre el aparato y el radar a trav¨¦s de las ondas. Los detectores ilegales alertan con una se?al ac¨²stica al conductor, que tiene tiempo para reducir la velocidad y no ser multado. El inhibidor, en cambio, impide que el radar act¨²e y tome la fotograf¨ªa del infractor.
El funcionamiento del inhibidor es muy sencillo. El aparato genera una pantalla de luz infrarroja alrededor del veh¨ªculo, en la misma frecuencia que el l¨¢ser del radar. La luz del cinem¨®metro, de esta manera, se distorsiona al llegar al coche y no devuelve la lectura de la velocidad. No salta lo que se conoce como la fotomulta. Un sonido, por ¨²ltimo, recuerda al conductor que tiene que apagar el inhibidor, ya que, si el radar comprueba por segunda vez que su se?al ha sido bloqueada, har¨¢ de todos modos una fotograf¨ªa al coche para prevenir.
Pero estos artilugios no son la panacea. De hecho, muchos de ellos fallan porque no son compatibles con los radares que usan los agentes de tr¨¢fico. En Internet, decenas de empresas, espa?olas y extranjeras, venden los inhibidores y explican su funcionamiento e instalaci¨®n.
Tampoco son eficaces frente a los radares m¨®viles. Si un conductor frena de golpe ante uno de estos cinem¨®metros, los agentes avisan a una patrulla que est¨¢ situada unos kil¨®metros m¨¢s adelante, en la misma carretera, para que d¨¦ el alto al infractor, explica un portavoz de los Mossos d'Esquadra.
La polic¨ªa auton¨®mica, precisamente, denunci¨® el a?o pasado a 664 conductores. A ellos hay que sumar las 866 denuncias de la Ertzaintza en Euskadi y las 1.584 de la Guardia Civil en el resto del territorio espa?ol. Si el Gobierno aprueba el proyecto, todos estos clientes exclusivos soportar¨¢n un castigo adicional: la polic¨ªa podr¨¢ inmovilizarles el veh¨ªculo, y ellos mismos tendr¨¢n que llevarlo al taller y pagar para que su mec¨¢nico de confianza desmonte el aparato y vuelva a poner todas las piezas en su sitio.
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