La catarsis de Carlos Chaouen

Ah¨ª donde le ven, con su sambenito de cantautor a cuestas, hubo un tiempo en que Carlos Chaouen gastaba chupa vaquera de borreguilla con un parche gigante de los Iron Maiden cubri¨¦ndole la espalda y los logotipos de Ozzy Osbourne y AC/DC salpicados por las mangas. Aquel muchacho ten¨ªa 12 a?os, acababa de aterrizar en Madrid y el primer d¨ªa de clase, en una escuela para hijos de militares, un chaval llamado Santi le espet¨®: "Como vuelvas a venir con esas pintas, te llevas una hostia". Puesto que le sacaba una cabeza y varios cuerpos, Juan Carlos S¨¢nchez Ceballos, aquel ni?o menudito reci¨¦n llegado de San Fernando, opt¨® por esconder para siempre sus fetiches heavys en el armario.

"Acabo de llegar de Palestina y creo que necesitan m¨¢s armas que canciones"

De aquello han transcurrido m¨¢s de 20 a?os y las cosas son ahora muy distintas. Por lo pronto, Carlos se ha atrevido a desempolvar la guitarra el¨¦ctrica para Horizonte de sucesos, su quinto y m¨¢s furibundo ¨¢lbum, que anoche estren¨® en la sala Galileo Galilei. Y su padre, militar circunstancial ("proven¨ªa de una familia muy humilde y en San Fernando s¨®lo pod¨ªas ganarte el pan si te hac¨ªas marinero"), falleci¨® hace un par de a?os. Su ejemplo como "hombre ¨ªntegro y de izquierdas" impregna ahora el d¨ªa a d¨ªa del m¨²sico. Por mucho que aquel maldito colegio a¨²n le recuerde tiempos de "pensamiento marcial, izados de bandera e imposici¨®n de la violencia".

Chaouen siempre escribi¨® para exorcizar los demonios, pero muchas de sus canciones recientes (las publicadas y otras tantas que descansan en el caj¨®n) le ahorraron m¨¢s de una visita al div¨¢n. Catarsis, lo llaman. Y sabe de lo que habla: se licenci¨® en Psicolog¨ªa, termin¨® un m¨¢ster en psicoan¨¢lisis, incluso hizo pr¨¢cticas en el psiqui¨¢trico de Ciempozuelos. "Nunca pens¨¦ en ganarme la vida como cantante, pero han pasado 11 a?os desde mi primer disco y ahora no lo cambiar¨ªa por nada", admite. "He superado mis peores momentos con la m¨²sica. Llegados a este punto, creo que seguir¨¦".

Pregunta. ?Ayuda la psicolog¨ªa a escribir canciones?

Respuesta. Como m¨ªnimo, a vencer alg¨²n pudor. No son mundos tan separados. El psicoan¨¢lisis es la curaci¨®n mediante la palabra. Y eso mismo, en alg¨²n concierto, tambi¨¦n puede llegar a suceder.

Cuentan que en el primer contacto puede resultar un hombre algo tajante y fr¨ªo, pero en esta sala Galileo a¨²n desierta, atrincherado tras su cigarrito y el botell¨ªn de Mahou, no pierde nunca una media sonrisa socarrona. "Es que me he limpiado por dentro. Ahora no tengo miedo de nada. Venga lo que venga, me encontrar¨¢ con talante positivo", confiesa.

Dice medio en broma -o quiz¨¢s muy en serio- que todas sus canciones son, en ¨²ltima instancia, de amor. Las 10 que dan forma a Horizonte de sucesos reinciden en esa misma idea de comprender al pr¨®jimo aunque la longitud de onda, como en aquella vieja canci¨®n de Van Morrison, no siempre coincida. ?Y qu¨¦ fue de aquellos cantautores comprometidos con la lucha social? "Soy totalmente esc¨¦ptico al respecto", proclama. "No creo que la canci¨®n pol¨ªtica sirva como arma; todas las que escucho se me antojan maniqueas a la primera de cambio. Acabo de llegar de un viaje a Palestina y de alguna manera creo que ese pueblo necesita m¨¢s una caja de armas que un pu?ado de canciones".