Reivindicaciones judiciales
Durante estos ¨²ltimos meses se ha hablado de la huelga que los miembros de la carrera judicial anuncian para junio de este a?o, junto con sus correspondientes actos preparatorios para el pr¨®ximo mes de febrero. Jueces y magistrados andan todav¨ªa con sus intentos de no perder un cierto protagonismo; especialmente aqu¨¦llos que no ten¨ªan ninguno por no pertenecer a ninguna asociaci¨®n judicial, y ten¨ªan una especie de celo en mostrar su capacidad pol¨ªtica por cuanto ninguno de ellos fue tenido en cuenta por Gobierno y grupos pol¨ªticos a la hora de renovar el Consejo General del Poder Judicial.
Pienso que el llamado caso Tirado ha dado de s¨ª todo lo que ya ten¨ªa que dar. El grito, la exclamaci¨®n que se conten¨ªa en el correo de este magistrado sevillano con esa llamada a no s¨¦ qu¨¦ y que se resume en la expresi¨®n ?ahora les toca a ellos!, ha tocado fondo. El esp¨ªritu corporativista est¨¢ salvado; los jueces con su comportamiento han demostrado a unos y otros, y a los ciudadanos en general, que s¨®lo son responsables en la medida que ellos entiendan que deban serlo y con las consecuencias que ellos determinen.
No hay nada m¨¢s, as¨ª es que sobran exclamaciones salidas de tono y otros disimulos. Adem¨¢s la presencia de las asociaciones judiciales y la invitaci¨®n, que ya ha sido aceptada, a ser o¨ªdas en el Congreso de los Diputados les devuelve el protagonismo que estaban perdiendo como consecuencia de los movimientos de jueces individuales que se sublevaban contra todo y contra todos, incluido el nuevo Consejo General del Poder Judicial.
Un consejo que lo ¨²nico que hab¨ªa hecho fue asistir a la misa de Rouco Varela. Un levantamiento que jam¨¢s tuvo lugar con el anterior consejo por muchos m¨¦ritos que hiciera e hizo un tal Hernando, as¨ª como algunos comparsas. Ahora, por fin, unos y otros, y por los cauces establecidos legal y pol¨ªticamente, van a entrar a negociar. El Ministerio de Justicia entiende que las reclamaciones son asumibles y, por tanto, hablar¨¢n sobre mayores y mejores retribuciones para jueces y magistrados; sobre carga de trabajo por juzgado o sala, reforma de la oficina judicial y todo un largo etc¨¦tera de cuestiones que siguen pendientes de soluci¨®n.
No parece ya que sea tiempo de paro, aunque todav¨ªa, en v¨ªsperas de reuniones informativas por diferentes juntas de jueces y en tanto las cuatro asociaciones judiciales vuelvan a recuperar ¨ªntegramente su protagonismo sin miedo a que se generen bajas en unas u otras en funci¨®n de intereses personales o familiares, asomen los jueces la patita debajo de la toga para que todas o la mayor¨ªa de sus reivindicaciones sean atendidas. Y su poder confirmado.
Sin duda, ahora que el partido vuelve a jugarse bajo reglas de normalidad, puede que se den algunas medidas m¨¢s de presi¨®n por parte de algunos jueces incontrolados y que, como dijo Arzalluz, una vez muevan el ¨¢rbol, otros recojan las nueces. Despu¨¦s de todo, si les ha salido bien hasta ahora y se confirma que pueden ser tratados de forma distinta que otros colectivos en materia de responsabilidad, tambi¨¦n pueden ser distinguidos en otros ¨¢mbitos y, a pesar de la crisis que vivimos y los vaticinios de Bruselas, no sea necesario hacer ni mayor esfuerzo ni apretarse el cintur¨®n.
En todo caso, y ya dir¨¦ algo sobre la huelga, la cuesti¨®n "ahora les toca a ellos" que, por cierto no s¨¦ qui¨¦n o qui¨¦nes son o somos ellos y ser¨ªa importante saberlo, la realidad, mal que pueda pesar en alg¨²n ¨¢mbito, es que el enquistamiento entre gobierno y jueces est¨¢ en v¨ªas de superarse y, por tanto, es un buen tiempo para que se dejen de lado oportunismos y advertencias de huelgas por parte de los integrantes de la carrera la judicial.
La huelga en este caso, seg¨²n considera la doctrina cient¨ªfica constitucional y tambi¨¦n manifiesta el fiscal jefe de M¨¢laga que la califica de intolerable -veremos-, incre¨ªble e impresentable en una sociedad democr¨¢tica. Sin duda, los jueces en su mayor¨ªa deben saberlo y se alejar¨¢n de formar parte de comportamientos que pueden ser ilegales, y que afectan a las bases del sistema democr¨¢tico.
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