Palabras mayores

Escuchar y contemplar un directo de Javier Ruibal siempre son palabras mayores. Es, para todo aquel para el que la m¨²sica no es solo ruido de fondo, darse un homenaje a base de delicatessen. Es volver a situar la oreja en propuestas musicales variadas, de alt¨ªsimo nivel de calidad y francamente escasas e ins¨®litas en la realidad de la m¨²sica popular espa?ola. Es gozar de forma inesperada de unos textos aut¨¦nticamente rom¨¢nticos y que, a pesar de eso mismo, no empalagan. Es asistir al perfecto encaje de aires sefard¨ªes, ¨¢rabes, flamencos, jazzeros y de canci¨®n de autor sin que rechine un semitono. Es disfrutar de la m¨²sica hecha lo m¨¢s lejos posible de la mercadotecnia, interpretada por un anti¨ªdolo musical y que, para activar su potencial de emocionar, s¨®lo necesita la mera complicidad de un coraz¨®n abierto a la irrefrenable avalancha de sentimientos que se le viene encima. Pues de todo eso hubo en este concierto.

"El ser humano es un mundo que nunca llegar¨¦ a comprender bien"

"Las discogr¨¢ficas causan insatisfacci¨®n porque s¨®lo piensan en el corto plazo"

Ante un p¨²blico entregado y sabedor sus andanzas, el cantante de El Puerto de Santa Mar¨ªa despleg¨® un espl¨¦ndido saber hacer en dos pases. Altern¨® en ambos su dominio de la escena para llenarla s¨®lo con su voz y su guitarra y consiguiendo un todo acabado y refinado -algo al alcance de muy pocos en Espa?a: Pedro Guerra, Jorge Drexler...-, y una formaci¨®n de tr¨ªo en la que se generaba una sonoridad especial, personal y suficiente para expresar lo que hab¨ªa que expresar.

En cuanto al repertorio, temas in¨¦ditos como Once de abril y canciones de otros, como Fragilidad, de Sting. Lo dem¨¢s, temas de toda su discograf¨ªa. Enhorabuena a un Javier Ruibal que sigue mereciendo m¨¢s suerte y reconocimiento del que goza. Paciencia, que lo que hace merece, y mucho, la pena.