Un Wall-E en el Matadero
Daniel Canogar monta una instalaci¨®n con desechos para subrayar las miserias de la sociedad de consumo
Cuando se habla con Daniel Canogar (Madrid, 1964) resulta casi imposible no acordarse de WALL-E, ese robot inventado por los genios de Pixar y lanzado por Walt Disney el a?o pasado, que vive solo en una Tierra convertida en vertedero y abandonada a su suerte por los humanos.
Resulta casi imposible no recordarlo cuando Daniel cuenta c¨®mo empez¨® a recoger desechos de las escombreras de Madrid. Subido encima de una monta?a de basura su pie pis¨® algo que comenz¨® a sonar. Era un juguete del que sal¨ªa una canci¨®n, una nana, que puso m¨²sica de pronto a aquel lugar decadente, la puerta trasera de nuestra sociedad de consumo. Estaba vivo a¨²n, abandonado entre otro mont¨®n de aparatos usados.
"Sent¨ª la necesidad de dar dignidad a los residuos", afirma el artista
Aquella emoci¨®n, similar a la que sent¨ªa WALL-E cada vez que encontraba algo que pudiera tener una nueva utilidad en ese mundo arruinado, ha generado despu¨¦s toda una obra. Y hoy se abre en Matadero Fuegos fatuos, cinco instalaciones lum¨ªnicas de gran tama?o realizadas expresamente para ese tremendo espacio llamado Abierto por obras, que inaugura as¨ª el programa 2009.
El t¨ªtulo de esta muestra, que podr¨¢ verse hasta el 15 de marzo, tiene todo que ver con lo que la inspira. Las reacciones qu¨ªmicas que se producen en los organismos muertos durante su putrefacci¨®n generan, a veces, una especie de destellos, unas luces p¨¢lidas llamadas fuegos fatuos... Canogar, en su obsesi¨®n con el paralelismo existente entre los organismos vivos y las m¨¢quinas y todo lo que las compone, inventa nuevos usos para los materiales desechados (cables, bombillas, cintas de v¨ªdeo, pantallas), monta y desmonta hasta crear piezas nuevas y unitarias. Aut¨¦nticos sistemas que despu¨¦s llena de vida insufl¨¢ndoles luz, proyectando sobre ellos un haz, un ¨²ltimo h¨¢lito, que los dota de un sentido nuevo en este mundo de usos y abusos ef¨ªmeros. Siempre en el filo de la vida y la muerte.
"Hace tres o cuatro a?os empec¨¦ a ir a basureros, a puntos limpios, empec¨¦ a ver las monta?as de desechos, esos paisajes excrementales de la sociedad de consumo. Estaba impactado, tocado, y sent¨ª la necesidad de darle una dignidad a esos residuos descartados", cuenta, mientras monta minuciosamente la instalaci¨®n que se abre hoy.
En su af¨¢n resucitador, este artista de ya larga trayectoria (Ciudades ef¨ªmeras: Exposiciones universales, Espect¨¢culo y tecnolog¨ªa, Madrid, 1992; Ingr¨¢vidos, Fundaci¨®n Telef¨®nica, Madrid, 2003), hijo del pintor Rafael Canogar, tambi¨¦n nos enfrenta a nuestra memoria, nos empuja a seguir las huellas de nuestros usos y los cuestiona. Por ejemplo, creando una vidriera con fragmentos de pantallas de m¨¢quinas tragaperras descatalogadas y ensambladas.
El juego, y todas sus llamadas e iconos de atracci¨®n, adquieren en esa forma un car¨¢cter sacro, casi religioso, y nos sit¨²a ante una realidad cruda, ante la contradicci¨®n entre lo profano y lo m¨ªstico, ante un retrato de nosotros mismos y de nuestra caducidad: "Todos somos un poco una m¨¢quina tragaperras", asegura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.