Espa?a no est¨¢
El Gobierno no ha aparecido en la ciudad suiza, y la presencia de empresas nacionales es muy limitada - La escasa representaci¨®n es un "mal s¨ªntoma"
"?Espa?a? Toros, paella, vino, turismo. ?Ah, y un enorme crash!", se r¨ªe un empresario estadounidense en el Foro Econ¨®mico de Davos. "Espa?a es un hedge fund, un fondo de alto riesgo inmobiliario", a?ade, metiendo el dedo en la llaga. No hay nadie para replicar esa imagen que se repite en el enclave suizo. La econom¨ªa espa?ola no est¨¢ en Davos. La pol¨ªtica tampoco. Peor a¨²n: ni un solo miembro del Gobierno se ha acercado.
"Vale ya de que los ministros animen a comprar productos espa?oles. Vayan ustedes por ah¨ª a venderlos. ?D¨®nde est¨¢n las relaciones p¨²blicas espa?olas?", se pregunta Enric Sala, investigador del CSIC y explorador de la National Geographic Society, en Washington. No parece muy coherente iniciar una cruzada para estar en el G-8 y el G-20 -que agrupan a los pa¨ªses m¨¢s ricos y pujantes- "y no dignarse a aparecer por esta feria, que al fin y al cabo es una fuente de negocios e influencias fenomenal", a?ade Sala. "Si queremos estar en el G-20 con una silla prestada por Nicolas Sarkozy, vamos por buen camino", ironiza Luis Cantarell, ejecutivo de Nestl¨¦.
"Si queremos estar en el G-20 con una silla prestada, vamos bien", ironiza Cantarell
?sas son las sensaciones de los pocos espa?oles que no se han perdido el foro. Cuando Espa?a aparece en una conversaci¨®n "es por la burbuja inmobiliaria, por la sensaci¨®n de que la crisis va a ser m¨¢s profunda que en otros pa¨ªses, por las dudas sobre la banca, o por la rebaja del rating del Estado", explica el profesor de Columbia Xavier Sala-i-Mart¨ªn. "Es inadmisible que no haya pol¨ªticos en un foro que re¨²ne a 40 jefes de Estado y centenares de ministros. Si no saben ingl¨¦s, que nombren a otros. Si no entienden que aqu¨ª se viene a defender una marca, a atraer inversiones y a hacerse un hueco internacional, peor a¨²n".
Davos es un caramelo envenenado, con un punto de frivolidad que no impide a figuras internacionales de primera fila acercarse a Suiza para beneficiarse de la extraordinaria influencia del foro. Ese aspecto y la virulencia de la crisis pueden explicar ausencias como la de Barack Obama. Tras un arranque espectacular, ins¨®lito desde hace 70 a?os, el Gobierno norteamericano ha reducido al m¨ªnimo su presencia en Davos. Est¨¢ ocupado en resolver sus asuntos. "Puede que ¨¦sa tambi¨¦n sea la raz¨®n que d¨¦ el Gobierno espa?ol para explicar esta ausencia impresentable", apunta Cantarell. "Si la ambici¨®n es resolver los problemas de la semana que viene es l¨®gico no venir a Davos, y esa reflexi¨®n vale tanto para las empresas como para los pol¨ªticos. Si se aspira a tener cierta visi¨®n estrat¨¦gica, ¨¦ste es el lugar adecuado, con todas sus contradicciones", a?ade.
Durante los ¨²ltimos 15 a?os de bonanza, la excepci¨®n espa?ola en Davos era parecida. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar apareci¨® en una ocasi¨®n. Jordi Pujol asisti¨® a varias ediciones. Los ejecutivos espa?oles llegados a Davos defienden que esta vez era el momento de volver. Ahora que Espa?a se enfrenta a una crisis global con graves problemas internos "es el momento de destacar lo que se ha hecho bien", critica Luis ?lvarez, responsable de mercados globales de British Telecom. "La regulaci¨®n financiera ha impedido episodios de quiebras bancarias como en otros pa¨ªses; las grandes empresas espa?olas protagonizan una historia de ¨¦xito internacional, y numerosos directivos ocupamos puestos de responsabilidad en multinacionales extranjeras", apunta ?lvarez.
Sala-i-Mart¨ªn apunta con malicia una posible raz¨®n que explica la ausencia de pol¨ªticos y empresas: "Tal vez esas fortalezas no lo sean tanto". "Las multinacionales espa?olas no tienen mercados mundiales, sino regionales: europeos o latinoamericanos. Quiz¨¢s ah¨ª radique la raz¨®n por la que no les interesa Davos. Y los bancos espa?oles no tienen bonos t¨®xicos estadounidenses, pero s¨ª bonos t¨®xicos de la Costa del Sol, lo que convierte en sumamente peligrosa esa posible defensa de la regulaci¨®n", ataca.
La escasa presencia de empresarios y pol¨ªticos es "un mal s¨ªntoma", a?ade ?ngel Cabrera, presidente de la escuela de negocios Thunderbird, en EE UU. "Se pierde una sensacional oportunidad de negocio y de promoci¨®n. Para estar presente en la toma de grandes decisiones, hay que estar en Davos. De lo contrario, la marca Espa?a cotiza a la baja". El Foro ya publicita el revent¨®n inmobiliario, el paro o la crisis dom¨¦stica que se suma a la global. "Pero hay que contar la otra historia: la resistencia de la banca, el dinamismo en sectores punteros. Obama ha llegado a asegurar que hasta Espa?a lo est¨¢ haciendo mejor que Estados Unidos en las energ¨ªas renovables. Nadie ha venido aqu¨ª a defender eso", afirma Cabrera.
Javier Santiso, de la OCDE, asegura que la mayor¨ªa de los espa?oles presentes en Davos son directivos de multinacionales extranjeras, o profesores en universidades extranjeras. "El Santander, el BBVA, Iberdrola y unas pocas excepciones m¨¢s estaban aqu¨ª. La paradoja es que el ¨¦xito y la internacionalizaci¨®n de la ¨²ltima d¨¦cada no han servido para que nos demos cuenta de la importancia de estos foros", cierra.
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