"Tengo que frenar los aut¨®grafos"

Se acerca apresurado por una vac¨ªa plaza de la Paja, en el centro de Madrid. No es f¨¢cil reconocerle. Con un gorro de lana con orejeras, un voluminoso anorak y unos zapatos de suela gorda, Paco Le¨®n (Sevilla, 1974) se ha confundido de restaurante y desanda el camino hacia el lugar que ¨¦l mismo ha elegido con antelaci¨®n. Se confiesa absolutamente carn¨ªvoro, pero ha preferido que la cena sea en un vegetariano que, adem¨¢s, no conoce. "No s¨¦, la verdad es que me gusta todo", dice. ?Despiste o sobrecarga? Quiz¨¢s algo de ambas cosas. No es de extra?ar viendo el ritmo fren¨¦tico en el que se ha convertido su vida desde hace a?os. Vive en Madrid, pero su casa la tiene en Barcelona. Salt¨® a la fama con esas imitaciones desternillantes que realizaba en el programa Homo zapping. De ah¨ª pas¨® a ser el payaso y querido Luisma, el ex yonqui ingenuo y tierno de la serie televisiva A¨ªda, que rueda desde hace seis temporadas a diario de siete de la ma?ana a siete de la tarde. Los fines de semana viaja de gira con la obra de teatro Est¨¢s ah¨ª y hoy presenta su ¨²ltimo trabajo en el cine, Dieta mediterr¨¢nea, de Joaqu¨ªn Oristrell, que se estrena el pr¨®ximo 6 de febrero. Y todas las semanas, como si de un ritual se tratara, se ve en el cine una media de tres pel¨ªculas, a costa de sus horas de sue?o.

El actor ha tenido que atender a 'fans' hasta en la playa. "Dejen que me seque", dice

S¨®lo cuando en el restaurante Paco Le¨®n comienza a quitarse todas las capas que lleva encima, la gente le reconoce. Desde hace tiempo le paran por la calle, en la panader¨ªa se dirigen a ¨¦l como Luisma y le piden aut¨®grafos en los lugares m¨¢s insospechados. "El ¨²ltimo verano, en la playa, con el agua al cuello me pidieron una firma. Casi supliqu¨¦ que me dejaran secarme primero". No protesta de la fama, asegura que le gusta la gente, pero, en ocasiones, se siente algo desbordado. Y para ello se ha impuesto una normativa propia: "Por la Gran V¨ªa, Preciados y Sol, en los lugares m¨¢s masificados, no concedo aut¨®grafos ni me dejo fotografiar, tampoco cuando estoy comiendo".

A pesar de su pasi¨®n por la carne, ausente claro est¨¢ del men¨² del restaurante, no tarda en elegir. "Casi una sopa de ajo y un arroz a la cubana". Come con ganas y a mitad de la sopa se tiene que quitar, sudoroso, el grueso jersey de lana. "Es que me tengo que cuidar mucho. No puedo enfermar, no puedo faltar al trabajo. Rodar a diario en una serie como A¨ªda es una gran responsabilidad".

Ni una queja sale de sus labios. "Me gusta ser un actor todoterreno. La televisi¨®n es muy salvaje, pero tambi¨¦n muy emocionante; el cine es la magia, el glamour, y el teatro, el teatro... lo es todo, el p¨²blico, lo tienes ah¨ª a un metro de ti". La suerte, dice, le viene de cuna. "Nac¨ª de pie y eso me ha dado suerte, aunque creo que tambi¨¦n me ha ayudado el hecho de que para m¨ª todo es bueno en la vida, de que siempre veo lo positivo".

"A m¨ª me van los personajes luminosos, positivos, para trabajar necesito que los papeles tengan algo que ver conmigo". Por eso le va como anillo al dedo su primer papel protagonista en cine que comparte con Alfonso Bassave y Olivia Molina en Dieta mediterr¨¢nea, un filme sobre tr¨ªos amorosos, nuevas relaciones y nuevas familias. Una historia alejada de todo convencionalismo, como el propio Paco Le¨®n.