Un artista intermitente
El Macba descubre a Thomas Bayrle - Es la primera retrospectiva de la obra del maestro del pop europeo
La nueva mirada sobre el siglo XX que nos regala la s¨²bita quiebra de su continuidad proporciona sorpresas como descubrir artistas de apabullante densidad que lo atravesaron en la penumbra. Es el caso del alem¨¢n Thomas Bayrle, al que el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) dedica una retrospectiva bajo el t¨ªtulo de Me temo que ya no estamos en Kansas.
Bayrle (Berl¨ªn, 1937) se inserta en el desperdigado territorio del pop europeo surgido en la d¨¦cada de los sesenta, en la generaci¨®n de Sigmar Polke y Gerhard Richter. Pero a diferencia de sus famosos compatriotas, se ha pasado la vida intentando escapar "del hecho de ser artista", transitando por la heterodoxia. "Nunca en l¨ªnea recta", explica. Trabaj¨® en el filo de la duda y "entrando y saliendo de la pr¨¢ctica art¨ªstica".
De la generaci¨®n de Polke y Richter, ha preferido "entrar y salir del arte"
Su sola continuidad ha sido la docencia en la St?delschule de Francfort durante 25 a?os. Es, por tanto, un pintor de pintores, como se?ala la comisaria Chus Mart¨ªnez, que descubri¨® su obra, asegura, en los talleres de artistas que fueron sus disc¨ªpulos.
Su obra puede leerse como una cr¨ªtica feroz de la sociedad que vio emerger en su juventud mediante el llamado milagro alem¨¢n; el sue?o del consumo y la masificaci¨®n. Pero su sentido del humor abre la puerta a m¨²ltiples lecturas, incluida la fascinaci¨®n por el progreso.
En lo formal, es poli¨¦drica; abarca desde las sorprendentes esculturas de autopistas retorcidas a los delicados dibujos y collages de sus comienzos, pasando por las im¨¢genes desarrolladas por ordenador, que t¨¦cnicamente no se distinguen en exceso de los grandes murales construidos manualmente con peque?as piezas. Sorprendentes son las llamadas m¨¢quinas de pintura; una serie de cajas en las que personajes pintados y recortados se mueven literalmente entre decorados multicolores. Tambi¨¦n, la de las amas de casa armadas con escobas a las que se les levantan las faldas.
Por sorprendente que parezca, no ha sido hasta ahora, a sus 72 a?os, que a Bayrle le ha llegado la primera retrospectiva, y no en su Alemania natal, ni en una de las grandes capitales del arte contempor¨¢neo, sino en Barcelona. Un proyecto ambicioso y complicado, en tanto que su obra no abunda en los museos. El Macba ha logrado reunir cerca de 300 de ellas.
"Aqu¨ª me siento representado en mi totalidad", dijo ayer, al tiempo que reconoc¨ªa haberse emocionado al contemplar casi al completo el paisaje de su obra. Cuenta la comisaria que Bayrle no pod¨ªa resistir la tentaci¨®n de abrir las cajas conforme llegaban al museo para redescubrir sus viejos trabajos. Y no necesariamente para engordar su ego, sino a menudo para fustigarse con implacables autocr¨ªticas.
Babelia
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