Trabajadores sociales municipales se valen de los servicios de una casa 'okupa'
El Patio Maravillas, en plena mudanza por su desalojo inminente, atiende a personas sin techo, inmigrantes o vecinos con problemas
Antonio no encuentra la puerta y est¨¢ un poco sorprendido. Tiene instrucciones de una trabajadora social municipal de encontrarse a las seis con unos se?ores que le pueden ayudar. Pero est¨¢ desconcertado. La chapa met¨¢lica est¨¢ cerrada con un candado. La pared, pintada.
En realidad, Antonio aguarda en los adoquines frente al portal de acceso al Patio Maravillas, la casa okupa del n¨²mero 8 de la calle del Acuerdo (barrio de Malasa?a), sobre la que ya pesa una orden de desalojo firme y est¨¢ en pleno proceso de mudanza. Pero dentro a¨²n hay gente. Suena m¨²sica. Antonio, que lleva un mes viviendo en la calle, espera a que le abran. "Me han dicho en el albergue de San Isidro que venga aqu¨ª para que me hagan unos papeles del paro", dice encogi¨¦ndose de hombros. El albergue es un recurso p¨²blico del Consistorio y sus trabajadores, incluida la que ha dirigido a Antonio a hacer uso de la Oficina de Derechos Sociales del centro social okupado, dependen de la Concejal¨ªa de Asuntos Sociales.
El centro no sigue el estereotipo. Est¨¢ abierto a novedades y fija ciertas normas
"Eso es mentira. El Ayuntamiento no puede derivar gente a un sitio donde hay una ocupaci¨®n ilegal", dice un portavoz de la Concejal¨ªa de Familia y Asuntos Sociales. La misma cuya titular, Concepci¨®n Dancausa, reconoci¨® hace algunas semanas que su capacidad de respuesta ante la demanda de ayuda empezaba a verse superada. Algunos de los responsables del Patio Maravillas, que no hab¨ªan reparado en lo curioso del detalle, aseguran que eso "es bastante habitual". De hecho, revelan, les llaman por tel¨¦fono los trabajadores de los centros para coment¨¢rselo con antelaci¨®n. Evidentemente, se trata de iniciativas de esos trabajadores, no una circular municipal. M¨¢s all¨¢ va Javier Baeza, de la parroquia de Entrev¨ªas, que afirma tajantemente que el Consistorio tambi¨¦n les deriva casos desde hace algunos meses. "Incluso con papeles de por medio, que eso s¨ª es ins¨®lito", subraya.
Los miembros de la asamblea de la casa okupa con sentencia de muerte firmada 20 meses despu¨¦s de su inauguraci¨®n, no reparan en este tipo de asuntos. O, si reparan, no les dan mucha importancia. En el interior del antiguo colegio del barrio de Malasa?a ya no quedan muchas cosas despu¨¦s de que cinco camiones trasladasen el material. Aunque el trasiego de vecinos por las oscuras escaleras que circundan el patio de azulejos naranjas y blancos, como "la abuelita hacker", una usuaria de las nuevas tecnolog¨ªas de edad avanzada, es permanente. Casi nada recuerda al estereotipo unido al movimiento okupa. Quiz¨¢, que a¨²n haya algunos sof¨¢s desvencijados, cuyo primer sal¨®n les queda muy lejos de la memoria.
Hay ni?os peque?os con sus mam¨¢s retozando por una alfombra, hay un grupo de agudos inform¨¢ticos preparando sus cursillos de software libre y otras habilidades cibern¨¦ticas, hay un oscuro almac¨¦n lleno de trastos, una tienda de ropa que en realidad no es una tienda porque todo es gratis. Hay una biblioteca sin libros, de la que s¨®lo queda el esqueleto apoyado en la pared. Hay muchos recovecos, algunos conservando los vestigios de que aquello alguna vez fue un colegio. Por ejemplo, una placa de 5? de EGB. Y varias pizarras verde oscuro. Una mujer latinoamericana busca a Juan. Quiere resolver un tema de papeles y le han dicho que all¨ª la ayudar¨¢n. A ella no se lo han dicho en el Ayuntamiento.
La gente no se conoce, no necesariamente. El Patio, a diferencia de otros centros sociales, menos receptivos a la novedad, es un lugar bastante abierto. Y, en cierto modo, convencional. Ha aplicado normas. Hay reglas. Respeto. "El esp¨ªritu t¨ªpico se te pasa con la pr¨¢ctica", comenta Isaac (que, en realidad, no se llama as¨ª, sino que usa ese nombre como homenaje al escritor de ciencia-ficci¨®n y divulgaci¨®n cient¨ªfica e hist¨®rica Isaac Asimov, cuya cara es el logotipo del laboratorio inform¨¢tico).
Hubo ¨¦pocas en las que hab¨ªa chicos que romp¨ªan botellas. O no respetaban los horarios. "Algunos costras", en adjetivaci¨®n de una chica. Se les invit¨® a marcharse. El asamble¨ªsmo, resulta, es un sistema bastante organizado. Habitualmente no se vota en las reuniones, pero se discute y se llega a acuerdos. O no. "El que no est¨¢ de acuerdo y es muy minoritario se marcha". Es lo que ellos llaman un centro social okupado de "segunda generaci¨®n". O sea, con m¨¢s orden y concierto.
Agus es uno de los vecinos que cada vez se ha ido acercando m¨¢s al Patio. Tanto, que pasa bastante tiempo por all¨ª. "?ste no es un sitio homog¨¦neo, aunque en seg¨²n que actividades prima un perfil determinado", concede. Javier y Antonio, miembros de la asociaci¨®n vecinal del barrio, son habituales. Frisan los 60 a?os y "aportan su experiencia de las cosas", comentan los j¨®venes. Una experiencia "intelectual y profesional, no en temas de okupaci¨®n". Tambi¨¦n hay maestros "de carrera" que imparten clases de espa?ol. Gratis. Y abogados.
Otras personas del barrio no est¨¢n tan contentas con las actividades del Patio, "se mueve mucha gente por ah¨ª, alborotan", critica lac¨®nica una mujer que baja la cuesta en direcci¨®n a la plaza de Espa?a. "Algunos se han quejado de que hacemos ruido, y, a veces, es verdad que lo hacemos", conceden desde el centro. Ensayan grupos de samba, por ejemplo. Aunque insonorizaron su cuarto. Tambi¨¦n practicaban dos grupos de m¨²sica. "El ac¨²stico y el el¨¦ctrico". Pero se pelearon porque se acusaban mutuamente de dejar "guarro el local".
Unos colchones en el suelo de uno de los cuartos muestran que algo raro pasa en el Maravillas, porque all¨ª nadie duerme. Pero ahora hacen turnos para esperar a la Polic¨ªa Municipal. Dicen que saben que vendr¨¢n de madrugada. La ¨²ltima vez, Isaac y sus hackers frustraron el desalojo instalando webcams por todo el edificio. Testigos. Ahora, ya s¨®lo conf¨ªan en que el edificio, que reconocen que no es suyo, se use como centro dotacional para el barrio cuando ellos se marchen. El inmueble tiene esa calificaci¨®n en la Gerencia de Urbanismo.

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