Mismas tareas
El a?o 2008 fue un desastre para el inversor, con los activos de perfil de riesgo medio-alto concentrando el castigo. Pese a ese balance negativo, que refleja la certeza de una recesi¨®n casi global y el temor a, lo que ser¨ªa peor, una espiral deflacionista, las ¨²ltimas semanas invitan a cierto optimismo y a se?alar 2009 como un a?o con m¨¢s oportunidades que riesgos.
La sustancial moderaci¨®n de los tipos de inter¨¦s interbancarios, liderada por el hundimiento de las expectativas para los tipos de intervenci¨®n y tambi¨¦n, aunque en menor medida, por cesiones en la prima de riesgo, y la paulatina recuperaci¨®n de los mercados primarios de capitales no s¨®lo de deuda bancaria avalada por el Gobierno, sino tambi¨¦n emisiones de empresas, son dos hechos muy positivos.
Pero son necesarias m¨¢s medidas. Sin la restituci¨®n de un mercado interbancario y de capitales operativo, la transmisi¨®n de las rebajas de tipos a la econom¨ªa se antoja dif¨ªcil y requerir¨¢ de mayor intromisi¨®n del Estado. A buen seguro, en 2009 los bancos centrales seguir¨¢n bajando tipos agresivamente y optando por herramientas de pol¨ªtica monetaria no convencionales, y los Gobiernos forzar¨¢n a¨²n m¨¢s la palanca fiscal. Ambas son precondiciones para reducir la probabilidad de escenarios deflacionistas, pero pueden no ser suficientes.
La ca¨ªda de las primas de riesgo en los tipos interbancarios ha respondido no tanto a las bajadas de tipos, sino a las medidas de apoyo al sistema financiero. En especial, a la recapitalizaci¨®n de entidades bancarias y, en un segundo plano, al otorgamiento de avales para la emisi¨®n de deuda.
M¨¢s all¨¢ de la liquidez de las entidades, es la percepci¨®n de insuficiencia de capital la ra¨ªz de la desconfianza que impide el funcionamiento del interbancario. La garant¨ªa de los dep¨®sitos interbancarios, la colateralizaci¨®n de la operativa o la creaci¨®n de una c¨¢mara central de contrapartida que elimine el riesgo de cr¨¦dito pueden ser ¨²tiles.
No menos relevante que la normalizaci¨®n de los flujos de liquidez en el sistema es la situaci¨®n de capital del sector bancario, como se ha revelado en EE UU y Europa. M¨¢s directo ser¨ªa profundizar en la recomposici¨®n de los ratios de capital. Un inversor dif¨ªcilmente asumir¨¢ riesgos hasta que la entidad destinataria de los fondos cuente con un colch¨®n apropiado para el riesgo que asume. La recapitalizaci¨®n directa por parte del Estado, o facilitando ¨¦ste la entrada de inversores privados, est¨¢ al orden del d¨ªa. La otra posible v¨ªa de mejora de los ratios de capital proviene del denominador: dar salida a activos del balance o propiciar su recuperaci¨®n en precio. Tarea harto dif¨ªcil sin acudir al balance p¨²blico, pues sigue sin haber un mercado l¨ªquido para un activo, ya sea t¨®xico o de alta calidad, relacionado con el inmobiliario.
Junto a esos dos factores, los principales esfuerzos deben concentrarse en el impulso fiscal productivo que permita estabilizar el valor de los mercados de activos y recuperar ingresos y, con ello, los ratios de capital, y en ayudar a las entidades financieras a aumentar su colch¨®n de capital.
J. M. Amor y S. Bali?a son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi).
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